27/04/2022 – El 25 de abril fue el Día Internacional de la lucha contra el Maltrato Infantil. Lo que se busca es fomentar los derechos de los niños para que la sociedad tome conciencia de las consecuencias que genera el maltrato, que puede ser físico, emocional o verbal. “Un adulto que le grita o le pega a su hijo porque este tiene, por ejemplo, un capricho o berrinche, es un adulto que no sabe cómo canalizar sus propias emociones y no sabe cómo manejar sus impulsos”, dijo Laura Lewin, con quien charlamos sobre este tema en el programa “Hoy puede ser”.
El chirlo no corrige, sino que resiente y enoja
El pegar o gritar puede calmar una situación puntual, no la corrige a largo plazo, y genera, además, una carga emocional negativa en nuestros hijos.
El chirlo no corrige ninguna conducta. Al contrario, resiente la relación, y genera más desafío y enojo en los niños. Le estamos mostrando un modelo a imitar, del que él va a aprender. Pegarle al niño genera más miedo, rebeldía, humillación, y hace que pierda confianza en sus padres, y baje su propia autoestima. El niño termina haciendo lo que le pide el adulto por miedo, pero no por una satisfacción personal. El castigo físico nunca es terapéutico para el adulto ni pedagógico para el niño.
¿Qué se esconde detrás de los berrinches?
Debemos conocer qué se esconde detrás del comportamiento de los niños. Al poner atención en las emociones de nuestros hijos, no solo en las nuestras, estamos desarrollando nuestra propia empatía, que es la habilidad esencial para comunicarnos de manera eficiente. Debemos aprender a responder y no a reaccionar. Si tu hijo te demanda tiempo, tiene rabietas, se pelea con sus hermanos o le pega al perro, necesita de tu atención, no de tu castigo. Toda falta de conducta es un pedido de auxilio del niño. Hay una necesidad de él que no está siendo escuchada. Para ser niños respetuosos, primero deben ser niños respetados.
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