Esperanza sin apegos: «las aptitudes de un ateo» para ser un verdadero creyente

lunes, 2 de junio de 2025

02/06/2025 – ¿Tu fe es realmente libre o si, sin darte cuenta, tu esperanza está atada a lo que esperás que Dios haga por vos? ¿Y si te dijeran que para ser un verdadero creyente, deberías tener «todas las aptitudes de un ateo»? En el ciclo «Peregrinos de Esperanza», el Padre Pablo Savoia, licenciado y profesor en teología dogmática y evangelizador digital, nos invita a un camino de profunda reflexión sobre la esperanza, los apegos y la verdadera libertad que nos ofrece Dios. Prepárate para cuestionar tus ideas y redescubrir una fe más auténtica y liberadora.

El Padre Pablo Savoia nos sumerge en el concepto de la esperanza como una certeza que nos permite caminar, pero no una certeza que busca control. Más bien, la esperanza cristiana nace de la experiencia de un amor de Dios que nos precede y es más grande que todo lo que podemos construir. Nos advierte sobre el peligro de confundir la esperanza con ilusiones o distorsiones del amor y la fe. Utilizando la imagen del ancla, nos explica que la esperanza debe estar firmemente anclada en el amor de Dios, y no en otras cosas que, disfrazadas de amor, nos generan apegos.

¿Qué significa tener las «aptitudes de un ateo» para ser un verdadero creyente? El Padre Pablo lo aclara: no se trata de no creer, sino de no buscar en la fe aquello que humanamente podemos resolver. Dios nos creó libres y autónomos, con herramientas para vivir la vida cotidiana. La oración de petición es maravillosa y necesaria, pero debemos preguntarnos si estamos poniendo de nuestra parte para que lo que pedimos suceda, y, más importante aún, qué pasa con nuestra fe si lo que pedimos no ocurre tal cual lo esperamos. La clave está en la frase: «que no se haga mi voluntad, sino la tuya», que abre la puerta a la libertad absoluta de Dios y evita que nuestra fe se desmorone ante resultados no esperados. Los apegos, entonces, se convierten en un «miedo a perder aquello que me da seguridad», distinto del amor, que se da en la libertad.

El Padre Pablo nos desafía a cuestionar si nuestra fe se basa en la libertad o en la necesidad, como la crítica de Freud sobre la religión como un «útero protector». Si nuestra fe está apegada a la sensación de seguridad o a los «consuelos de Dios», corremos el riesgo de que nuestra fe entre en crisis cuando esas sensaciones o beneficios no están. Nos ejemplifica con el servicio en la Iglesia: ¿qué pasa si nuestra fe está tan identificada con ser catequista o con alguna persona en particular que, al no estar, nuestra fe se derrumba? Esto significa que estamos apegados y no viviendo la fe desde la libertad.

La solemnidad de la Ascensión de Jesús al cielo, nos dice el Padre Pablo, es clave para entender esto. Jesús, al ascender, rompe el apego de los discípulos a una idea particular de su misión, invitándolos a vivir la fe desde el amor y la libertad. Su partida no es un abandono, sino el inicio de un nuevo tiempo donde su presencia se manifiesta a través de su Espíritu y de infinitas formas en nuestra interioridad, su palabra, la Eucaristía, el hermano y la historia.

Los apegos, concluye el Padre Pablo, «hacen nuestros mundos más chiquititos y nos quitan libertad». Nos impiden avanzar y nos atan a realidades provisorias. La esperanza, en cambio, nos permite caminar con un corazón libre, amando, pero no apegados. Esta reflexión nos impulsa a buscar una fe más madura, consciente de que Dios ya nos dio todo su amor de forma gratuita.

¡No te pierdas esta profunda y liberadora conversación con el Padre Pablo Savoia! Dale play al video para que sus palabras te iluminen y te ayuden a caminar con un corazón libre y lleno de esperanza.