¡Vamos que la vida es una fiesta!

jueves, 2 de junio de 2011
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LA VIDA ES BUENA Sergio Denis

No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista…
tampoco las cosas buenas nos duran toda la vida…
y siempre que llueve, para, y siempre se hace de día,
La vida que Dios me ha dado es lo más grande que tengo;
por ella sigo soñando, por ella sigo sintiendo…
Y todo vale la pena: se aprende a vivir viviendo,
que sólo se aprende a vivir, viviendo…
Que el cielo no está tan lejos si lo buscamos aquí…
Que la vida vale la pena, vale la pena, vale la pena…
que a pesar de todos los males la vida es buena, la vida es buena…

Los caminos de este mundo son tantos como queremos…
A veces lo que elegimos es más de lo que podemos
y aunque nos equivoquemos vale la pena intentarlo
porque no hay camino si no lo buscamos…
si no cómo sabe uno a dónde puede llegar…

GC: Hace mucho tiempo yo escribí un librito: “Vivir en conflicto sin conflictuarse”, y tenía una segunda parte que yo había titulado “la vida es una fiesta”.          Este es un tema ‘bipolar’ en sentido de que por un lado afirma realidades verdaderas: la vida ES una fiesta. Pero por otro lado, no siempre la vida es una fiesta como uno se la imagina, y entonces esto puede ser entendido como una mentira.

GL: Por un lado tenemos a un Ricardo Montaner diciendo “la vida es una fiesta”, pero por otro tenemos el “Salve”: rezamos “a Ti clamamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas

GC: depende de la actitud que se tenga frente a la vida. Hay personas que piensan que la vida es ‘solo’ un valle de lágrimas. Creo que esa postura pesimista no es cristiana. El que ve solo las cosas oscuras de la vida deja de ver las cosas positivas que tiene. También hay quienes tienen la postura opuesta: la vida es solo belleza y maravilla, lo cual también es negativos. Muchos otros ni siquiera se hacen la pregunta: son los evasivos de la historia.

 A veces, cuando uno tiene una postura demasiado pesimista frente a la vida, se torna un poco agresivo, y se convierten en personas resentidas y vengativas.

 En una postura optimista, yo digo que la vida tiene dificultades, pero la dificultad es la oportunidad para tomar conscientemente una decisión que me permite alegrarme. Y si yo me alegro con todo lo que está sucediendo puedo alegrar a los otros y hacer que la vida sea bien llevadera, y por eso un momento de Pascua.

 

GL: ¿cómo hacer para enfrentar las dificultades con ánimo de fiesta? ¿dónde poner la mirada sostener una visión gozosa de la vida, sobre todo cuando los golpes de la vida nos quiebran?

GC: Creo que en primer lugar hay que entender que la vida siempre va a tener dificultades, y que esas dificultades no deben paralizarnos. No existe ningún acontecimiento humano que no tenga la doble dimensión de ‘gloria’ y de ‘Gólgota’. Y la dimensión de Gólgota es para descubrir la confianza, el crecimiento, así como la dimensión de ‘gloria’ es para entender el lenguaje del ‘Tabor’, de la alegría que es poder seguir amando a Dios cada vez más fuertemente.

Yo tengo una teoría: el preguntarse ‘¿por qué?’ siempre acusa, el preguntarse ‘¿para qué?’ siempre despierta esperanza

 Entonces yo diría: primero, tratar de tener una actitud positiva. Segundo, tratar de descubrir dónde está la causa que nos quita la alegría, cuál es la causa de ese problema que estamos viviendo. Al descubrir la causa, estamos descubriendo también de alguna manera el ‘para qué?’ de eso que está sucediendo. Y luego poner todos los medios para que lo positivo que está en el sustrato más íntimo de la tristeza, de la desesperanza de lo que me está sucediendo, pueda transformarse en algo bueno.

 En el fondo: podemos vivir la vida como un Calvario, como una experiencia de ‘infierno anticipado’, o podemos vivirla como anticipo de la eternidad, que significa la plenitud del gozo. Si pensamos en esto últimos, podemos ir entendiendo que las piedras del camino son oportunidades para catapultar nuestra entrega y crecer cada vez más en ese amor y en esa entrega.

 

QUE BROTEN LAS PALABRAS Illapu
Hoy solamente quiero hablar. Dejar que broten las palabras
Echar las frases a nadar por sobre un mar de quietas aguas
que digan ellas lo que quieran o callen sin decirnos nada
tal vez que soplen lo que el viento escucha cuando anda de andadas.
 
