Arquetipos Gala de presentación

jueves, 14 de abril de 2011
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1. Los mitos y la Biblia  

Arquetipos, básicamente, será un programa en el que hablaré sobre la antigua y fascinante mitología griega. No será la clásica narración de los mitos y nada más que, de por sí, si sólo fuera eso, en sí mismo, ya sería interesante porque las historias que se acuñaron a lo largo de los siglos, en lo que hoy llamamos “mitología griega” son hermosas, complejas y sorprendentemente vigentes.  

Lo que haré será una narración actualizada de algunas de las muchísimas historias –una por episodio- tratando de encontrar, no sólo la rica sabiduría ancestral que está en la enseñanza del mito sino, además, intentaré, un diálogo con la fe cristiana y la Biblia: los puntos de contacto y las diferencias entre ambas propuestas que han configurado el pensamiento y la cultura Occidental.

Los griegos y los hebreos, la mitología y la Biblia, han dado forma a nuestro pensamiento. Te invito a un viaje hacia las raíces. Otra forma de conocernos a nosotros mismos y a nuestra cultura. Esto explica por qué elegí la mitología griega y no otra. Ciertamente esta elección no es excluyente, pero la he priorizado porque este patrimonio ha sido el que históricamente consolidó nuestra cultura. Hasta la misma filosofía también nació en Grecia.  

Como los mitos resultan atemporales -son historias que escapan más allá de los contextos que las originaron- comprobaremos cómo, aún sin que nos demos cuenta conscientemente, están vivos y nos influencian permanentemente.

La mitología es, por encima de todo, religión. Los griegos eran personas profundamente religiosas. La expresión de esta espiritualidad dio como resultado lo que se conoce como mitología. Para ellos, sus dioses no eran, en absoluto, “héroes literarios”. Verdaderamente eran reales y su influencia, muy concreta.

Las historias que conforman la mitología han sido, no obstante, fuente inagotable de argumentos para la literatura y diversas formas del arte. La Antigua Grecia, con el extraordinario desarrollo intelectual de su tiempo, prácticamente trató todas las cuestiones esenciales del ser y la conducta del ser humano, estableciendo pautas de valor que han resultado perennes a lo largo de los siglos.

Los mitos forman parte de la creación religiosa y poética de la Antigüedad. Han precedido a la misma filosofía, la cual ha recurrido a la mitología y aún lo continúa haciendo. Hay quienes consideran que la filosofía, al igual que la religión, es una mitología sublimada. Estas tres formas primordiales del espíritu humano -mitología, filosofía y religión- intentan comprender la condición humana y su destino, explicando el mundo en que vivimos.

Los mitos compendian la historia de la cultura de los pueblos. No sabemos quiénes los han creado a lo largo de los siglos. Sólo sabemos de qué pueblo proceden. Han sido construcciones colectivas creadas con el aporte de distintas fuentes que se han enriquecido a lo largo de la historia, rehaciéndose y modificándose. Estas narraciones que fueron primero orales han corrido -a través de los siglos, los espacios y los tiempos- por bocas, lenguas, manos, textos y memorias, como ríos que crecen mientras hacen su recorrido. Aún hoy siguen vivas y continúan enriqueciéndose.

Nada de lo que te voy a contar existe. Si bien es cierto que los relatos de las historias que narraré no han acontecido, los mitos –sin embargo- no son verdaderos porque cuentan acontecimientos que han ocurrido sino porque nos permiten un acceso distinto a la reflexión de ciertas verdades.

 

La mitología ha alimentado la fantasía de los seres humanos por siglos y se ha aprendido de ella casi tanto como de las ciencias. Mitos y filosofía tuvieron una misma cuna en Grecia. El pensamiento intuitivo y el pensamiento racional fueron desarrollados, con igual interés, por esta civilización. 

La mitología es muy compleja. Está llena de llena de dioses y genealogías, monstruos, guerras, seres fantásticos, nombres y lugares raros, hechos maravillosos, hazañas admirables y tremendos castigos. Algunos estudiosos afirman que la mitología griega llegó a tener hasta 30.000 divinidades en total.

