04/11/2024 – El sacerdote camilo Mateo Bautista explicó que “nadie debe quedar huérfano ante su herida y su pena, porque si nadie nace solo, ni vive solo, tampoco debe sufrir solo, ni hacer su trabajo de duelo solo. El proceso de cambios que tienen que hacer los niños y adolescentes para sanar su herida se halla directamente vinculado a las capacidades de resiliencia individuales de que dispongan y a los recursos necesarios que aporten los adultos”. El padre Mateo agregó: “El sufrimiento invisible, pero real, de los chicos es más común de lo que nos imaginamos y tiene que ver mucho con las actitudes y acciones, ejemplos y enseñanzas de los adultos, especialmente de sus padres. Por tanto, es necesario contar con adultos saneados, capacitados, responsables, afectuosos y empáticos, que comprendan lo que requieren los niños y adolescentes, cuando sufren y tienen que iniciar un trabajo de duelo para cicatrizar su herida. ¿Acaso es posible pensar en un chiquillo, sin considerar la presencia imprescindible de un adulto a su lado?”