Vengan a esta fiesta improvisada, hoy está de día la palabra
 echen a volar aquellas trampas que hacen repetir lo que nos mandan
 
Si quieres hablar del amor o de la rabia que te abraza
si quieres cuenta la razón , aquí podemos escucharla.
Hoy día la conversación ha puesto sus mejores galas
y se ha escapado de la jaula que la mantiene encajonada.
 
CELEBRA LA VIDA Axel

No se si soñaba, no se si dormía, y la voz de un ángel dijo que te diga
CELEBRA LA VIDA.

Piensa libremente ayuda a la gente y por lo que quieras lucha y se paciente
lleva poca carga, a nada te aferres porque en este mundo nada es para siempre
Búscate una estrella que sea tu guía, no hieras a nadie reparte alegría

Celebra la vida, celebra la vida que nada se guarda, que todo te brinda
celebra la vida, celebra la vida segundo a segundo y todos los días

Y si alguien te engaña al decir te quiero pon mas leña al fuego y empieza de nuevo
no dejes que caigan tus sueños al suelo que mientras mas amas mas cerca esta el cielo
Grita contra el odio, contra la mentira  que la guerra es muerte y la paz es vida

Celebra la vida, celebra la vida que nada se guarda, que todo te brinda
celebra la vida, celebra la vida segundo a segundo y todos los días

Celebra la vida, celebra la vida y deja en la tierra tu mejor semilla
celebra la vida, celebra la vida que es mucho mas bella cuando tu me miras

GL: ¿Qué dice Dios acerca de la vida? En la Revelación ¿El ha emitido una opinión al respecto?

GC: En primer lugar, que es un don, y por tanto merece ser celebrada. Por eso, para celebrar, en primer lugar hay que tener razones. Y el hecho de entender que no es algo que simplemente ‘está’ sino que es un verdadero ‘regalo’ hace que uno entienda que la vida siempre debe ser una fiesta.

 En el Antiguo Testamento, sobre todo en los profetas, la visión del hombre que mira más allá del tiempo del exilio descubre justamente que la promesa consiste en eso: en un gran banquete, en una gran fiesta. Todo eso hace pensar de que en realidad, esto es un paso y que en ese mismo paso vamos ya anticipando lo que un día será plenitud.

 En el Nuevo Testamento, Jesús, en parábolas, ejemplifica el hecho de que hemos sido invitados a una fiesta. Hay algunos que encuentran razones para no asistir, hay quienes están buscando dedicarse más a cosas placenteras, y por tanto aunque son invitados a la fiesta, no llegan a la misma. Y justamente los que no tienen demasiadas cosas, los lisiados, los que están pendientes de alguna manera de que alguien les tienda una mano, van a ser convocados a la fiesta y la fiesta va a ser plena.

Por otro lado, en el Apocalipsis se nos expresa maravillosamente bien la vida como una fiesta, y lo que va a ser la vida eterna: una fiesta sin fin, absoluta y plena.

Por eso creo que la vida es eso: una fiesta, un don, y por tanto merece celebrarse

 

GL: hablamos del banquete como una promesa de vida eterna, pero para entrar en ese banquete ¿Quiénes adquieren ese ‘pasaje’ para ir a la fiesta: los que sufren mucho o los que gozan mucho de esta vida?

 

GC: Tanto unos como otros. Todo va a depender de cuál es la actitud interior, cuál es la visión teológica. Yo he tenido la oportunidad de contactarme con gente protestante, evangélica, luterana la mayoría, y sin saber si esas personas eran católicas o no porque lo declararan, podía saberlo por su postura frente a la vida. El protestantismo tiene una postura más oscurantista frente a la historia y frente a la existencia. Ellos consideran la vida como un sufrimiento: es preciso sufrir para poder entrar en la plenitud. En realidad, la vida aquí en la tierra también es fiesta, que se hará plenitud en el cielo.

GL: No daría la impresión de que los países protestantes sufrieran mucho, porque son los que han desarrollado más placeres, riquezas, confort, etc.

GC: No creas. Si distinguimos el bienestar como elemento de alegría, la fiesta como elemento de juerga, de poder económico, sin duda que sí. Pero en sí la fiesta es muy ‘latina’, muy ‘católica’. Y nos damos cuenta de esto solo con fijarnos la manera en que festejamos la Navidad, el Año Nuevo, los cumpleaños: esa alegría del reencuentro, las sonrisas, las lágrimas, son elementos muy nuestros, y muy religiosos también. Sabemos que más allá de la tragedia del mundo está la alegría de la Pascua.