Además, en ella, todo tiene una explicación –ya sea un nombre, un personaje o un lugar- por lo cual al contar una historia podemos dispersarnos en muchos detalles que distraen la atención, ya que un personaje se une con otro y cada uno tiene su propia historia, su genealogía y sus variaciones. Traté de centrarme en un solo personaje por programa y seleccioné alguna de sus historias. Me focalicé exclusivamente en lo que quería contarles. La selección de los temas y personajes fue totalmente libre. Me guié por mi propio interés de contar la historia y evité una lectura moralizante de los mitos.

 

En muchas historias se habla de incesto, violaciones, crímenes, raptos, matricidios, patricidios, fratricidios; homicidios; venganzas; luchas; enfrentamientos y pasiones desordenadas. El mito -aunque se puede leer también desde un lugar ético-  no debe focalizar, de entrada, esa perspectiva. Ocurre algo similar en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento: hay un sin número de situaciones éticas que -a la sensibilidad contemporánea- le llaman la atención y, sin embargo, en los contextos originales del relato bíblico, no constituían el hecho fundamental de la narración.

 

El mito no es una fábula en la cual haya que buscar, necesariamente, una moraleja o enseñanza. En sus historias, los seres humanos y también todos los dioses tienen sus propias debilidades. Resultan impredecibles, unas veces tienen un estricto sentido de la justicia y otras, son crueles y vengativos. Adoptan apariencia, conducta y pasiones humanas, personificando las fuerzas que rigen el universo humano y las leyes de la naturaleza.

 

En definitiva, toda la mitología es una sed profunda por indagar en aquello divino que existe en el ser humano y, a la vez, confirma la sed de lo humano sintiendo lo divino cada vez más cerca de todo, incluso de la debilidad constitutiva de nuestra condición. Los dioses griegos sabían que los seres humanos eran débiles porque ellos mismos también lo eran. Lo divino de los dioses griegos no está en no tener fragilidades sino en saber qué se hace con ella.

 

En Arquetipos no habrá, estrictamente hablando, una “lectura cristiana” de los mitos griegos. No voy a “bautizar” los mitos ya que eso sería no respetarlos en su esencia. Intentaré, en cambio, una lectura en “contrapunto”: acercamiento y distancia, similitudes y diferencias entre los mitos griegos y las verdades cristianas. Interpretar los mitos griegos desde el cristianismo es tan poco respetuoso como intentar comprender los dogmas cristianos desde los mitos griegos. Son dos universos distintos, cultural y religiosamente hablando. Sólo podemos aproximarlos para que mutuamente se enriquezcan.  .

 

El cristianismo, desde casi sus orígenes, ya en el siglo II de nuestra era, se puso en contacto con la cultura griega intentando un diálogo entre la fe, los dioses griegos y la filosofía griega. Se vio así muy influenciado por el pensamiento griego, expresión del mayor Imperio intelectual de la Antigüedad. Ese predomino tuvo aspectos positivos y negativos.

 

La Antigüedad griega, con su riqueza en símbolos e imágenes,  se configuró en mitos imperecederos que tienen valor en sí y por sí mismos. Los cristianos podemos hacer -desde la lectura que nos permite nuestra fe- relaciones y paralelos respetuosos que nos concedan ver la profundidad del alcance y de los límites de los mitos griegos en vínculo con el cristianismo. Además, es preciso incluso que nosotros nos dejemos alumbrar por esas verdades que expresan los variados aspectos de la condición humana y su religiosidad.

 

Los mitos griegos han interesado, a lo largo de la historia, a muchísimos pensadores, literatos, eruditos, investigadores, estudiosos y científicos de diversas disciplinas. Por mi parte, presentaré un enfoque para la divulgación masiva, con un lenguaje sencillo y una exposición sin pretensiones de las cuestiones académicas y sus discusiones, las cuales las he tenido en cuenta pero no las explicito a la hora de escribir mi propia versión de la historia.

 

Con la mitología griega no se puede ser “original”. Sólo he buscado la forma personal de cómo contar la narración. Espero que te interese y te guste. “Arquetipos: una buena historia, siempre espera ser contada”.

