18/02/2022 – El padre Javier Soteras nos invita a reflexionar el Evangelio del día poniendo la mirada, revisando esos amén que estamos llamados a decir en este día renovando la esperanza en el Señor:
Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles”. Y les decía: “Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder”. San Marcos 8,34-38.9,1
Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles”. Y les decía: “Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder”.
San Marcos 8,34-38.9,1
La vida en Cristo se multiplica cuando nosotros tenemos la capacidad de dar nuestro amén en comunión con la ofrenda de Jesús.
La vida que es conquistada por Cristo jesus en su amén al padre Cuabdo se hace uno con nosotros en ese caminar sencillo en su si repetido multiplicándolo en el corazón del todos para entender que en ese amén es donde encontramos la fuerza para ser nosotros mismos rompiendo con todo.
Que podamos tomando el toro por la santas, viendo las cosas de frente, poniéndole el noMbre que tienen. Que podamos dar el amén ahí donde la vida se hace cuesta arriba. Dios tiene maravillosos para nosotros pero son distintos a lo que nosotros hubiésemos pensado.
Aceptación, no resignación, es parte de lo que el hoy nos propone Jesús desde el evangelio del día, decir amén en lo que nos toca vivir, poner confianza en lo que no toca atravesar. Un amén amoroso es el que Jesús nos pide.
Nuestra vida se va puliendo en el andar junto con otros, es purificadora la fuerza del amor que nos vincula con los hermanos.
El que se quiere guardarse buscando solo auto gratificarse sin querer entregar la vida, vivirla junto a otros, al final, va a decir Jesús, la pierde. Cuando salimos de ese solo querer “pasarla bien” para “vivirla bien” vamos a entender la importancia de dar la vida, de entregarla. Para estar bien debemos animarnos a mirar más cosas de frente, a llamarlas por su nombre, a decir amén.
¿Donde sentís que tenés que qué “tomar el toro por astas”? ¿Qué cosas tenés que llamar por su nombre y en donde sentís tenés que decir amén para afrontar lo que viene con esperanza? Renovamos nuestro amén en Cristo Jesús.