30/12/2025 – El programa Por la vida, en su última emisión de este año, el Dr. Nicolás Lafferriere realizó un análisis y balance de los principales acontecimientos de 2025 en materia de Bioética.
El hito eclesial más significativo del año fue el fallecimiento del Papa Francisco. Su partida invitó a la Iglesia a dar gracias por su vida y su ministerio, y a repasar su enseñanza constante en favor de los más pobres, débiles y descartados.
Desde el inicio de su pontificado, Francisco mantuvo una condena clara del aborto procurado. En Evangelii Gaudium (2013), afirmó que la Iglesia cuida con especial predilección a los niños por nacer, los más indefensos e inocentes de todos. Más tarde, en Amoris Laetitia (2016), insistió en que la vida debe ser acogida como viene, denunciando la mentalidad antinatalista y las presiones internacionales para imponer el aborto.
Sobre el tema del final de la vida, su magisterio fue igualmente firme: condenó la eutanasia y el suicidio asistido, destacó el valor de las personas mayores y creó la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, promoviendo el encuentro entre generaciones y la centralidad de la familia.
Otro de los grandes hitos de 2025 fue la conmemoración de los 30 años de la encíclica Evangelium Vitae, documento profético que marcó un antes y un después en la defensa de la vida humana. A tres décadas de su publicación, la encíclica sigue siendo una referencia fundamental para el compromiso de la Iglesia y de la sociedad civil en favor de la vida y la familia.
Este aniversario fue presentado como una invitación a volver a leer el documento, redescubrir su riqueza doctrinal y renovar el compromiso personal y comunitario por la cultura de la vida.
En el plano legislativo nacional, 2025 fue un año especialmente intenso en relación con el final de la vida. Se presentaron al menos cinco nuevos proyectos de ley para legalizar la eutanasia y el suicidio asistido, que se suman a otros cuatro ingresados en 2024. En total, son nueve iniciativas actualmente en el Congreso de la Nación.
La reciente aprobación de una ley de eutanasia en Uruguay apareció como un factor que reactivó el interés de algunos sectores políticos en la Argentina. Todo indica que 2026 será un año de debate parlamentario, con tratamiento en comisiones.
A esto se sumó una sentencia relevante de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, analizada en profundidad en el programa, que volvió a poner el tema del final de la vida en el centro de la agenda pública.
Otro hito del año fue la preocupación por la situación de los cuidados paliativos. El presupuesto nacional presentado para 2026 mostró que no se incrementa el número de pacientes atendidos, lo que encendió alertas sobre la falta de políticas públicas eficaces para acompañar dignamente a las personas en situación de enfermedad grave o terminal.
Este dato refuerza la necesidad de promover alternativas éticas y humanas frente a la eutanasia, basadas en el cuidado, el alivio del dolor y el acompañamiento integral.
Finalmente, 2025 estuvo marcado por un fuerte debate en torno a la maternidad subrogada. Durante el año se presentaron diversos proyectos de ley que buscan regular y legalizar esta práctica mediante reformas al Código Civil, con distintas variantes en cuanto a control judicial y posibles compensaciones económicas.
El recorrido realizado en este programa pone de relieve la importancia de detenerse a analizar en profundidad los acontecimientos eclesiales, legislativos y culturales que marcan nuestro tiempo. Frente a debates complejos y a veces polarizados, la reflexión serena, informada y fundada en la dignidad de toda persona humana se vuelve una herramienta imprescindible para construir una sociedad más justa y verdaderamente humana.
Al mismo tiempo, este balance del año deja un mensaje de esperanza. El legado del Papa Francisco, la vigencia de Evangelium Vitae a treinta años de su publicación y el compromiso cotidiano de tantas familias, profesionales y comunidades muestran que la cultura de la vida sigue viva y en crecimiento.
La defensa de la vida, en todas sus etapas, continúa siendo un llamado actual que invita a renovar el compromiso personal y comunitario, confiando en que el respeto, el cuidado y la solidaridad pueden abrir caminos de esperanza para el presente y el futuro.