El buey y el burro

martes, 27 de diciembre de 2011
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En estos días de Navidad contemplamos al niño Jesús en el pesebre. Allí lo rodean el buey y el burro. ¿Por qué están presentes estos animales? ¿Qué simbolizan?

 

Si nos ubicamos históricamente en los tiempos que nació Jesús, percibiremos la importancia y el significado que estos animales tenían en la vida de la gente.

 

El buey era imprescindible como animal de trabajo, por su fuerza, y se usaba habitualmente para tirar del arado. Es un animal sufrido y resistente, que simboliza el trabajo con el cual la familia se gana el pan de cada día.

 

El burro era un animal de carga, indispensable para trasladarse por aquellos caminos pedregosos. En la Biblia, el burro es el animal que simboliza el tiempo de paz, cuando la gente puede viajar, ir del campo a las aldeas, llevar sus productos para comerciar y encontrarse en las peregrinaciones. Lo opuesto era el caballo, que en la Biblia está ligado al tiempo de guerra, ya que los ejércitos enemigos utilizaban la caballería para atacar.

 

El buey y el burro que en estos días contemplamos en el pesebre, desde su simbolismo bíblico, evocan el TRABAJO y la PAZ. Sin duda, estos animales están representando los deseos que todos los hombres y mujeres de buena voluntad tenemos en nuestro corazón al celebrar, una vez más, el nacimiento de Jesús.

 

Textos bíblicos

 

Bueyes arando en yunta

 

“19Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él había doce yuntas de bueyes, y él iba con la última. Elías pasó cerca de él y le echó encima su manto. 20 Eliseo dejó sus bueyes, corrió detrás de Elías y dijo: “Déjame besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré”. Elías le respondió: “Sí, puedes ir. ¿Qué hice yo para impedírtelo?”. 21 Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los inmoló. Luego, con los arneses de los bueyes, asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. Después partió, fue detrás de Elías y se  puso a su servicio.” (1 Re 19, 19-21)

 

“No pondrás bozal al buey que trilla.”(Dt 25,4) Citado por San Pablo en 1ª. Cor 9,8-10 para fundamentar por qué los evangelizadores deben ser sostenidos económicamente; derecho al cual él renunció.

 

Bueyes ofrecidos como sacrificio:

(En ocasión del traslado del Arca de la Alianza):

“El rey Salomón y todo Israel con él sacrificaron ante el arca ovejas y bueyes en número incalculable e innumerable.” (1 Re 8, 5)

 

La burra de Balaam: Núm 22,22-35

 

Buey y asno:

 

 “Si encuentras perdido el buey o el asno de tu enemigo, se los llevarás inmediatamente. Si ves al asno del que te aborrece, caído bajo el peso de su carga, no lo dejarás abandonado; más aún, acudirás a auxiliarlo junto con su dueño”. (Ex 23,4-5)

 

“Durante seis días harás tus trabajos, pero el séptimo deberás descansar, a fin de que reposen tu buey y tu asno, y el hijo de tu esclava y el extranjero tengan un respiro.” (Ex 23,12)

 

“¡Escuchen, cielos! ¡Presta oído, tierra!

porque habla el Señor:

Yo crié hijos y los hice crecer,

pero ellos se rebelaron contra mí.

El buey conoce a su amo

y el asno, el pesebre de su dueño;

¡pero Israel no conoce,

mi pueblo no tiene entendimiento!”

                                                        (Is 1,2-3)

 

El pesebre de Belén  

 

1 En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. 2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. 3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. 4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, 5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. 6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; 7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. (Lucas 2, 1-7)

 

“En esto lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.”(Lc 2,16)

 

“Lo que le interesa a Lucas es el simbolismo del pesebre, y la falta de lugar en la posada (o en la “sala común”) puede no ser más que una vaga conjetura para explicar su mención. (…) Probablemente quería evocar la queja de Dios contra Israel en Is 1,3: “El buey conoce a su dueño, y el burro, el pesebre de su señor, pero Israel no me conoce, mi pueblo no me comprende”. Lucas proclama que el dicho de Isaías ha sido superado. Ahora, cuando la buena noticia del nacimiento de su Señor se proclama a los pastores, ellos van a encontrar el niño en el pesebre y empiezan a alabar a Dios. En otras palabras, el pueblo de Dios ha comenzado a conocer el pesebre de su Señor.” (Raymond Brown, Un Cristo adulto en Navidad, Ed. San Pablo, pág. 41)