16/05/2025 – En la provincia de Neuquén, Argentina, un grupo de ciudadanos autodenominados «cuidadores de la casa común» han alzado su voz enérgicamente contra el uso del agua en proyectos de megaminería. Su preocupación se centra en la preservación de este recurso vital, eco de una antigua sabiduría ancestral que nos recuerda la primacía de la naturaleza sobre la riqueza material: «Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, los seres humanos nos daremos cuenta de que el dinero no se puede comer… y de que el oro, el cobre, el litio y el petróleo no se pueden beber para calmar la sed”.
Esta conciencia sobre el valor incalculable del agua ha impulsado a estos activistas neuquinos a movilizarse durante años, resistiendo la potencial depredación hídrica que implica la expansión de la megaminería en la región. Su lucha se materializa en la recolección de firmas en apoyo al PROYECTO 035/23 Expediente 16066/23, una iniciativa legislativa impulsada por organizaciones ambientales de la provincia. Este proyecto busca la prohibición explícita del uso del agua para actividades de extractivismo megaminero, ante la creciente amenaza de proyectos que, bajo la promesa de progreso económico, podrían causar un daño irreparable al ecosistema.
La propuesta, que ya ha sido presentada en dos ocasiones, cuenta con un importante respaldo ciudadano, incluyendo el aval del Obispo Marcelo Melani y 20.000 firmas. Para profundizar en esta crucial problemática, conversaremos con Sandra Ferrero, una destacada militante social y activista socioambiental de la Diócesis de Neuquén, cuya sólida formación académica en ciencias sociales y políticas públicas aporta una perspectiva experta a esta defensa del agua frente a la megaminería en la cordillera neuquina.
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