En una nueva emisión del ciclo “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia”, junto al padre Javier Soteras, continuamos la reflexión en torno al Documento Conclusivo de Aparecida, que lleva por tema “Discípulos y Misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan en Él vida”.
04/09/2024 – En continuidad con el capítulo séptimo del Documento, donde se abordan distintas temáticas sobre “La misión de los discípulos al servicio de la vida plena”, desde el punto 373 se hace referencia al compromiso con la misión ad gentes.
La relevancia del ser misionero se fundamenta desde la consciencia y el agradecimiento del amor del Padre, quien envió a su Hijo para la salvación. De allí se explica que la razón de ser de la Iglesia está en ser continuadores de dicha misión.
Al respecto, al definir el espíritu misionero se aclara que en el presente se abre a nuevas dimensiones. Y retomando las palabras de Benedicto XVI el Documento expresa: “el campo de la Misión ad gentes se ha ampliado notablemente y no se puede definir sólo basándose en consideraciones geográficas o jurídicas. (…) Los verdaderos destinatarios de la actividad misionera del pueblo de Dios no son sólo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas sino también los ámbitos socioculturales y, sobre todo, los corazones”.
En este sentido, se comprende la renovación del ardor misionero que propone la misión ad gentes. Así, se invita a todos los miembros de la Iglesia a mantener una actitud de apertura, sin encerrarse en sí mismos. “Los discípulos, quienes por esencia somos misioneros en virtud del Bautismo y la Confirmación, nos formamos con un corazón universal, abierto a todas las culturas y a todas las verdades, cultivando nuestra capacidad de contacto humano y de diálogo”, expresa el Documento de Aparecida en el punto 377 y agrega el valor de estar dispuestos, con la valentía que otorga el Espíritu Santo, a anunciar a Cristo especialmente en aquellos lugares donde no es aceptado.
Podés ver el programa completo en el video que acompaña esta nota