12/11/2021 – En el “Diálogo de Hermanos”, el padre Javier Soteras y el rabino Marcelo Polakoff se refirieron a la ancianidad, a partir de la lectura del texto del Génesis en el capítulo 25, del 7 al 10: “Estos fueron los años de la vida de Abraham: ciento setenta y cinco años. Abraham expiró, y murió en buena vejez, anciano y lleno de días, y fue reunido a su pueblo.Y sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo de Efrón, hijo de Zohar hitita, que está frente a Mamre, el campo que Abraham compró a los hijos de Het; allí fue sepultado Abraham con Sara su mujer”. Y sostuvo Polakoff que “Abraham murió en buena ancianidad, con canas. En la tradición judía, se le dice “hasta los 120” cuando alguien cumple años. Esto recuerda lo que Dios le dijo a Moisés que iba a vivir. Los dos son personajes muy importantes en las sagradas escrituras y ambos sintieron el llamado de Dios bien entrada la adultez. Esto demuestra que lo físico pasa a un segundo plano en la ancianidad, pero lo espiritual puede dar un paso adelante”.
En tanto, Soteras indicó: “El papa Francisco se convirtió en pontífice a los 75 años. Su semblante, a partir de ahí se mostró arriba, con vitalidad. Otra persona que siempre me sorprendió y vivió hasta los 90 años es quien fuera el fundador de la Familia Mundial de Radio María, Emanuele Ferrario, que vivió hasta los 90 años y trabajó hasta el final de sus días”. Y agregó el padre Javier: “Hoy pareciera que todo lo que es viejo es descartable y lo que es nuevo es valorable. Pero cuando los que presiden las comunidades son los ancianos, la cosa está más ajustada a la realidad, ellos ven con más claridad”.
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