 

            Mientras armaba este proyecto radial, me venían muchos cuestionamientos por la aceptación que podía tener en el público oyente una propuesta así. En medio de esas cavilaciones, casi sin saber por qué, en mi interior empezó a sonar el inmortal himno de Lennon y McCartney “let it be”a otra, titulada “Lady Madonna”, dedicada a las mujeres trabajadoras de Liverpool, que en su mayoría eran católicas. En ese tema, la idea original era tomar a la Virgen María como símbolo de toda mujer: la imagen de la Madonna, por excelencia, aplicada a cualquier mujer trabajadora. Consistía realmente en un tributo a la figura de la madre. Hay quienes afirman que hay que interpretar la letra de “Let it be” no sólo como se la ha traducido siempre “déjalo ser” sino como también puede traducirse “que así se haga” o “que sea” o “que así sea” que, eninglés, concuerda con la expresión del “hágase” de María ante el anuncio del ángel. Esta expresión que se repite a lo largo de toda la canción constantemente como estribillo, manifiestan la sabiduría de María, la imagen de toda mujer. Además la canción concluye con una invocación a la esperanza para todos los que sufren. La canción se iba a titular en un inicio “Mother Mary” y había sido concebida con este carácter religioso.

.  No todos saben que a esa canción, en el disco original, le sigue

 

            Hoy escucharemos distintas versiones de esta hermosa canción como tributo y consagración de este nuevo ciclo a María, el Arquetipo -por antonomasia- de la mujer, la discípula, la esposa y la madre. 

 

La letra del tema dice así:  

 

 

When I find myself in times of trouble……Cuando llegan tiempos de dificultades

mother Mary comes to me……………………………. Madre María viene a mí

speaking words of wisdom, let it be………… diciendo palabras sabias, déjalo ser.

 

And in my hour of darkness……………………..……Y en mis horas de oscuridad

she is standing right in front of me………………ella está delante de mí

speaking words of wisdom, let it be……………diciendo palabras sabias, déjalo ser.

 

Let it be, let it be, let it be, let it be………. Déjalo ser, déjalo ser, déjalo ser.

whisper words of wisdom, let it be………..susurra palabras de sabiduría, déjalo ser.

 

And when the broken hearted people……….Y cuando la gente de corazones rotos

living in the world agree…………………que viven en el mundo se pongan de acuerdo,

there will be an answer, let it be……..……habrá una respuesta, déjalo ser.

 

                            For though they may be parted ……….Aunque quizás ellos puedan estar separados
there is still a chance………………………………..todavía hay una  oportunidad

                                              that they will see.......................... ..........ya  verán,
there will be an answer, let it be…………..habrá una respuesta, déjalo ser.

 

Let it be, let it be, let it be, let it be,….. Déjalo ser, déjalo ser, déjalo ser

there will be an answer, let it be………………habrá una respuesta, déjalo ser.

 

Let it be, let it be, let it be, let it be…..Déjalo ser, déjalo ser, déjalo ser

whisper words of wisdom, let it be………… susurra palabras de sabiduría, déjalo ser.

 

 

Let it be, let it be, let it be, let it be……………….Déjalo ser, déjalo ser, déjalo ser

whisper words of wisdom, let it be………… susurra palabras de sabiduría, déjalo ser.

 

And when the night is cloudy,…………………..Y cuando la noche está nublada

there is still a light that shines on me….. hay una luz que todavía brilla sobre mí,

shine on until tomorrow, let it be………….…brilla hasta mañana, déjalo ser.

 

I wake up to the sound of music………………Me despierto con el sonido de la música

mother Mary comes to me………………………Madre María viene a mí,

speaking words of wisdom, let it be. ……..…….diciendo palabras sabias, déjalo ser.

 

Let it be, let it be, let it be, let it be………..Déjalo ser, déjalo ser, déjalo ser

there will be an answer, let it be………………habrá una respuesta, déjalo ser.

 

Let it be, let it be, let it be, let it be………..Déjalo ser, déjalo ser, déjalo ser

whisper words of wisdom, let it be………susurra palabras de sabiduría, déjalo ser.

 

 

 

2.  Todos somos Arquetipos

 

Como este programa se llama Arquetipos, conviene que, aunque sea muy breve y sencillamente, podamos hablar un poco de qué es un Arquetipo. Por lo pronto es una palabra extraña, difícil y rara que, generalmente, no usamos. Designa una realidad profunda que está dentro de nosotros mismos, influenciando nuestra personalidad y conducta aunque  no siempre seamos conscientes de ello.

 

Algunos comparan la vida como una obra teatral con sus variados personajes o con una partida de ajedrez donde hay distintas piezas.

En nuestra relaciones y actividades ejercemos distintos roles que nos permiten diversos modos de ser y de actuar.  Hay muchas tipologías que describen los variados modos en que estos roles repercuten -con sus configuraciones internas y características- en la personalidad de cada uno.

