16/09/2025 – Cada 16 de septiembre, a Iglesia recuerda a dos grandes testigos de la fe: el Papa San Cornelio y el Obispo San Cipriano, mártires que entregaron su vida por la verdad del Evangelio. Ambos vivieron en tiempos difíciles, en medio de persecuciones y divisiones internas, pero su fidelidad nunca se quebrantó.
Cornelio, como sucesor de Pedro, defendió con firmeza la unidad de la Iglesia frente a las herejías y mantuvo viva la esperanza en medio de las pruebas. Cipriano, por su parte, guió a su comunidad con sabiduría y valentía, enseñando que el verdadero camino del discípulo es la entrega total al amor de Cristo, aun en medio del sufrimiento.
El ejemplo de estos santos muestra cómo el amor a la verdad revelada se traduce en compromiso concreto con la vida cristiana. Cornelio y Cipriano comprendieron que preservar la pureza del mensaje evangélico no era solo un deber doctrinal, sino un acto de amor hacia el pueblo de Dios. En un tiempo donde la confusión podía llevar a muchos al abandono de la fe, ellos supieron ser faros de luz y guías seguros. Su testimonio enseña que la verdad del Evangelio no se negocia ni se acomoda según las circunstancias, sino que se anuncia con valentía, incluso a costa de la propia vida.
Hoy, su memoria nos invita a reflexionar sobre nuestro propio compromiso con la fe. En un mundo marcado por relativismos y voces que intentan diluir el mensaje cristiano, Cornelio y Cipriano nos recuerdan que seguir a Cristo es abrazar la verdad con radicalidad y confianza. Su martirio no fue una derrota, sino la expresión más alta de fidelidad a Dios y a su Iglesia. Por eso, al recordarlos, renovamos también nuestro deseo de ser testigos auténticos, firmes en la verdad del Evangelio y llenos de amor al Señor, para que nuestra vida sea un signo claro de esperanza y de fe viva en medio de las dificultades.
El padre Alejandro Nicola es párroco de la parroquia Niño Dios en Carlos Paz, en Córdoba y es doctor en Patrística. Sobre estos santo, el padre Nicola sostuvo que, el minsiterio de ambos santos hay que encuadrarlos «en un momento complejo en la historia. Era la persecución de Decio la segunda oleada de persecución grande que tuvo la iglesia de los primeros siglos allá por el año 200 49. al 253 es esta una gran persecución del Imperio Romano. Y allí vamos a tener a Cornelio, obispo de Roma, Papa y lo vamos a tener a Cipriano de Cartago, obispo de Cartago en el norte del África«.
Se puede acceder a la entrevista completa en el reproductor de videos ubicado bajo el título.