18/12/2025 – La Santa Sede confirmó oficialmente la aprobación del decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de Enrique Shaw. Tras el visto bueno de la congregación de obispos y cardenales, el Papa León XIV autorizó la publicación del documento que despeja el camino para la ceremonia. Según explicó Silvia Correale, postuladora de la causa, la noticia llegó apenas unas horas después de las últimas deliberaciones en Roma: “Estamos seguros de que fue aprobado el milagro y ya nos ponemos a organizar la ceremonia de beatificación en Buenos Aires el año que viene”.
La celebración tendrá un carácter histórico para la Capital Federal, ya que, si bien Argentina ha vivido numerosas beatificaciones en el interior —como en Salta, Córdoba o la Patagonia—, nunca se había realizado un rito de esta naturaleza en la ciudad de Buenos Aires. El lugar responde al principio general de la Iglesia de beatificar en la misma diócesis donde se instruyó la causa. Enrique Shaw vivió y falleció en la actual Ciudad Autónoma, donde desarrolló su labor como empresario y padre de familia.
La organización del evento estará a cargo de una comisión multidisciplinaria que refleja las distintas facetas de la vida de Shaw. Participan el Arzobispado de Buenos Aires junto a la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y la Acción Católica Argentina. También se sumaron la Universidad Católica Argentina (UCA), donde Shaw fue administrador fundador, y el Obispado Castrense, debido a su pasado como oficial de la Marina. Sobre los tiempos de preparación, Correale advirtió que no es una tarea sencilla: “Organizar una ceremonia de beatificación o canonización ellos lo consideran más o menos como organizar una boda real; lleva al menos nueve meses”.
La figura de Enrique Shaw trasciende el ámbito religioso por su compromiso social y su ética profesional. Su inquietud por la doctrina social de la Iglesia nació tras la Segunda Guerra Mundial, cuando colaboró con el envío de víveres a Europa por pedido del Papa Pío XII. De esa experiencia y de su voluntad de formar a sus pares surgió ACDE. Para Correale, su vida es un modelo de unidad: “Pienso que su paso por la Academia Naval le dio una base de resistencia física y organización notable; él era el máximo de la organización y por eso el tiempo le rendía como le rendía”.
Más allá de sus logros institucionales, el proceso de beatificación destacó la profundidad de su vida cotidiana y espiritual. La causa consta de 48 volúmenes y más de 12.000 páginas que documentan sus virtudes. Entre los testimonios, resalta su rol como «padrazo», quien a pesar de sus múltiples responsabilidades empresariales, priorizaba el tiempo con sus hijos, participaba de la Eucaristía diaria y mantenía una constante vida de oración: “Toda su vida espiritual era lo que le daba el impulso; ese vivir en el Señor te da más fuerza, serenidad y lucidez mental”, señaló la postuladora.
El anuncio de su beatificación es recibido como un mensaje de esperanza para el país en el actual contexto social. La postulación destaca que la figura del «empresario santo» puede movilizar no solo a los dirigentes, sino a todo el tejido social argentino. La expectativa ahora se centra en la definición de la fecha exacta para el 2026, una coordinación que dependerá del acuerdo entre todas las partes actoras y la Santa Sede, con la esperanza de que la ceremonia sea un hito de fe para toda la nación.
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