Se han repartido las vestiduras de Jesús, dice Martín Descalzo, sin duda el tejido de esta pieza única ha sido obra de María, por lo tanto entre los soldados han querido rasgar el símbolo de pertenencia a su madre con el que Jesús es revestido en aquella tarde, pero del corazón de Jesús, a pesar de estar partido, no han podido arrebatarle su sentimiento profundamente mariano, su pertenencia a María. El corazón de Jesús es un corazón mariano, formado por María, y entre las palabras que Jesús dice, nadie le quita del corazón lo que está escondido en él, y por eso en la tercera palabra Jesús nos ofrece a María.