25/01/23- Todos los miércoles nos encontramos con Fray José “Pepe” Girado, fraile franciscano. En esta oportunidad el Padre Pepe, con un oído en el pueblo de Dios, nos contó el testimonio de un hermano que fue a verlo a los Valles Calchaquíes:
“Estuve 20 años alejado de la Iglesia. Me sentía separado, me sentía mirado como un reo. Acercarme implicaba sentirme señalado. Para los otros era un pecador y así me lo hacían sentir. Hasta que un día, en un viaje, tuve la moción de volver. Busqué la primera Iglesia que encontré , para encontrarme.”
“Allí había un cura que al escuchar su inquietud le dijo: ¿tenés algo para agradecer?; no centrándose en el juzga miento de la persona, del porqué se fue; sino despertar el don del agradecimiento para que vuelva a casa”, dijo Fray Pepe.
“Hay muchas situaciones donde nos sentimos fuera de casa. Porque hay que entender la Iglesia como casa, como familia. En esta casa nos une una Presencia viva. Por eso estamos invitados a preguntarnos: ¿porqué no me siento en casa?; ¿porqué no hago sentir parte a otros?; ¿porqué a veces la Iglesia se transforma en la grande y fría institución que no puede acoger a cada persona en su situación?”, dijo Fray Pepe.
“Si nos podemos a escuchar a las personas, nos daremos cuenta que hay muchas manifestaciones afines a nuestro propio camino de fe, a nuestra vida de familia y de Iglesia. Que hay un otro con quien compartir nuestra vida de fe y dejar que el otro nos la comparta también. La Iglesia tendría que ser un lugar de encuentro y de salida; no para convencer a otros, ni para mostrarles que están equivocados, sino para compartir sin desvalorización ni imposición la belleza que descubrí.”
“Los supuestos convertidos necesitamos convertirnos. Vivimos una dualidad: pensamos que hay convertidos y no convertidos, pecadores y no pecadores, hay un adentro y un afuera. En realidad esta dualidad se rompe muy pronto si nos abrimos a la novedad de Jesús, porque todos estamos en camino. Todos estamos siempre en los inicios. Esta dualidad cuando se hace rígida , nos hace entrar en la grieta de : nosotros y ellos.
Hay que cultivar nuestra mirada misericordiosa: yo fui perdido y encontrado, yo estoy perdido y necesito ser encontrado.
Un gran tema para los caminos espirituales es no ponernos en un lugar de elite, no ponernos en un lugar de salvados versus condenados, despreciando otros caminos”, expresó el sacerdote.
Necesitamos servir para vivir. “Servir significa mirar a Jesús que dice: estoy en medio de ustedes como el que sirve. Los cristianos estamos llamados a reproducirlo como comunidad. Estar en el mundo como el que sirve. Estamos invitados a preguntarnos ¿cómo estoy en el mundo, en mi vida cotidiana?; vos que sos rostro de la Iglesia ¿transmitís que unos sí y otros no?.”
No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.