Las manos

miércoles, 30 de noviembre de 2011
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Simbolismo de las manos:

Depende no sólo de cada cultura, sino también de la variedad de gestos y movimientos que pueden adquirir compleja significación.

El gesto de juntar las manos que en Occidente indica oración, en Japón y la India es un saludo y reverencia. Es el gesto de que uno se concentra en algo; son manos en paz, sin actividad. Parece que en Occidente era común en la cultura germánica pre cristiana.

Cruzar los dedos como un amuleto contra la mala suerte es un gesto extendido en todo Occidente. De la época romana se conserva el sentido positivo y de aprobación al mostrar el pulgar hacia arriba.

En Argentina, es notable cómo las manos se relacionan con la acción, en ciertos refranes: “Una mano lava a la otra y las dos lavan la cara”.

 

“Las manos hablan: En nuestra vida social todos llegamos a entender la grámatica de unas manos que se tienden para pedir, que amenazan, que mandan parar el tráfico, que saludan, que se alzan con el puño cerrado, que hacen con los dedos la “V” de la victoria, que toman en silencio la mano de la persona amada, que se tienden abiertas   al amigo, que ofrecen un regalo, que dibujan en el aire una despedida…” (José Aldazábal, Gestos y Símbolos, Ed. Agape.)

 

“La mano de Dios”

 

En la Biblia, las manos tienen todos los sentidos propios de aquella cultura. Al hablar de Dios, se resaltan particularmente dos aspectos: el poder y el hacer. Podríamos resumir esto en la frase del Deuteronomio: “Nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido” (Dt 26,8). Es la mano que se posa sobre los profetas y los guía a la misión (Ez 1,3; 37,1-2).

 

Este poder de Dios se manifiesta en Jesús, de un modo particular en algunos milagros.

La curación de la suegra de Pedro: Mc 1,29-31

“Pidamos a los apóstoles que intercedan ante Jesús, para que venga a nosotros y nos tome de la mano, pues si El toma nuestra mano, la fiebre huye al instante. El es un médico egregio, el verdadero protomédico. Médico fue Moisés, médico Isaías, médicos todos los santos, mas Este es el protomédico. Sabe tocar sabiamente las venas y escrutar los secretos de las enfermedades. No toca el oído, no toca la frente, no toca ninguna otra parte del cuerpo, sino la mano.

Y la levantó tomándola de la mano. Con su mano tomó el Señor la mano de ella. Tomó su mano como un médico, le tomó el pulso, comprobó la magnitud de las fiebres, El mismo, que es médico y medicina al mismo tiempo. La toca Jesús y huye la fiebre. Que toque también nuestra mano, para que sean purificadas nuestras obras.” (San Jerónimo, Comentario al Evangelio de Marcos)

 

El hombre de la mano paralizada: Mc 3,1-6 (ver la mano paralizada en el salmo 137,5).

 

Esquema común a las historias de curaciones

 

  • indicación de lugar
  • aparición del enfermo, presentación de la “historia clínica”, con exposición de la gravedad para hacer resaltar luego el poder de Jesús
  • ruego directo o indirecto por curación
  • procedimiento de la curación (palabra, etc.)
  • constatación de la curación y sus consecuencias
  • en ocasiones una orden de silencio
  • reacción de los espectadores: alabanza, alegría, temor, o del curado.
 

Si la narración de curación enfatiza más el milagro en sí, se trata de una historia de milagro; si el acento recae sobre las palabras de Jesús, se puede hablar de un apotegma o paradigma. Se trata de un género mixto, narración más dichos. (Métodos Exegéticos, R. Kruger, S. Croatto, N. Miguez, Ed. Educab)