 

Una manera de explicar este hecho psicológico es mediante los Arquetipos, los cuales no son principios abstractos sino imágenes y representaciones simbólicas concretas que aluden a significados profundos de experiencias humanas comunes. Son símbolos universales del inconsciente, tanto personal como colectivo.

Al ser inconscientes e involuntarios no se identifican con el consciente psicológico o la conciencia moral. Son ideas primordiales, patrones, moldes, paradigmas que se expresan en símbolos  y  contenidos a través de las creencias y mitologías de la humanidad.

El contenido de los Arquetipos no es definible ya que es, esencialmente, inconsciente. Se  conoce a través de mitos, cuentos, leyendas, relatos, religiones, arte y otras actividades. Pertenece a todas las culturas y pueblos y contiene una intensa carga de energía emocional inconsciente.

Los Arquetipos despiertan y activan procesos de transformación interna que nos posibilitan comprendernos mejor a nosotros mismos en nuestra personalidad, conducta, relaciones, dones, capacidades y límites. Descubriendo la influencia los Arquetipos internos que hemos introyectados, podremos conocernos mejor.

Este programa intenta ayudar ese proceso. Relatando los mitos de ayer y de hoy, procuraremos un viaje a la interioridad, desde otro lugar: un nuevo acceso a lo profundo de nosotros mismos.

El mito es una historia que otorga una explicación y sentido a algún interrogante existencial de la condición humana. La narración siempre propone un "modelo ejemplar". La gran mayoría de los mitos griegos se construyen como relatos simbólicos susceptibles de varios sentidos: un sentido religioso ya que intentan -desde el designio de los dioses-  descifrar el misterio de las cosas y de los acontecimientos humanos; un sentido de causa y origen, ya que buscan las razones de la realidad, los comportamientos divinos y humanos y los fenómenos naturales; un sentido pedagógico porque intentan enseñar a partir de  las conductas de los dioses y de los mortales, sus actitudes y valores, miserias y antivalores; por último, tienen un sentido existencial ya que intentan respuestas para los grandes enigmas de la condición humana. Por todo esto, el mito es esclarecedor, integrador y movilizador.

A pesar de que la cuna de Occidente ha estado muy vinculada al pensamiento mítico; sin embargo, con el correr de los siglos, nos hemos vuelto racionalistas, escépticos y tecnológicos, creyendo que el mito es expresión de un pensamiento devaluado y mágico, poco desarrollado y arcaico. Asociamos mito con fábula, leyenda o cuento. Nada más erróneo.

Vivimos aún en un mundo donde creencias, razones y mitos, se entretejen incesantemente. El mito es una expresión esencial del pensamiento humano. Nunca desaparecerá. Hoy se siguen creando nuevos mitos en nuestras sociedades, supuestamente avanzadas.

El psiquiatra suizo Karl Jüng (1875-1961) sostiene que el ser humano posee dos formas de pensamiento: una racional a través de las palabras y el pensamiento acerca de la realidad, el cual  requiere esfuerzo de compresión y argumentación. Otra, es la fantasía, pensamiento intuitivo que se aparta de la realidad objetiva y funciona sin esfuerzo, espontáneamente, con contenidos  inconscientes, tanto en el plano personal como en el general, el llamado “inconsciente colectivo” que se presenta como el “alma del mundo”, la poderosa herencia espiritual de la humanidad.

Los Arquetipos corresponden a esta segunda clase de pensamiento. La mitología –según Jüng- es una proyección del inconsciente colectivo.

No obstante, los Arquetipos no están sólo en el inconsciente colectivo. También habitan el inconsciente personal de cada individuo. Moran en nosotros, no como determinaciones arbitrarias sino como pulsiones de energías que influyen en nuestra manera de ser y de actuar.

Coexiste y convive más de un Arquetipo en nosotros. Hay algunos que se identifican con el mago, el rey, el ermitaño, el loco,  el enamorado, el héroe o cualquier otro Arquetipo. Ellos  dialogan y actúan en nuestro inconsciente. Todos tenemos una conjunción interior de Arquetipos predominantes. Tomando  los nombres de la mitología griega: todos tenemos algo de Hermes, de Apolo, de Dionisio, de Prometeo, de Perseo, de Edipo, de Narciso, de Afrodita, de Atenea, de Medea, de Electra.

