25/11/25- Padre Mateo Bautista, sacerdote Camilo, nos invita a cuestionarnos si la herida por la muerte de un ser querido puede cerrarse definitivamente. La respuesta del Padre Mateo es un rotundo sí.La Herida Cierra y CicatrizaEl Padre Mateo Bautista asevera que, a pesar de ser una herida grave, realizando un buen trabajo de duelo, la herida tiene que cicatrizar, la pena debe terminar y es posible recuperar la felicidad y la paz .Al igual que una cortadura en la piel sana y deja una cicatriz, las heridas del alma también sanan. El trabajo de duelo tiene un inicio y tiene un fin.El Trabajo de DueloEl duelo no es solo sinónimo de pena, herida o sufrimiento. Es la actitud y la acción que la persona en duelo toma consigo misma, utilizando herramientas personales, comunitarias y de la gracia divina .El doliente debe hacerse protagonista de su propio proceso de sanación, con el objetivo de cerrar la herida . Este es un camino muy duro, pero no imposible.La Pena Sigue un Curso: La pena debe ingresar, pasar por el corazón y salir a través del llanto y las palabras (un proceso normal, natural y necesario). Es fundamental no quedarse solo y hablar de ello, confrontando la pena con otros .Sanar No es Olvidar: Sanar una herida no significa olvidar al ser querido, ni dejar de hablar, pensar o amar a esa persona.
La Necesidad de Cambios ProfundosLa sanación requiere fuerza espiritual y mental, lo que implica hacer cambios personales y tener apertura mental . El sufrimiento suele dejarnos «ciegos» y sin perspectiva de futuro.El Padre Mateo insiste en que si no se realizan cambios profundos en la vida y en la mentalidad, la herida no sanará nunca .
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