15/09/2022 – Compartimos esta semana una nueva edición del ciclo “Palabras jóvenes de grandes hombres”, junto al padre Alejandro Nicola, Doctor en Teología especializado en Patrística.
“Buscar las plegarias de aquellos antiguos testigos, releerlas y meditarlas es, pues, participar en el impulso sublime que llevó a las primeras generaciones cristianas a conquistar por la sangre y las lágrimas el mundo para Cristo, y es al mismo tiempo, tomar la fe en su mismo manantial, penetrando y ordenando los dogmas. doble retorno a las fuentes, doblemente fecundo”.
Dentro de la marco general del ciclo -que es la oración de los primeros cristianos- el padre Alejandro, junto a Augusto Carranza, nos hablaron acerca del tema “Oren sin interrupción”.
Antes, recordamos lo abordado en el programa pasado: la oración judía en el Antiguo Testamento, los ejemplos del Nuevo Testamento, las características fundamentales de la oración patrística, contenidos, tratados. Abordamos también los grandes momentos: la época de los mártires, el nacimiento de la liturgia, los primeros téologos.
Estas dos palabras de San Pablo, tomadas de 1 Tes 5, 17, han provocado un gran impacto en todos aquellos cristianos que se han dedicado y se dedican a la vida espiritual.
Pocos son los versículos de la Biblia que han sido citados tantas veces como éste. Sus palabras son un eco de las que Jesús repitiera frecuentemente a sus primeros seguidores y que encontramos fundamentalmente en el Evangelio de San Lucas. San Pablo parece familiarizado con esa enseñanza y logra resumirlo en la frase citada al comienzo.
Los Padres de la Iglesia señalan tres grandes dificultades para llevar adelante esto que propone San Pablo de orar sin interrupción:
a) Los fieles confunden con frecuencia la disposición del corazón o la intención con el ejercicio. b) Mala comprensión de lo que significa que todo lo que se pide en la oración se obtiene c) Ciertas desviaciones en el orante: concepción mágica de la oración dicha en forma mecánica, o ciertas formas alienantes confundidas con la espiritualidad.
En el programa se compartió el texto de San Cipriano de Cartago (Tratado del Padrenuestro) a la vez que conocimos acerca de las horas importantes del día, la noche y las vigilias, como así también el sentido trinitario del tiempo… Estar en Cristo. Decía San Cipriano:
“Los que estamos en Cristo, es decir en el Sol y en el Día verdadero, debemos insistir con súplicas y rezar durante el día y ¿cuándo puede estar sin luz el que lleva la luz en el corazón? ¿cuándo estará sin sol y sin día aquel que para quien Cristo es el sol y el día?”
Otro de los textos compartidos fue el de San Juan Crisóstomo (Sobre las homilias de San Mateo), donde nos invita a “orar oportuna e inoportunamente. Él se hizo pobre para hacernos ricos… soportó todas esas cosas para invitarnos a que le pidamos:
“Pero basta que nos convirtamos, en cuanto reconocemos que hemos pecado un poco, brota la fuente y se derrama el mar. Él se alegra más cuando tú más recibes, y se dispone a darte mucho más todavía. Tiene por riqueza propia nuestra salvación y el dar abundantemente a los que le piden”.
El p. Alejandro Nicola es párroco de la parroquia Cristo Redentor, en Córdoba
Podés escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota