08/05/2025 – El padre Alejandro Nicola compartió con entusiasmo su emoción por el inicio del pontificado de León XIV.
El nuevo Papa, es un hombre profundamente marcado por el pensamiento y la espiritualidad de San Agustín. Su perfil combina saber, espiritualidad y experiencia pastoral, tanto en el corazón de la curia romana como en las periferias del continente americano.
La elección del nombre “León XIV” remite inevitablemente a León XIII, el Papa de la Rerum Novarum, iniciador de la Doctrina Social de la Iglesia. Esto sugiere una voluntad de continuar la senda de compromiso con los temas sociales y de diálogo con el mundo contemporáneo.
El padre Nicola lo expresó como “una novedad en la continuidad” de la reforma impulsada por Francisco.
León XIV ha mostrado ya señales claras de compromiso con causas globales urgentes. En febrero pasado, aún como cardenal, compartió una carta crítica sobre las políticas migratorias de Estados Unidos, mostrando sensibilidad y valentía frente a los desafíos sociales. Su identidad como hijo de migrantes y su doble nacionalidad (estadounidense y peruana) lo sitúan en un punto clave para tender puentes entre culturas y realidades diversas.
Uno de los aspectos más significativos de su primera intervención fue la frase de San Agustín: “Para ustedes soy obispo, con ustedes soy cristiano”. Esta declaración refleja una eclesiología centrada en el bautismo y en la sinodalidad, en línea con el Concilio Vaticano II. El nuevo Papa evita autodefinirse como “Papa”, prefiriendo el título de “obispo”, lo que refuerza su visión pastoral y colegiada de la Iglesia.
A horas de su elección, León XIV ya enfrenta una agenda intensa. Uno de los primeros grandes hitos será el 1700° aniversario del Concilio de Nicea, con fuerte peso ecuménico. La unidad de los cristianos es una tarea pendiente que este pontificado podría volver a impulsar.
Además, la elección de León XIV ocurre en un mundo atravesado por profundas tensiones: guerras, migraciones forzadas, desigualdad social y transformaciones tecnológicas. Su perfil invita a pensar una continuidad con la doctrina social y a la vez una renovación en clave de diálogo, humanidad y justicia, en un mundo marcado por la inteligencia artificial, la robótica y nuevas preguntas sobre el trabajo y la dignidad humana.