La persona que soy

lunes, 26 de mayo de 2025

23/05/2025 – El padre Javier Rojas y Paula Torres centraron el programa en volver a la persona que soy más allá del personaje o el rol que desempeño. “En algún momento de la vida, cuando el cuerpo se cansa y el alma se siente sola aunque esté rodeada, emerge una pregunta honda: ¿Quién soy, más allá de lo que hago? Tal vez pasaste años cumpliendo funciones, sosteniendo vínculos, resolviendo problemas, dando lo mejor. Tal vez te definieron por tu rol: madre, cuidador, servidor, profesional,

sacerdote. Y fuiste necesario, generoso, eficaz. Pero hoy, en un silencio quizás incómodo, tu alma te susurra: no sos solo eso. Hay algo más profundo que el título, la función o el deber. Hay una persona con nombre, con historia, con deseo, con heridas, con ternura que tal vez ha quedado escondida detrás del personaje que te tocó sostener. El riesgo de vivir desde el personaje es que te olvides de habitarte desde adentro. Que empieces a responder a los demás, pero dejes de responder a tu corazón. Que todos se relacionen con lo que das, pero nadie mire quién sos. Incluso Jesús fue tentado por este peligro. Lo querían solo como sanador, como profeta, como rey. Pero Él se retiraba, se apartaba, no se dejaba encasillar. Sabía que su verdad no era su rol, sino su relación con el Padre. Por eso pudo amar libremente. Por eso, cuando sanaba, no lo hacía para cumplir, sino por compasión. Cuando enseñaba, lo hacía desde la vida interior, no desde la necesidad de aprobación. Y cuando se retiraba, no se escapaba: se reencontraba con su centro”, sostuvo el sacerdote.

“La espiritualidad ignaciana nos recuerda que nuestra identidad más profunda no está en lo que hacemos, sino en lo que somos delante de Dios: amados, buscados, llamados por nuestro nombre. Volver al Principio y Fundamento es volver al origen: “he sido creado para amar y ser amado”. Todo lo demás es secundario. Todo lo demás es medio, nunca fin. Pero este retorno a lo esencial no siempre es fácil. Muchas veces estamos rodeados de personas que solo nos buscan por lo que hacemos, por lo que resolvemos, por lo que entregamos. Y ahí es donde más necesitamos proteger nuestra verdad. Porque si no, llega el día en que te mirás al espejo y ya no sabés quién sos sin tu rol. Y entonces, aparece la crisis. Que no siempre es algo negativo. A veces, la crisis es una invitación a la honestidad. A volver a preguntarte qué parte de vos quedó perdida. Qué alegría dejaste atrás. Qué deseo olvidaste. Qué ternura relegaste por sostenerlo todo. Volver a ser uno mismo no es egoísmo. Es fidelidad. Es el primer paso para vivir desde la libertad interior y desde un amor que no se agota en el deber. Es permitirte ser amado antes que funcional. Es recordar que tu dignidad no está en el personaje, sino en tu humanidad redimida. Esa humanidad que Dios abraza con gozo, incluso cuando vos ya no sabés cómo mirarte”, argumentó Rojas.