20/08/2024- En el Evangelio de Mateo 19:23-30, Jesús nos invita a reflexionar sobre la importancia del desprendimiento y la confianza en Dios. A través de la historia del joven rico, se revela el verdadero tesoro que yace en la entrega total a la voluntad divina.
Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos.»Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.»Pedro, tomando la palabra, dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?»Jesús les respondió: «Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.»
El Evangelio de hoy nos llama a meditar sobre la austeridad, la sencillez y el desprendimiento. Estas virtudes no son solo un acto de renuncia, sino una forma de libertad que nos permite entregar nuestras vidas completamente a Dios. Jesús, en su diálogo con el joven rico, nos muestra cómo el apego a las riquezas terrenales puede impedirnos alcanzar la vida eterna. El joven, a pesar de su deseo de seguir a Jesús, no pudo desprenderse de sus bienes, privándose así del mayor de los tesoros: la comunión plena con Dios.
Este llamado al despojo es una invitación a reconocer que solo en Dios encontramos el verdadero señorío sobre nuestras vidas. La libertad que buscamos no se encuentra en los bienes materiales, sino en la confianza plena en el Señor, quien nos invita a liberarnos de las cargas que nos impiden avanzar en nuestro camino espiritual.
Jesús utiliza la poderosa metáfora del camello y el ojo de la aguja para ilustrar la dificultad de entrar en el Reino de los cielos si estamos atados a las riquezas. Este desafío nos invita a revisar nuestras prioridades y a poner a Dios en el centro de nuestras vidas. En el acto de confiar y abandonar nuestras cargas a Él, encontramos la fuerza y la liberación necesarias para avanzar hacia la vida eterna.
La historia de la película “La Misión” nos ofrece una imagen conmovedora de este proceso de liberación. El personaje de Rodrigo, cargado de culpa y peso físico, solo encuentra la redención cuando un humilde aborigen le quita la carga, permitiéndole finalmente ascender y experimentar el perdón. Así también, en nuestra vida, son los humildes y los sencillos quienes nos enseñan el valor de dejar nuestras cargas y seguir a Jesús con un corazón ligero y confiado.
Hoy, Jesús nos invita a examinar nuestras vidas: ¿Qué cargas estamos llevando que nos impiden seguirle con libertad? ¿Quiénes son esos hermanos humildes que nos muestran el camino hacia la verdadera liberación? Al responder a estas preguntas, permitimos que Dios recree y transforme nuestras vidas, guiándonos hacia la plenitud de su amor y misericordia.
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