Sin prejuicios para vivir el evangelio

jueves, 5 de enero de 2023
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05/01/2023 – «¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?», con esta pregunta de Natanael desandamos la Catequesis para reflexionar sobre cuáles son los prejuicios más comunes en nuestras comunidades y en nuestra sociedad, junto al Padre Alejandro Puiggari.

 

Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme.» Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.» Natanael le preguntó: «¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?» «Ven y verás», le dijo Felipe. Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez.» «¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael. Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.» Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús continuó: «Porque te dije: “Te vi debajo de la higuera”, crees . Verás cosas más grandes todavía.» Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

San Juan 1, 43-51

 

Uno de los desafíos del evangelio es que podamos decir “nada de prejuicio para vivir el evangelio”, comentó el Padre Alejandro y para adentrarnos en el texto invitó a seguir prestando atención especialmente los “encuentros”.

Jesús partió a Galilea y encontró a Felipe; Felipe a su vez encontró a Natanael y frente a su prejuicio Felipe lo invita: “Ven y verás”. La experiencia cristiana no es una teoría, es la experiencia de ir con Jesús, detrás de Jesús. 

“Al evangelio hay que leerlo en clave personalista” dijo el Padre Alejandro, estando atentos a “los encuentros de las personas, a las actitudes de las personas y a los verbos que acompañan esas actitudes”.

En esta cadena de encuentros hay un paso en falso.

Felipe da una buena noticia: han encontrado a Jesús de Nazaret; pero en la respuesta de Natanael emerge el prejuicio: ¿acaso puede salir algo bueno de Nazaret?

El prejuicio aparece a veces es por edad, por tipos sociales, por localidades; es bueno ponerle nombre a ese prejuicio para pedirle al Señor que nos libere.

 

La corrección de Jesús a Natanael

Natanael está un poco prejuicioso y va al encuentro de Jesús. En ese encuentro Jesús le señala lo mejor que tiene: “este es un verdadero Israelita, un hombre sin doblez”.

“Que lindo cuando alguien puede sacar lo mejor del otro, incluso cuando tiene que corregirlo, o ayudarlo, porque va marcando con cariño y caridad”, comentó el Padre Martín Rebollo Paz que junto al Padre Alejandro Puiggari recordaron la manera de corregir que tenía Monseñor Maletti, “que rescataba siempre primero el lado bueno o positivo que tenía cada persona”.

Podríamos decir que Natanael, quizás porque es un hombre sin doblez, hace la primera expresión de fe explícita hacia Jesús: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios”. Cuando Natanael se da cuenta que está ante un hombre “distinto” hace esta confesión, porque la vida en Dios hace que Él pueda más que nuestros defectos.

Pidamos a Dios y a María la gracia de ser como él, como Natanael, hombres rectos, sin doblez y con corazón de niño.

 

Santa María, Madre de Dios,

consérvanos un corazón de niño, puro y transparente como una fuente.

Danos un corazón simple que no sepa saborear las tristezas,

un corazón magnífico en al darse, tierno en la compasión;

un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien, y que no conserve rencor de ningún mal.

Danos un corazón dulce y humilde, amante sin exigir reciprocidad,

gozoso de guardarse en otro corazón delante de tu Hijo Jesús,

un corazón grande e indomable,

que ninguna ingratitud le tenga,

 que ninguna indiferencia canse;

un corazón apasionado por la gloria de Jesucristo,

herido por su amor, y cuya llaga no se cure si no en el cielo.

Amén.