 Hay un salmo donde el salmista expresa que ‘el polvo no proclama, no alaba la fidelidad de Dios. En cambio si lo deja con vida, va a convertir el lamento en júbilo y el luto de fiesta’. Is 38 dice ‘ya no voy a contemplar más al Señor en la tierra de los vivos’ y pide auxilio con palabras muy similares: ‘los vivientes son los que te dan gracias. Los que están en el abismo, en la muerte, no te alaban. Los que bajan a la fosa no tienen esa fidelidad’. Eso, si bien es del Antiguo Testamento, es muy católico: saber de que si Dios nos quiere nos regala oportunidades. Y es típico del hombre ‘regatearle’ a Dios para que El nos saque de la fosa –pequeña, grande, eterna, verdadera o simulada en el tiempo- para poder alabarlo.

 Los latinos tenemos una dimensión de fiesta más natural que los europeos, o mejor dicho que los protestantes o los pueblos nórdicos, etc.

“Yo decía: en lo mejor de mis días yo me tengo que ir. He sido destinado a las puertas del abismo por el resto de mis años. Yo decía: ya no contemplaré al señor en la tierra de los vivientes, no veré más a los hombres entre los habitantes del mundo. Arrancan mi morada y me la arrebatan como una carpa de pastores. Como un tejedor, yo enrollaba mi vida, pero El me corta de la trama. De la mañana a la noche terminas conmigo. Pido auxilio hasta la mañana. El quiebra todos mis huesos como un león. De la mañana a la noche terminas conmigo. Estoy piando como una golondrina, gimo como una paloma. Mis ojos se consumen de mirar a lo alto. Me oprimen, Señor. Sé Tú mi fiador. ¿Qué diré para que me responda si es El quien lo hace? Andaré errante a lo largo de mis años con amargura en el alma. Los que el Señor protege vivirán y su espíritu animará todo lo que hay en ellos. Tú me restablecerás y me harás revivir. Mi amargura se cambió en bienestar. Tú has preservado mi vida de la fosa del aniquilamiento porque has arrojado detrás de tus espaldas todos mis pecados. No. El abismo no te da gracias. La muerte no te alaba. Los que bajan a la fosa no esperan en tu fidelidad. El viviente, el que vive, te da gracias. Como yo en el día de hoy. De padres a hijos se da a conocer tu fidelidad porque Tú me salvaste, Señor, Y haremos resonar nuestras liras todos los días de nuestra vida junto a la casa del Señor.” Is 38,10

 

FIESTA Serrat

Gloria a Dios en las alturas, recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras y hoy sembrada de bombillas.
Y colgaron de un cordel de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel lilas, rojas y amarillas.
Y al darles el sol la espalda revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas para que el cielo no vea,
en la noche de San Juan, cómo comparten su pan,
su mujer y su galán, gentes de cien mil raleas.
Apurad, que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta que arriba mi calle se vistió de fiesta.
Hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol a la sombra de un farol
empapados en alcohol magreando a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal la zorra pobre al portal
la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas.
Se acabó, que el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvidó que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

 

GL: Un poeta turco decía que hay quien dice que la muerte iguala a todos. Y él replicaba que no, que lo que iguala a todos es la fiesta. Este es también el planteo de esta canción: es más igualadora la alegría que la muerte. En la alegría, en el gozo, se genera fraternidad

– ¿Cómo hacer para no estar deprimido por pérdidas grandes de familiares?

GC: yo diría que todo depende de la motivación que hay detrás de esa pérdida. Es lógico que durante el tiempo del duelo la persona se va a sentir con cierta tristeza. Pero después llega el momento en que la persona misma se dice ‘¿por qué tengo que andar así, triste?’, y comienza a sacarse de encima todos los lutos tanto visibles en la ropa como en el ánimo. Mientras tanto, hay que dar pasos para poder aceptar el misterio de la pérdida. Nada de lo que nos sucede nos puede quitar la alegría si encontramos una disposición anímica positiva en eso que estamos experimentando. En última instancia, también la muerte tiene un destello de luz y de positividad cuando uno tiene fe y esa fe hace que uno cambie el pesimismo en algo positivo. Es importante aceptar los dramas y las tragedias como son, aparentemente sin posibilidad de salida. Aún en la tragedia más grande que es la muerte, también hay una salida de espontaneidad y gracia que es ver más allá del horizonte y descubrir que la persona fue buscada por alguien que es Dios, y en ese beso maravilloso del Padre al hijo que cae misteriosamente en el camino de la vida para ser reencontrado por El, en ese beso, se reconcilian las etapas de la vida de esa persona, y nos permite a nosotros, mirándolo a él, crear un clima de alegría en medio del dolor, de la desesperanza natural que a veces puede existir, y de la tragedia.

