19/09/2024 – Ser emprendedor en un país ajeno es una travesía llena de matices. La ilusión de construir algo propio en un nuevo suelo se entrelaza con la incertidumbre de lo desconocido.
Los desafíos son numerosos: adaptarse a un nuevo mercado, construir una red de contactos desde cero, superar barreras lingüísticas y culturales, y gestionar la nostalgia por la tierra natal.
Las preocupaciones acechan: el éxito económico, la aceptación social, la competencia local, y la estabilidad de un proyecto en un entorno cambiante. Sin embargo, la determinación de los migrantes emprendedores es inquebrantable.
Su valentía radica en la capacidad de reinventarse, de aprender de cada tropiezo y de encontrar oportunidades donde otros ven obstáculos. La ilusión de un futuro mejor y el deseo de aportar a la nueva sociedad son motores que impulsan a estos pioneros a perseguir sus sueños.
Dialogamos con Mariana González , venezolana, emprendedora de la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes.
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