Abrirse a la misericordia

lunes, 27 de enero de 2014
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27/01/2014 – En la Catequesis de hoy, el Padre Daniel Cavallo invitó a dejarnos visitar por Jesús, sobretodo en esos lugares periféricos de nuestro corazón donde todavía no permitimos que el amor de Dios llegue. Todos tenemos una periferia existencial. Periferias geográficas en nuestros ambientes, pero en nuestro corazón tambíen tenemos periferias. Son esas realidades donde sólo están nuestros criterios y modelos, que no siempre responden al llamado y mensaje de Jesús. Esas realidades periféricas, que constituyen el centro de nuestro corazón, son los lugares a los que el Señor quiere venir.

El evangelio nos habla de un pecado que no puede ser perdonado. ¿Cuál es el pecado contra el Espíritu Santo?  La obstinación de cerrarnos a no recibir la misericordia y el perdón de Dios. Al cerrar nuestro corazón de tal forma que se obstine de no ver esta realidad: que el amor de Dios y su misericordia siempre son cercanos.

 

Evangelio del día – Mc 3, 22-10


"En aquel tiempo, unos letrados de Jerusalén decían: "Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios". El los invitó a acercarse y les puso estas comparaciones: "¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil, no puede subsistir; una familia dividida, no puede subsistir. Si satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido.


Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre".


Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo"