11/09/2024- Junto al padre Fernando Cervera, sacerdote jesuita, continuamos abordando los diferentes desafíos que hoy se nos presentan para nuestra salud espiritual.
Desde el pasaje de San Lucas, capítulo 5, 1-11 (la pesca milagrosa) el padre Fernando nos ayudó a identificar en qué estamos poniendo hoy nuestra esperanza, especialmente en los momentos en que -como los discípulos del Evangelio- sentimos que “no hemos pescado nada“. El padre Fernando nos animó a confiar en Jesús quien siempre nos da más de lo que esperamos.
“Los discípulos están pescando en el Lago de Genesaret en Galilea, porque es lo que están habituados a hacer, es su oficio. Y a nosotros también nos puede pasar esta desesperanza de las cosas que no cambian, de lo que no se da: cambios personales que no aparecen, situaciones que no tienen que ver con lo esperado, las expectativas que no se cumplen, las ilusiones que se desmoronan…”
“La desesperanza nos mueve a una búsqueda de euforia, una búsqueda de experiencias que nos llenen porque no estamos habituados a esperar. La desesperanza nos lleva a decir “para qué vamos a esperar, mejor vivir intensamente” pero no un vivir intensamente con un proyecto de vida, sino lo que los impulsos nos pidan, lo que las necesidades ‘pinten’ como algo urgente y sobre todo la necesidad de descarga de satisfacción.”
“El proyecto de vida es algo que debe ser elaborado a su tiempo y renovado y revisado y muchas veces las necesidades nos pasan por arriba cuando uno no tiene claro su proyecto.”
“Jesús se acerca a estos pescadores que no pescaron nada y les dice que tiren la red a la derecha. Aquí podríamos decir: “para qué vamos a tirar la derecha si ya sabemos que no pescamos”, el ‘para qué’ de la rutina, ‘para qué’ de lo sabido, ‘para qué’ de lo cotidiano”.
“No sabemos si los discípulos pescadores estaban desanimados, pero evidentemente las cosas no estaban bien y aparece Jesús con lo contrario: no recojan las redes, tírenlas a la derecha y va surgir de ahí una respuesta de Pedro, que va a ser asombrosa y que va a ser la puerta de algo distinto: “En tu Nombre, a pesar de que hemos pescado toda la noche y no pasó nada, en tu Nombre voy a tirar esas redes”.
“En tu Nombre” significa “confío”, confío en tu autoridad. Jesús les hace recuperar la esperanza devolviéndolo a su realidad: sos pescador, tirá la red a la derecha, es lo que sos, es lo que venís haciendo, ésa es tu historia.
Recuperar nuestra historia es una gran ayuda, una puerta que abre a la esperanza, nos da una pertenencia, nos explica quiénes somos y de dónde venimos.