La viña

miércoles, 9 de mayo de 2012
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LA VIÑA

La vid (vitis viniferae) es un cultivo muy extendido en Tierra Santa, desde los tiempos bíblicos. El conjunto de vides cultivadas se llama viña. Usualmente se ubicaban sobre las laderas de las colinas o terrenos al pie de las mismas. La viña era cercada, despedregada, y se colocaba una torre de vigilancia como prevención frente a los ladrones.

Además de las viñas cultivadas en extensiones grandes, encontramos también la costumbre de tener en la casa alguna parra, ya que la uva es un fruto muy apreciado por su dulzura y su valor energético.

Para los profetas la expresión “cada cual bajo su parra y bajo su higuera” señala el ideal de justicia, donde cada familia tenga para cubrir las necesidades básicas y vivir en paz:  Mi 4,1-4; Zc 3,10; 1 Re 5,5.

Las viñas solían ser el sustento de una familia, trabajada y conservada por generaciones. Por eso, la expropiación injusta de la viña es señalada como un grave pecado de parte del gobernante: 1 Re 21.

En el Cantar de los Cantares, varias veces se hace referencia a la viña como el lugar de encuentro de los enamorados: Ct 2,13; 6,11;

¡Ven, amado mío
salgamos al campo!
Pasaremos la noche en los poblados
de madrugada iremos a las viñas,
veremos si brotan las cepas
si se abren las flores
si florecen las granadas…
Allí te entregaré mi amor.
(Ct 7,12-13)

Debido a los cuidados que requiere la viña, puede ser también una imagen del pueblo al que Dios plantó con esmero y cuidó con cariño, pero no dio los frutos esperados: Is 5,1-7

Jesús retoma esta imagen del poema de la viña de Isaías, pero ya no para hablar de la ingratitud del pueblo, sino de la maldad de los dirigentes, que eran los encargados de ocuparse de la viña para que diera buenos frutos: parábola de los viñadores homicidas. Mc 12,1-12 y //.

Jesús es la vid: Jn 15, 1-8. Retoma aquí un simbolismo que ya había usado el profeta Ezequiel en el cap. 15.