¿Quien es Jesus?

lunes, 5 de septiembre de 2011
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Seguimos ahora en el Despertar con María con la catequesis, con la presencia del Dios viviente que nos trae vida. En ese sentido vamos hoy a tener nuestra consigna en la catequesis:

 

¿Quién es Jesús en tu vida?

 

Para mí Jesús es amor, para mí Jesús es consuelo, para mí Jesús es fortaleza, para mí Jesús es el centro de mi vida, para mí Jesús es mi amigo y para otros Jesús es la voz profética que abre caminos.

 

Tantas realidades diversas y la presencia grande, múltiple, en colores y en formas que el Señor tiene de reflejarse en la vida de los hermanos, lo vamos a poner hoy a consideración de todos porque sobre el final de la catequesis de Teresa de Calcuta, ella nos va a contar quién es Jesús para ella.

 

También lo podemos hacer a través de la música, casi podríamos hacer la catequesis solamente con esto. Qué lindo poder encontrar tantos modos de decir el valor de centralidad que ocupa Jesús en el corazón. Ponerle música a lo que sentimos es sacar partes importantes de lo que sentimos, estamos buscando melodías que nos ayuden a expresar el sentimiento profundo y grande que tenemos por aquel que nos amó hasta perder la vida.

 

Decía Madre Teresa, La alegría de amar a Jesús procede de la alegría de compartir sus sufrimientos, por eso no te permitas estar preocupado ni angustiado, cree en la alegría de la resurrección.

 

En todas nuestras vidas, como en la vida de Jesús, la resurrección tiene que venir, la alegría de la Pascua tiene que aparecer.

 

Que se note en esta mañana que estás enamorado de Jesús, que has encontrado la razón de tu vida, que lo es todo para vos, que es él de los grandes detalles y de las presencias que no se pueden obviar, que despierta lo mejor en vos, que te trae la paz que buscas, que es la alegría y la razón por la cual vivís, que es la locura que te despertó la única razón por la cual entregar la vida. Que todo eso lo podamos decir esta mañana entre melodías y expresiones que hablen de lo que Teresa de Calcuta habla cuando dice: Jesús es la luz que yo enciendo.

 

Nada podía impedirle que esparciera la luz del amor de Dios en los lugares con más problemas del mundo. En agosto de 1982 se aventuró a ir a un Líbano desgarrado por la guerra y desde allí escribió a sus hermanas: "Acabamos de abandonar Beirut, todo ha sido una continua manifestación del amor de Dios con nosotras y con su gente, con continuas acciones de amor en ternura y en cariño. Llevé un cirio pascual con la imagen de nuestra Señora con el niño, el jueves el bombardeo fue terrible, encendí el cirio esa tarde a las 16 hs., a las 17 hs. todo terminó de repente, desde entonces hay una total tranquilidad. Cruzamos y trajimos a 38 niños lisiados y enfermos mentales, el cirio se consumió anoche. Si tienen el cirio de Pascua por favor enciéndanlo ante nuestra Señora en acción de gracias, les contaré el resto a mi regreso".

 

Allí donde hay tinieblas, decía ella, enciende una pequeña luz, que aunque sea pequeña esa luz será capaz de iluminar todo el ambiente. Esto fue lo que identificó su vida, ven y sé mi luz, le dijo Jesús.

 

Esa luz de Cristo brilla en tu corazón y hay un gran motivo de vida y de brillo dentro tuyo por compartir con todos tu sentir luminoso en torno a Cristo, al que vos también estas llamado a irradiar en este viernes 2 de Septiembre de 2011.

