“Los inmigrantes alemanes son muy particularmente deseados por los nacionales, por su honradez proverbial, sus costumbres laboriosas y su carácter pacífico y tranquilo”, decía Sarmiento en 1847 y proponía que dos millones de alemanes se radicaran en el país, para dedicarse a la agricultura, a la fabricación de quesos y manteca y a la cría de merinos. Las propuestas alemanas de Sarmiento no se concretaron, pero, entre 1810 y 1860, el 22% de los inmigrantes fue alemán. Y tambien lo era Augusto Krause (el padre de Otto Krause), amigo de Sarmiento y co-fundador de Chivilcoy, la colonia que mereció el mas exaltado elogio del prócer.
Altgelt, Ferber y Cía, sucesores de Carlos Bunge, se dedicaron a la exportación de lanas y cueros y a la importación de maquinaria agrícola. La firma se transformó, luego, en Ernesto Tornquist y Cía, continuando la evolución familiar. EI padre de Ernesto Tornquist había llegado en 1823. El hijo tuvo un importante saladero, luego un frigorífico en Rosario, una refinería de azúcar y adquirió tierras en Santa Fe, Entre Rios, y en los territorios de la “Conquista del Desierto”. Fue el más notorio financista de la epoca de Roca, y también fue fundador de colonias agrícolas de inmigración”.
En 1867, Adolfo J, Bullrich, hijo de un militar alemán hecho prisionero por el ejército de Alvear, fundó la empresa que lleva su nombre. Consignatario de hacienda y empresario inmobiliario organizó importantes y resonantes remates de reproductores. Con mas de 120 años de actuación, es la suya una de las empresas más antiguas del país. Su historia es la historia misma de la Exposición Rural.
En 1884 fue fundada la empresa Bunge y Born, como extensión de su casa matríz de Amberes. Asociada a la "revolución del trigo", en la decada de 1920 fue la principal exportadora de cereal, con vasta red de representantes en el exterior.
Klaus Stegmann tuvo, hacia 1850, una estancia en Flores.
Hubo colonos alemanes en Santa Fe (en las colonias Esperanza, San Carlos, Helvecia, Humboldt, Germania, Hansa, Guadalupe y varias más)
Pero es en Misiones donde la colonización alemana fue más singular. Al fin de la Primera Guerra Mundial, más aún después de la Gran Inflación de 1923, cientos, miles de colonos alemanes llegaron a Misiones.
En 1910, en homenaje al Centenario, las colectividades de inmigrantes donaron a la Argentina monumentos conmemorativos, que se hallan en la Capital. El donado por los alemanes es una fuente llamada ‘Riqueza Agropecuaria Argentina’, un nombre, sin dudas, elocuente.
El convenio les otorgaba tierras fiscales (6 millas de campo), manutención por un año, madera para construir sus casas, arados, bueyes, vacas lecheras y la semilla necesaria. Sin embargo, no fueron necesarias demasiadas facilidades para que este pueblo esforzado y emprendedor de empeñosos labriegos, se arraigara definitivamente en el campo argentino. La primera colonia -"General Alvear", 20.000 hectareas, en Entre Rios-, se hizo próspera y más de 3000 habitantes, propietarios del suelo y del fruto de su labor, manteniendo el acervo de sus tradiciones al amparo de nuestra Constitución, se convirtieron en nuevos argentinos de origen ruso-alemán.
En la Provincia de Buenos Aires, la colonia madre de "Hinojo" -cerca de Olavarria- se extendió: en 1878 se fundo "Nievas"; en 1881, "San Miguel". En Entre Rios surgieron San José, Maria Luisa, Santa María, Eigenfeld, Colonia Merou, Centenario, Colonia San Simon y tantas más.
Al principio, se agruparon segun la "aldea" a que pertenecían en su Alemania ancestral. Mas tarde, la vastedad de la pampa y de la llanura entrerriana, propiciaron su dispersión. Con todo, en medio de la inmensidad, -en medio del paisaje rural- las esbeltas agujas de sus iglesias, señalan la constancia de su presencia, de su arraigo y de su devoción.
Alemanes del Volga hicieron crecer a Coronel Suarez, en Buenos Aires, a Colonia Winifreda, en La Pampa, a Presidencia Roque Saenz Pena, en el Chaco y a muchas otras colonias en Río Negro, Neuquén y otras provincias. Mas de 800.000 descendientes, hijos de los hijos de aquellos primeros pioneros que aquí encontraron su segunda patria, en nuestra libertad, viven hoy integrados indisolublemente a la Nación Argentina.
Alemanes del Volga -hombres rubios del surco- fueron agricultores y ganaderos en Buenos Aires y en Entre Ríos; transformaron su campo virgen y selvático, en la zona productora de trigo más importante del país en su hora; más tarde, de la agricultura se volcaron a la avicultura, dando nacimiento a esa fuente de la riqueza entrerriana, y desarrollando la produccion de alimentos balanceados.
Su arribo se prolonga en un extenso período de tiempo: desde mitad del siglo XIX hasta mediados de los años 60 del siglo XX. Se destacan así, tres momentos cruciales:mediados y finales del siglo XIX por cambio de política zaristas y persecución bolchevique a causa de su fe cristiana el período de entreguerras (décadas del 20´ y del 30´) el período posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945 en adelante)