Todos somos Arquetipos. Cada uno tendrá que encontrar el suyo: aquél con el cual más se identifique. Todos encarnamos simbólicamente algún Arquetipo.

 

 

En este programa he elegido algunos Arquetipos que aparecen en la mitología griega. Existen Arquetipos en casi todos los relatos humanos: en las historias bíblicas, leyendas orales, obras universales de la literatura, relatos anónimos, cuentos de niños, fábulas, ficciones de las distintas culturas aborígenes, patrimonios ancestrales y culturales de la humanidad, arte plástico, etc. En casi todo se puede descubrir la sombra de algún Arquetipo.

 

He escogido los relatos de la mitología griega porque tienen que ver con las raíces de la cultura occidental a la cual pertenecemos y porque las historias, en sí mismas, son hermosas, cautivadoras, ingeniosas y sorprendentes. Han tenido vigencia durante siglos y aún hoy siguen conmoviendo. Este programa también será un homenaje a los clásicos de todos los tiempos. Los mitos son historias que siempre perduran.

 

 

3. La construcción del relato

 

Te voy a compartir ahora cómo he ido construyendo la narración de los diversos relatos que contaré en el programa. En primer lugar quise que el lenguaje fuera sencillo. No supuse en el oyente ningún conocimiento previo de mitología. Por lo tanto, daré toda la información necesaria para la compresión de la historia. En el armado del relato consulté varias fuentes textuales y virtuales (libros sobre el tema, diccionarios especializados y páginas Web). Hay mucho y de muy variada calidad sobre mitología griega.

 

Hice la construcción narrativa a partir de una determinada estética. Puse mi estilo en el texto, en la redacción y en el modo de contar la historia que, por otra parte, algunas son conocidas. Muchas veces, las nombramos incluso no sabiendo que pertenecen a la mitología griega: el talón de Aquiles, la caja de Pandora, el caballo de Troya, el canto de las sirenas, la espera de Penélope, el hilo del destino, el Monte Olimpo de los dioses, la manzana de la discordia, etc. Todas estas expresiones son historias que pertenecen al acervo de la mitología griega y que, además, igualmente, ya son parte de la humanidad toda.

 

La primera dificultad que me encontré -en la redacción de la historia- fue que la mitología presenta, casi siempre, distintas versiones de un mismo relato. Como mínimo siempre había dos, a veces, varias más. Por lo tanto, para hacer un solo relato coherente, tomé la versión más común y menciono las otras como alternativas al relato principal, usando algún recurso literario para que no se noten las discrepancias de las versiones en el relato. Suprimí todos los datos históricos, geográficos o interpretativos complejos para hacer una narración lineal, simple y cuidada que sostuviera el interés.

 

Fue difícil compaginar distintas fuentes, algunas con muchas variantes en las historias o incluso con contradicciones y oposiciones entre las versiones. Procuré descubrir y explorar los puntos dramáticos de la narración  y así sostener la atención del oyente.

 

Hay muchos relatos mitológicos –consignados en libros o páginas Web- que carecen de valor literario y de dramatismo en el argumento. Muchos mitos increíbles estaban contados de una manera absolutamente seca y técnica, inutilizados o desperdiciados en su contenido dramático, con importantes detalles pasados muy rápidamente, haciendo así que la historia perdiera tensión.

 

Un segundo desafío que encontré es darle un nuevo brillo a historias muy conocidas y que ya han sido contadas en repetidas oportunidades. Tenía que darles una iluminación especial. La originalidad no está en la historia sino en la forma de contarla. Es preciso relatar con un sello personal aquellas historias que pertenecen a todos.  El más famoso autor inglés de todos los tiempos, William Shakespeare (1564-1616) tomó el argumento de sus principales e inmortales tragedias –Romeo y Julieta, Hamlet, Macbeth, Otelo, Julio César, El Rey Lear, entre otras- de la tradición anterior a él. Todas sus grandes historias eran argumentos que  pre-existían. Él los tomó y les dio un sello tan particular y propio que, desde entonces, están vinculadas a su nombre imperecedero. También otro famoso escritor, el italiano Dante Alighieri (1265-1321), empleó mucho material de la mitología griega para su viaje por el ultramundo en su “Divina Comedia”.

 

Por mi parte, lo que tenía claro es que -relatando mitos de historias conocidas- lo único que podía hacer era dar mi versión, mi propia narración del argumento.