 

Teresa de Calcuta pasó sus últimos 20 años realmente bajo el asigno del dolor y de la enfermedad por una vida desgastada en Cristo. En el año 1983 tuvo que ser hospitalizada en Roma y allí entre su salud muy deteriorada y un espíritu siempre en Dios escribió:

 

Tu eres Dios, tu eres Dios de Dios,

tu eres engendrado no creado,

tu eres de la misma naturaleza del Padre

tu eres el hijo del Dios vivo,

tu eres la segunda persona de la trinidad,

tu eres uno con el Padre,

tú estás con el Padre desde el principio,

todo fue hecho por tí y por el Padre,

tu eres el hijo amado en quien el Padre se complace

tu eres el hijo de María concebido por el Espíritu en el seno de María,

tu naciste en Belén

tu fuiste envuelto en pañales por María y recostado en el pesebre lleno de paja,

tu fuiste calentado con el aliento del burrito sobre el que viajó tu madre cuando te llevaba en su seno,

tu eres el hijo de José, el carpintero, como eras conocido por la gente de Nazaret,

tu eres un hombre sencillo, sin mucho saber, según te juzgaban los sabios de Israel,

Quién es Jesús para mí, se preguntaba Teresa de Calcuta, Jesús es el verbo hecho carne,

Jesús es el pan de vida,

Jesús es la victima ofrecida por nuestros pecados en la cruz,

Jesús es el sacrificio ofrecido en la santa misa por los pecados del mundo y por los míosw,

Jesús es la palabra para ser hablada, es la verdad para ser dicha,

Jesús es el camino para ser recorrido.

 

Escribía, además Teresa de Calcuta,

 

Jesús es la luz para ser encendida,

Jesús es la vida para ser vivida,

Jesús es el amor para ser amado,

Jesús es alegría para ser compartida,

Jesús es sacrificio para ser ofrecido,

Jesús es la paz para ser dada,

Jesús es el pan de vida para ser comido,

Jesús es el hambriento para ser alimentado,

es el sediento para ser saciado,

es el desnudo para ser vestido,

Jesús es el que no tiene hogar para ser recogido,

Jesús es el enfermo para ser curado,

Jesús es el que está solo para ser amado,

Jesús es el rechazado para ser aceptado,

es el leproso para lavar sus heridas,

es el mendigo para darle una sonrisa,

es el borracho para escucharle,

Jesús es el retrasado mental para protegerle,

es el pequeño para abrazarles,

es el ciego para guiarle,

Jesús es el mudo para hablar por él,

Jesús es el tullido para caminar con él,

Jesús es el drogadicto para ser su amigo,

Jesús es la prostituta para apartarla del peligro y de sus amigos,

Jesús es el prisionero para ser visitado,

Jesús es el anciano para ser servido,

Para mí, Jesús es mi Dios,

Jesús es mi esposo,

Jesús es mi vida,

Jesús es mi único amor,

Jesús es en mí todo en todo.

 

Y concluía, Jesús es todo para mí, yo le amo con todo mi corazón, con todo mi ser, le he dado todo, incluso mis pecados, y él se ha desposado conmigo con ternura y amor, ahora y por toda ni vida, yo soy la esposa de mi esposo crucificado. Amén

 

Mientras los años iban pasando, una conciencia iba creciendo en Teresa de Calcuta, la convicción de ser nada, convicción de mi nada.

 

Durante los últimos años de su vida, Madre Teresa dedicó mucha parte de su tiempo y de sus energías al desarrollo y al crecimiento de la rama masculina de su familia religiosa, los misioneros de la caridad contemplativa, formado por sacerdotes y hermanos fue fundado el 19 de marzo de 1979, en la fiesta de San José, el movimiento Corpus Christi, una institución internacional dedicada a fomentar la santidad de los sacerdotes fue reconocida oficialmente por la Congregación para el clero en la fiesta del Sagrado Corazón el 26 de junio de 1981 y los Padres Misioneros de la Caridad empezaron a trabajar el 13 de octubre del año 1984 en Nueva York.

En el año 1985 al acercarse el V Capítulo General, Madre Teresa expresó nuevamente su gran anhelo de ser dispensada de su responsabilidad como Superiora General y de ser una simple hermana más en la comunidad, compartía su pensamiento con el Cardenal Nicacci. Decía en una carta, yo pido a nuestras hermanas que recen y voten por otra persona que ocupe mi lugar, hay muchas hermanas capaces de hacerlo incluso mejor, he hecho por la gracia de Dios mucho, porque le dejé las manos libres a Jesús, sabiendo que no puedo hacer nada por mí misma, la convicción de mi nada ha hecho la obra y toda la congregación es completamente suya, él hará cosas todavía más grandes si encuentra a alguien que sea más NADA que yo.

