María, testimonio de gozo y confianza en Dios

jueves, 21 de noviembre de 2024
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21/11/2024 – Con su cántico, María nos invita a celebrar la grandeza de Dios en la vida cotidiana. En un mundo lleno de ruido y sombras, su ejemplo nos guía a encontrar alegría en la misericordia y el amor divino.

María dijo: “Mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra de gozo en Dios mi salvador porque miró la humildad de su servidora. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el poderoso ha hecho obras grandes por mi. Su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres a favor de Abraham para siempre”. Lucas 1, 46 – 55

Con ella, con María, queremos cantar la grandeza de Dios, celebrar su misericordia. Es que es la misericordia de Dios donde encontramos las razones para celebrar, para cantar, para gozar. La vida que nos golpea a veces duro con el encuentro con nuestras propias contradicciones, con el apartamiento que la fuerza del egoísmo, la soberbia, la dureza del corazón nos aparta de aquel que viene a darle verdadero sentido a la vida.

La vencemos a toda ésta resistencia con la Gracia de Dios que ablanda el corazón y lo remoja en la misericordia y lo pone en sintonía con todo lo que verdaderamente merece ser celebrado, merece ser festejado.

Es verdad que cuando uno sintoniza los medios de comunicación que nos acercan entre comillas la realidad, nos encontramos con una serie de noticias que venden mucho desde el morbo, que muestran el costado más oscuro.

Si nos desayunamos con algún modo de presentar la noticia en la radio, en la televisión, en el diario y entramos por el color amarillo que los medios nos venden de lo que acontece es un modo de tener atrapado el corazón en y desde lugares más bajos.

Posiblemente nos estamos poniendo lentes que nos hagan ver la realidad bajo un espectro, bajo una dimensión que no termine por alentarnos ni por hacernos celebrar y festejar, por hacernos gozar y cantar. Cuando nos ponemos los lentes oscuros que entre comillas la realidad mediática nos ofrece en la presentación de lo que ocurre difícilmente podamos, encontrarle ese otro costado festivo que tiene la vida en el encuentro simple, sencillo, no apurado, compartido con amigos, con hermanos de comunidad, con compañeros de trabajo, donde uno rápidamente con poco se da cuenta que es posible sonreír, es posible aflojar por dentro y desde ese lugar descansar en el gozo es para lo que estuvimos hecho, es para lo que estuvimos creados.

El gozo debería ser el estado habitual en el que un cristiano vive y por eso elegimos para la catequesis de hoy el canto de María: mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra, se goza en Dios mi salvador.