 

Arquetipos me permite desarrollar mi faz narrativa. El desafío consistió en contar maravillosas historias que nos han sido legadas. La reflexión ocupó, en ese caso, un segundo lugar. No porque haya sido  menos importante sino porque está entreverada con el argumento de la historia. En medio del relato se va insinuando la reflexión. No es teórica -a partir de un tema determinado- sino  que surge desde la narración de la historia y en función de ella.

 

Una parte importante del relato consiste en la construcción del personaje: nombres, genealogías, historia, geografía, atuendo característico del protagonista, relaciones, momentos del drama y enseñanza del mito. La preponderancia siempre la tiene el relato en sí. El papel predominante está en la historia. La reflexión se encuentra supeditada a ella. Primero se da la información necesaria para construir la historia y, en la medida en que ésta se va desarrollando, se insinúan,  en algunos momentos, ciertas líneas de reflexión. Hay que estar dispuestos y atentos a seguir el relato ya que contiene muchos detalles.   

 

La reflexión no está dirigida principalmente a lo emocional y a lo estético sino, más bien, al conocimiento y la formación. Las narraciones son extensas. Hay bloques de largos relatos y con poca música. Excepto una música de fondo y unos separadores musicales que permiten descansar la atención. La música no abunda. Será en inglés. A veces relacionada con el mensaje de la historia y otras veces, más libre. Tampoco habrá invitados ocasionales que participen. Será un programa unipersonal.

 

La estética del programa es minimalista y esencial. Muy simple: todo está en función, solamente, del relato.  Palabras, un poco de música y una buena historia que te dejará pensando.

 

Arquetipos te atrapará. Si te agrada escuchar sobre personajes, mundos, tiempos y espacios desconocidos, viajes con seres extraños e inimaginables, encuentros con dioses, héroes, villanos y con las diversas caras del ser humano, seguramente te sorprenderá.

 

No creas que contaré historias para niños. Esta es una propuesta para aquellos que se permitan acceder a las verdades de la vida, no sólo con la razón sino también con la intuición. La verdad se devela de muchas maneras posibles…

 

 

4. El formato de Arquetipos

 

Con este nuevo proyecto, asumí el desafío de respetar mi esencia radial con mi estilo y mi sello personal en la comunicación haciendo, sin embargo, algo distinto. Quise ir por más, realizando, aparentemente, menos. Me surgieron varias dudas, no del proyecto en sí, sino de su repercusión en la audiencia: el temor de aburrir con largas narraciones, perderlos en los detalles de la historia; proponer una reflexión espiritual más inducida y no siempre explícita; temí que se malinterpretara la propuesta y que algunos asociaran hablar de mitos griegos y de divinidades paganas como una actitud profana o secularista.

 

Como ya dije, el diálogo entre fe y cultura griega es tan antiguo casi, como el cristianismo: desde los primeros intelectuales cristianos del siglo II de nuestra era hasta autores contemporáneos de nuestros días, lo han hecho.

 

Arquetipos es una propuesta de encuentro entre culturas diferentes y tengas o no, fe, al menos, te puede interesar como aporte cultural. Sin embargo, no es una propuesta para un público selecto. Mi  versión narrativa y coloquial de los mitos griegos es popular y masiva.  

 

Cada emisión del programa será como abrir juntos un libro y dejar que te lo lea.  Quiero contarte y narrarte el texto sólo a vos, al oído y al corazón. Como si estuviéramos solos, en un privado ritual de amistad. En cada entrega te contaré un determinado mito a través de la vida de un personaje: un dios,  una diosa, un semidios, un mortal, un héroe, una heroína, un monstruo, un ser fantástico.

 

Cada bloque del programa está concebido como la lectura de un capitulo del libro. Habrá títulos que nos orienten y al final propondré algunas “frases para pensar” tomadas del mismo texto del relato para que, cada uno, pueda sacar sus propias conclusiones. No formularé ninguna pregunta. La narración, en sí misma, será la que cuestione e interrogue, sin necesidad de preguntas.

 

Si cuento con tu complicidad será un juego. Te contaré la historia en primera persona, como si fuera un testigo presencial de los hechos, como alguien de aquella época y de aquellos lugares.

 

Siempre habrá un bloque donde -desde la fe cristiana y la Biblia-  haré una lectura de algunos elementos del mito griego en clave cristológica, estableciendo relaciones de semejanza o desemejanza entre la sabiduría de la mitología griega y la interpretación de la fe,  intentando -cuando se pueda- alguna integración posible.