 

 

Si algo caracterizó el vínculo de Teresa de Calcuta con Jesús fue vivir en fe en él, en las noches de su alma.

 

Fue en aquellos años 85/86 que Teresa de Calcuta decidió compartir su lucha interior con un sacerdote, el padre jesuita Albert Huart de la provincia de Calcuta. Él lo recordaba así: Fue muy probablemente al retiro previo al capítulo General del 85, Madre vino a hablar sobre la terrible noche de su alma, no era una fase transitoria sino que había durado años, lo que me impactó al instante fue que añadiera a la descripción de esta dolorosa e interminable noche, Padre, me doy cuenta de que cuando abro la boca para hablar a las hermanas y a la gente sobre Dios y la obra de Dios les llevo alegría, ánimo, pero yo no obtengo nada de ello, dentro de mí está todo oscuro y siento que estoy totalmente apartada de Dios.

Estas palabras, decía el sacerdote, me sonaron como puro Juan de la Cruz. El contraste entre su noche interior y su capacidad para trasmitir a Dios de palabra y obra a otros me permitió hacer todo lo que pude para asegurarle que Dios estaba trabajando poderosamente con ella y para animarla a que aceptara esas tinieblas como parte de su obra, pero en este tipo de noche unas pocas palabras bien intencionadas no alivian el dolor o por lo menos, no mucho.

 

La noche continuó tan oscura como siempre, el Padre Huart ofrece esta metáfora particularmente adecuada para caracterizar la experiencia de Madre Teresa. Al escucharla, la imagen que surgía en mí era la de una casa bañada por la luz cálida y radiante del sol rodeada de exuberante vegetación y flores, sin embargo por dentro todo oscuro y frío. Había dejado de mencionar su oscuridad por escrito y rara vez hablaba de ella, pero sufría tan intensamente como durante los últimos 35 años, a pesar de ello, o mejor a causa de ello, continuó siendo una fuente de luz y de inspiración para los demás.

 

 

Otro sacerdote llegó a la profundidad de la prueba más intensa del corazón de Madre Teresa de Calcuta, el padre William G. Curling, entonces párroco de una parroquia en Washigton, el recuerda, he tenido el privilegio de dirigir varios retiros espirituales para Madre Teresa en Calcuta y en Estados Unidos, recuerdo qué intensa era su hambre por profundizar su relación con Jesucristo.

Una tarde en particular, Madre Teresa y yo conversábamos sobre la aridez espiritual, una de sus hermanas oyó por casualidad nuestra conversación y subrayó, Madre, debe recibir un gran consuelo de Dios para sostener su misión por los más pobres de los pobres! Más tarde durante una hora santa, uno de los miembros de su familia religiosa me entregó una nota escrita por Madre Teresa, la leí y después miré hacia donde ella estaba sentada en la capilla, me devolvió la mirada, se arrodilló y se puso frente al Santísimo Sacramento entronizado en la custodia, ese gesto confirmaba sus palabras, Querido Padre: rece por mí, dónde está Jesús?

 

A lo largo de los años de amistad con Madre Teresa, compartió frecuentemente conmigo la sequedad espiritual que acompañaba su trabajo como misionera de la caridad. Esta pregunta la llevó siempre a buscar más, en medio de la oscuridad de su fe, la pregunta ¿dónde está Jesús?

 

Cuantos modos de identificarse con el rostro humano en la fe que busca y anhela de su presencia a Jesús de tantas maneras manifestado en el corazón de los hermanos, lo compartimos en los menajes que todos ustedes han dejado.

 

 

Cuantas cosas hermosas y bonitas que surgen del corazón cuando nos pone el Señor un instrumento tan bello y tan contundente, tan pequeño y al mismo tiempo tan grande como la figura de Teresa de Calcuta, cómo a través de ella el Señor ha venido a despertar en nosotros el sentir de su presencia en nuestra vida.

 

Lo más importantes es que puedas descubrir quién es el Señor en tu vida, que puedas seguir esa inspiración que brota de lo más profundo de tu ser.

 

Nos encontramos el lunes para nuestro compartir de todos los días en el Despertar con María, Dios los bendiga y que tengan un hermoso fin de semana.