14/04/2025 – Más de 160 mil fieles jujeños participaron de la peregrinación a la Virgen de Punta Corral durante el Domingo de Ramos. El cierre de la fiesta fue el descenso de la imagen acompañada por miles de devotos, desde el Santuario hasta la Iglesia de Tumbaya en una contundente muestra de fe. El padre Alberto Guari, vicario parroquial en Tumbaya, afirmó que “la fe se manifiesta en el santuario de la Virgen de Punta Corral, subiendo por las montañas y cerros a unos 23 kilómetros de la ciudad. Este santuario está ubicado a unos 3000 metros sobre el nivel del mar. No son caminos fáciles, hay que cruzar un río y caminar entre las piedras. Todo esto marca el peregrinar de la gente. Esta fiesta de ayer cierra lo que se inició hace una semana atrás. La Madre es la que convoca a tantos fieles que se llegan a esta festividad. La imagen permanece un mes en la parroquia de Tumbaya hasta que vuelva a subir el 17 de mayo. Esta devoción tiene casi 200 años de existencia”.
Ubicado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, el santuario atrae a promesantes de todas las edades, provenientes de distintos puntos de la provincia, otras regiones de Argentina e incluso del extranjero, quienes enfrentan temperaturas bajo cero y senderos desafiantes para cumplir sus promesas. Los fieles recorren caminos de cornisa desde localidades como Tumbaya, Tunalito, Tilcara y Maimará, pernoctando en carpas bajo condiciones extremas. La logística incluye controles estrictos para garantizar que nadie quede rezagado, y la presencia de 160 bandas de música que acompañan el descenso de la Virgen hacia Tumbaya.
La peregrinación a la Virgen de Punta Corral es una tradición desde hace 190 años de miles de promesantes que ascienden a más de 4.000 metros de altura caminando, para venerar a la “Mamita del Cerro”. Los peregrinos caminan entre los cerros hasta el Abra de Estancia Vieja, donde en el año 1835 don Pablo Méndez, tuvo una visión sobrenatural y contó que una señora de cabellera reluciente le habló y le dijo que volviera, al día siguiente, a buscarla. Nadie le creyó, pero él volvió y encontró una piedra blanca con la forma de la virgen. Le llevaron la “piedra” al párroco del lugar. Y él reconoció el parecido de la piedra con la virgen de Copacabana. Aunque dejaron la imagen en la iglesia, desapareció y la encontraron en Punta Corral, donde apareció la piedra. Allí se le erigió una capilla y desde entonces miles van a su encuentro a 4.000 metros sobre el nivel del mar.