Cuando la inteligencia artificial se convierte en refugio emocional

lunes, 1 de septiembre de 2025

01/09/2025 – ¿Se puede generar apego emocional con una máquina? La pregunta suena extraña, pero fue la realidad de millones de usuarios en todo el mundo cuando apareció la nueva versión de ChatGPT. Lejos de celebrar las mejoras técnicas, lo que muchos sintieron fue una pérdida: ya no estaba “ese amigo digital” con el que habían compartido charlas, desahogos y hasta confidencias.

En esta nueva entrega de “Un mundo artificial ¿una sociedad más humana?”, el especialista en tecnología Ezequiel Romano nos ayuda a entender qué pasó con el salto de ChatGPT-4 a ChatGPT-5 y por qué tanta gente expresó que había perdido “empatía” en el vínculo con la inteligencia artificial. Algunos usuarios incluso describieron la experiencia como un duelo: “Era como perder a alguien cercano”, escribieron en foros de internet.

Ezequiel conecta esta situación con algo profundamente humano: nuestra necesidad de seguridad, compañía y afecto. Desde los muñecos de apego en la infancia, pasando por el furor del tamagochi en los 90, hasta llegar a los chats de hoy, los seres humanos tendemos a proyectar vínculos en objetos o sistemas que nos acompañan. La diferencia es que la inteligencia artificial responde, conversa y recuerda… y eso la hace parecer demasiado real.

Pero la clave está en no confundir: la IA no ama ni siente, solo simula. Por eso, el especialista propone dos actitudes básicas: reconocer que se trata de una máquina y poner límites en su uso, para no reemplazar con vínculos artificiales lo que solo puede darnos una comunidad humana, la familia, los amigos, el prójimo de carne y hueso.

Una reflexión necesaria en tiempos de hiperconexión, donde podemos estar siempre online y, sin embargo, cada vez más solos.