 Hay personas que naturalmente, ya sea por el elemento de la vivencia familiar, por el temperamento, por ideologías religiosas o políticas, no tienen esa posibilidad de mirar más allá. Y muchas veces esas ideologías están incentivadas por medios de comunicación, donde siempre se muestra lo oscuro, y lo oscuro sin posibilidades de salida. Cuando uno vive y cae en ese morbo de la existencia, en lo oscuro y feo de la existencia, es evidente que nunca va a salir de esa tristeza al perder a alguien querido. Pero si mira más allá y ve a esa persona junto al Padre que lo vino a buscar, puede transformarse el ‘aguafiesta’ de la vida en un clima maravilloso de gozo. Si uno se acerca al misterio de la persona que está más allá de mi, y que por tanto está siendo amada por mi en la plenitud, que no es querer yo agarrarla para siempre sino entregarla y donarla en el misterio de la libertad, en un Dios que la viene a buscar como lo busca a Jesucristo en el misterio de la cruz para la Pascua, si la persona vive esa experiencia, entonces puede vivir después de un tiempo en un clima nuevo que se llama ‘amor del Padre en mi’.

          ¿qué cosa concreta podemos hacer para cambiar el pesimismo en alegría y en ilusión de la vida? Para todas las personas que tienen tendencia al pesimismo, que aunque piensen o no intelectualmente, sienten que la vida es un valle de lágrimas. Indudablemente, nadie nace pensando en eso. Un bebé que cuenta con los recursos de contención y afecto y cuidados necesarios para vivir, expresa alegría de vivir.

GC: Para que haya una verdadera fiesta, hacen falta algunos presupuestos. Cuando uno prepara una fiesta, primero hay que tener motivaciones para festejar, tener una disposición anímica positiva, contar con un ambiente alegre, arreglado para que la fiesta se desarrolle. También hacen falta los invitados, una buena comida, una buena bebida, buena música, etc. Y contar también con los imprevistos que toda fiesta tiene. Todos estos elementos, desde un punto de vista pedagógico y ni que hablar religioso, deben ser utilizados para que tu vida pueda ser siempre una fiesta. Toda persona tiene razones para festejar: experiencias hermosas del ayer, también del hoy: todo merece celebrarse. El don de que puedas existir, de que puedas escuchar… Y no dejar que el pesimismo cunda. Tenemos que ir en contra de todo un ambiente pesimista que nos acompaña y en el que influyen mucho los medios de comunicación. Y cuidar el clima de alegría, vigilar para que ese clima se pueda contagiar. Todos tenemos amigos a quienes podemos invitar a compartir el don de la vida, quererlos verdaderamente, dedicarles tiempo, y ofrecerles pequeños deleites como un buen chiste, un día de campo, un lindo libro… Todo es posible de ser revertido, y en última instancia, descubrir aquellas cosas que te hacen alegre, que te sacan música. El baile del compás de las circunstancias maravillosas de tu vida tú puedes descubrirlo y compartirlo, aceptando los contratiempos pero yendo más allá de ellos. Saber que las experiencias de fracaso, de cruz, pertenecen a la vida y hay que aprovecharlas para crecer. “Vamos subiendo la cuesta, que arriba mi calle se vistió de fiesta”. Subir la cuesta es cansador, pero arriba mi calle se vistió de fiesta. De eso se trata.

 

GL: Sería bueno de que cada uno se pregunte ahora: ¿qué hago yo para celebrar la vida? ¡cómo preparo esa celebración? Porque es también una labor

El tema del canto aparece en todo el folklore universal como un muy buen remedio para consolar las penas. Y nuestra fe también es un canto, porque la Buena Nueva es un canto.

 

Para cantar he nacido soy copla que el viento lleva

a veces canto en el árbol que se deshoja de pena

a veces bebo del fuego palabras de primavera

 

Mi sangre canta por dentro como la lluvia por fuera

la noche canta y convierte sus pájaros en estrellas

pero cuando canta el pueblo musicaliza mis venas

 

Yo nunca miro a la rosa por su color de quimera

la miro porque ella tiene a sangre de los que sueñan

porque en sus gajos florecen las manos del que la siembra

 

Si el canto no se levanta como la hoguera del fuego

si no libera las penas de los que están en la tierra

de nada sirve que suene la voz de la chacarera.