 

En todos los programas hablaremos de Jesús desde el concepto de Arquetipo ya que también Él es una figura que está más allá de lo religioso y forma parte de los símbolos que subyacen en nuestro inconsciente. Considerar a Jesús como un Arquetipo no  significa poner en duda su realidad histórica. Al contrario, lo tomaré como una clave de compresión para la lectura de toda realidad.

 

Esto es lo que te puedo decir, por ahora, del formato de Arquetipos.  Aquí lo importante será que la historia te conmueva.

 

Para terminar, quisiera traer a la memoria, un pasaje del Nuevo Testamento en el Libro de los Hechos de los Apóstoles -el Capítulo 17, 16-34- cuando el Apóstol San Pablo arriba a la ciudad griega de Atenas y contempla que está poblada de imágenes de dioses. Va a la parte más alta de la ciudad, llamada Acrópolis, específicamente al Monte denominado Areópago, lugar donde concurría la gente y los filósofos de distintas escuelas para sus discusiones intelectuales. San Pablo se pone a dialogar con ellos y algunos lo tratan de charlatán y propagandista de dioses extranjeros. Unos pocos griegos se interesan por las nuevas y extrañas doctrinas que proclama San Pablo. Le dan la palabra y él, me medio de todos, dijo: “Atenienses, observo que son hombres extremadamente religiosos porque paseándome por aquí y fijándome en sus monumentos sagrados, encontré un altar con esta inscripción: al dios desconocido. A ese dios que veneran sin conocerlo es el que ahora les anuncio. El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene, quiere que lo busquen, a ver si al menos a tientas lo encuentran porque no está lejos de ninguno de nosotros. En Él vivimos, nos movemos y existimos. Incluso alguno de sus poetas dicen que somos estirpe suya. Si esto es verdad no podemos pensar que la divinidad se parezca a oro, plata o piedra, esculpidos por la destreza y la fantasía humana. Dios tiene señalado un día en que juzgará por medio de un hombre que ha designado y a todos nos ha dado garantía de esto, resucitándolo de la muerte” (17, 22-31)

 

 

San Pablo, en la Atenas politeísta, anuncia por primera vez al Dios uno y verdadero, único Creador y a su Hijo Jesús que ha resucitado de entre los muertos. Cita a los poetas griegos y a sus oyentes les dice que son personas excesivamente religiosas, al contar con tantos dioses y diosas en su culto. El Apóstol hace una valoración positiva de la cultura griega: toma el sentimiento religioso de ese pueblo, rescata sus letras y eso le sirve –desde una visión de apertura e integración- para anunciar a Jesús, un Dios -hasta ahora- desconocido para ellos. San Pablo no reniega de sus raíces judías, aunque tampoco se cierra en ellas. No les habla como un judío sino como alguien conocedor de la cultura griega. Se universaliza y toma de las letras paganas aquello que le sirve para dar iniciar su anuncio. Asume la cultura de esa comunidad, no la desprecia, al contrario, la resignifica y dialoga con ella desde el intercambio y el enriquecimiento.

 

El ejemplo de San Pablo -para con la cultura de la Grecia antigua- nos estimula para seguir intentando un diálogo más allá de las fronteras del espacio y del tiempo. Es preciso ensayar el intercambio entre las culturas de ayer, en aquello válido que ha perdurado, con las culturas de hoy, en aquello novedoso que emerge. Para dialogar con el presente es preciso conocer las raíces del pasado. Sabiendo de dónde venimos y dónde estamos, podemos intuir hacia dónde vamos. El pasado, el presente y el futuro, todo es un mismo viaje. Todo, un mismo relato.

 

 

Frases para pensar:

 

1- “Los griegos y los hebreos, la mitología y la Biblia, han dado forma a nuestro pensamiento. Te invito a un viaje hacia las raíces. Otra forma de conocernos a nosotros mismos y a nuestra cultura”.

2- “La mitología es, por encima de todo, religión”.

3- “Esta será una propuesta para aquellos que se permitan acceder a las verdades de la vida no sólo con la razón sino también con la intuición”. 

 

4- “Sabiendo de dónde venimos y dónde estamos, podemos intuir hacia dónde vamos. El pasado, el presente y el futuro, todo es un mismo viaje. Todo, un mismo relato”.