24/11/2021 – Lo que más le gusta al Espíritu Santo es provocar en nosotros un acto de amor, porque él es Amor. Nuestras fuerzas humanas no nos capacitan para dar la vida por amor, nosotros estamos muy pendientes del propio yo, de los propios intereses. El verdadero amor es sobrenatural, nos saca de nosotros mismos, y eso sólo puede ser obra del Espíritu Santo. Miremos el caso de san Maximiliano Kolbe, que murió en un campo de concentración en lugar de otro ser humano. Eso no era posible para un corazón humano, pero lo hace posible la gracia del Espíritu. Entonces, aunque en tu interior sientas que ya no sos capaz de entregarte por los otros, no te resignes. No lo lograrás haciendo fuerza, sino pidiéndole cada día al Espíritu Santo que te capacite para amar, que infunda en tu interior el don del amor. Lo que no puedas hacer tenés que pedirlo como regalo celestial. Pedilo insistentemente, porque el amor es lo que dará un verdadero sentido a tu vida. Pero nunca te conformes, el amor puede crecer más y más. Pero tenés que disponer tu corazón para dar siempre un paso más, sabiendo que tampoco lo lograrás sin el impulso del Espíritu.
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