Así como canta el río cuando la noche lo ciega
y sin mirar su camino sigue su rumbo de piedra
yo le canto a los que vienen caminando por la tierra.

Mi copla es azul y estrellas y una guitarra encendida
en su corazón de pueblo la vida sufre y agita
con el perfil de sus bombos las esperanzas marchitas.

Por eso canto a las cosas que me va dando la vida
a los changuitos de barro hondeando lunas perdidas
al tallo con sus espinas y al hombre con sus heridas

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Por qué lamentas tu suerte y te quedás en el pozo? para llegar a la orilla hay que remar otro poco

Te pone a prueba la vida para saber si la quieres la vida es tuya y recuerda es sólo una y no vuleve

Si ya no vez la salida, si el golpe ha sido muy grande, apuesta siempre a la vida, contá que el sol siempre sale

Nada de tristezas, a gozar! que la vida es buena, ya veras

No escuches a los que dicen que el mundo se arregle solo, no dejes todo al destino hay que ayudar con el hombro

Si ya no vez la salida si el golpe ha sido muy grande apuesta siempre a la vida contá que el sol siempre sale

Nada nada de tristezas, yo te quiero ver gozar

que la vida es bella y buena te pone a prueba nada más Jorge Rojas

 

GL: Yo pienso que lo que atenta contra la alegría de la fiesta de la vida, no son los golpes duros que se hayan vivido sino mas bien el exceso de confort, ya que es lo que nos pone como una barrera y no podemos tomarle el pulso a la vida, no podemos medir su temperatura vital. Esa mediación que hace el confort, la ambición de bienestar permanente, el llenar nuestros vacíos con consumos de todo tipo, eso es lo que nos amarga la vida. ¿qué pensas vos de esto?

GC: No se si la palabra justa es ‘confort’, pero sí expectativas que uno se pone que no van en la línea del espíritu sino en la línea de lo material y de la sociedad de consumo. Y eso tiene una terrible resonancia que es la siguiente: porque no tenemos lo que deseamos, nunca somos felices, pero por sobre todo, no podemos gozar de lo que tenemos. Se nos van colocando necesidades que no van en la línea del espiritu, que es infinito y que nunca lo podremos satisfacer, sino en la línea de lo que marca la sociedad de consumo, y como no lo podemos poseer nos sentimos infecundos. El crecimiento espiritual nos da alegría. El crecimiento material muchas veces nos crea disconformidad.

 Este tema de “la vida es una fiesta” es un tema muy pedagógico. Creo que desde la familia hay que ir educando para que nuestros hijos descubran esta dimensión de la vida como una fiesta. Ejemplo: colaborar para que mis hijos, mi cónyuge, mis compañeros, sean felices. Que descubran lo positivo de las cosas que tienen, pero también darle protagonismo

En el fondo, la fiesta no es algo que viene hacia mi sino que yo puedo programarla en cierta medida descubriendo las oportunidades que la vida tiene para ser festejada. Hay que trabajar pedagógicamente para que desde el vamos, desde la familia, la vida no solo es tristeza y valle de lágrimas sino también posibilidad de fiesta

 

 Siempre hay que encontrar motivos para festejar, para hacer que la vida sea una fiesta. Pueden ser a veces pequeños, otras más grandes. La persona que se preocupa todos los días por descubrir un hecho hermoso que le sucedió en ese día, va a hacer de ese día y de su vida, una fiesta.

 Las personas de fe tenemos aún más razones para festejar, y eso se llama GRATITUD. La gratitud despierta el festejo sobre todo porque descubre que esas pequeñas cosas de la vida son las caricias que Dios nos da, y cuando nos sentimos acariciados con ternura –como es la caricia de Dios- entonces tenemos motivos para seguir festejando.

 

 El Magnificat es el canto de la Virgen a lo grandioso que Dios ha hecho en su vida. Creo que lo que hace la Virgen en nuestro corazón es transformar absolutamente todo en gracia. El hecho de que toda herida pueda transformarse en bendición, lo hace la virgen. Y su canto es la definición de la vida de un cristiano que la entiende como una gran fiesta: aquí en la tierra, anticipadamente; en el cielo, en la plenitud.

 

 Les deseo a todos que cada día reciban tantas caricias de Dios que la vida sea una auténtica fiesta