22/12/2025 – ¿La inteligencia artificial nos empuja al aislamiento o puede convertirse en una aliada del encuentro, la dignidad y la vida? En vísperas de Navidad, la pregunta se vuelve más profunda y más humana.
Gustavo Béliz, miembro permanente de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales del Vaticano y director del libro Atlas de inteligencia artificial para el desarrollo humano de América Latina y el Caribe, participó del ciclo “Un mundo artificial, ¿una sociedad más humana?” por Radio María.En esta oportunidad, el eje fue el capítulo 3 del Atlas, dedicado a la inteligencia artificial para el bien y para la vida, en diálogo con el magisterio del Papa Francisco y del Papa León XIV.
Béliz propuso una imagen tan sencilla como potente: imaginar al Cura Brochero recorriendo hoy las sierras cordobesas.
¿Usaría GPS para llegar más rápido a los pueblos?¿Aprovecharía sistemas de predicción climática para evitar incendios o tormentas?¿Utilizaría herramientas digitales para llevar salud y educación a comunidades aisladas?
“Creo que sí. La usaría para el bien y para la vida”, afirmó Béliz.
La clave no está en la tecnología en sí, sino en el uso que se haga de ella y en quién esté en la cabina de mando.
Uno de los conceptos más subrayados fue el de dignidad, especialmente presente en los mensajes del Papa León XIV, quien menciona la inteligencia artificial en casi todos sus discursos públicos.
La IA no es una herramienta neutral:
“No se trata de reemplazar personas, sino de mejorar la seguridad y la higiene laboral”, recordó Béliz citando al Papa Francisco.
Desde la minería hasta la medicina, desde la industria automotriz hasta el transporte, la IA puede proteger la vida del trabajador, si se la orienta correctamente.
El Papa Francisco advierte que la inteligencia artificial es sui generis: puede adaptarse de manera autónoma.Aquí aparece el riesgo.
Béliz compartió una metáfora poderosa del científico Yoshua Bengio:
“La inteligencia artificial hoy es como un bebé tigre. Es simpático mientras es pequeño… pero cuando crece, puede atacar.”
La IA se alimenta de nuestros datos y puede adquirir autonomía si no se establecen límites éticos claros desde su diseño.
Uno de los llamados más fuertes del magisterio pontificio es evitar el uso militar de la IA.
“Ninguna máquina debería decidir jamás poner fin a una vida humana.”
Aunque parezca ciencia ficción, hoy se debate seriamente si la IA debería tomar decisiones estratégicas en conflictos armados. Frente a esto, hay un consenso mínimo: el ser humano debe estar siempre detrás del botón.
Un dato estremecedor refuerza esta reflexión:
Con solo el 4,4 % del gasto militar mundial, podría financiarse la educación básica universal en los países más pobres hasta 2030.
En diálogo con el Papa León XIV, Béliz destacó el rol de los misioneros digitales. No se trata de acumular seguidores ni likes, sino de:
“No es generar contenido por generar, sino crear vínculos auténticos”, recordó citando al Papa.
La inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa para acompañar a personas solas, adultos mayores, jóvenes desorientados y comunidades olvidadas, siempre que el ser humano sea el piloto y no el copiloto.
En el cierre, Béliz compartió una imagen conmovedora: Jesús niño enseñando en el templo, observado con asombro por los sabios.
Pensar la inteligencia artificial desde Jesús significa:
Una IA iluminada por el Evangelio puede ser una herramienta de esperanza en un mundo herido.
Si querés profundizar en esta reflexión serena y luminosa sobre la inteligencia artificial, la dignidad humana y la misión cristiana en el mundo digital, te invitamos a ver la entrevista completa con Gustavo Béliz. Una conversación ideal para este tiempo de Navidad, que invita a elegir la vida, el bien y el encuentro.