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Arquetipos
Apolo, un dios iluminado
jueves, 9 de junio de 2011
1.
Buscando un lugar para nacer
Cada mañana cuando abro mis ojos al nuevo día y la tibieza de la luz acaricia mi rostro, elevo mi pensamiento a Apolo, divinidad de la luz y de la claridad, la cual conduce el carro en el que viaja el sol en su trayecto de cada jornada, iluminando el cielo. A algunos les parece paradójico que el dios sol haya nacido de Leto, la diosa de la noche. Tal vez este hecho confirma que, a su modo, la oscuridad también busca la luz. Será por eso que Apolo casi no encontró lugar donde nacer al venir a este mundo. Su madre tuvo un alumbramiento de gemelos en una isla llamada Delos, cuyo nombre significa
“brillante”
, seguramente porque en ella dio a luz a la luz. Allí nació el resplandor del dios sol. Algunos también lo llaman Febo o Helios.
Cuando
Hera
se sintió desplazada. Los celos la impulsaron a castigar a Leto prohibiéndole que diera a luz en tierra firme. La diosa embarazada andaba errante, buscando un lugar para tener a sus hijos en el cual estuviera fuera del castigo de Hera. Después de mucho andar, Leto encontró una pequeña isla, hasta entonces móvil y errática que estaba a la deriva. Esta era la
isla
de
Delos
, la que después fue consagrada a Apolo como uno de sus santuarios. , la esposa de Zeus, descubrió que
Leto
esperaba un hijo de su marido,
Según cuentan las leyendas, del único árbol que se encontró en el terreno desierto del lugar, Leto se agarró para aguantar los dolores del parto que fueron interminables y extenuantes ya que duraron nueve días y sus noches, por lo cual todas las diosas llegaron hasta ese lugar donde sólo se escuchaban los gritos desgarradores de los prolongados dolores de parto.
Hera, por su parte, movida a mayor crueldad, había secuestrado a
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