Dame un beso cuando veas que la fuerza se me fue Y veras que me levanto pues un beso tuyo cura todo
Cuando el aire cruza raro entre los árboles de mi alma no creas Se podrán mover algunas hojas pero siguen firmes las raíces Dame un beso y alíviame el dolor de estar tan vivo Y verás que es pasajero pues un beso tuyo cura todo
Dame un beso y aférrate conmigo al paso de los años Y abrígame que hay frío el resto del camino y solo un beso tuyo puede ser mi abrigo Alberto Plaza
Van a ser los días esos barcos de luz que una vez pude escribir y la alegría que hemos olvidado volviendo por los huesos a subir. Yo me alimento con una quimera en que los ojos al sol verán brillar los brazos de mi padre en las banderas y una ceniza negra que se va.
Cuando me convenza que la suerte me rige a la par que la pasión y no el temible arcángel de la muerte velando sobre el campo del reloj. Si lo consumado y lo posible tienen siempre la cara del horror en esta patria de lo inaccesible en este tiempo olvidado de Dios.
Yo digo que mis ávidos amores son fuertes y viven más que yo son gigantes tenues como flores que alientan este turbio corazón. Los alimento con una quimera en que los ojos al sol verán brillar los brazos de mi padre en las banderas y una ceniza negra que se va.