Acción de gracias y felicitaciones

martes, 2 de septiembre de 2008
image_pdfimage_print
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la iglesia de los tesalonicenses, que es la Dios nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor.  Gracia y paz a ustedes de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor. Hermanos, continuamente debemos dar gracias a Dios por ustedes.  Es justo que así lo hagamos, porque crece su fe y aumenta el amor que todos ustedes se tienen unos a otros.  Esto hace que nos sintamos orgullosos de ustedes en medio de las iglesias de Dios; orgullosos de su constancia y su fe en medio de todas las persecuciones y sufrimientos que soportan.

Todo esto es una demostración del justo juicio de Dios, que quiere hacerlos dignos de su reino, por el que padecen.

Por eso oramos sin cesar por ustedes, para que dios los haga dignos de su llamada y con su poder lleve a término todo buen propósito o acción inspirada por la fe. Así, el nombre de nuestro Señor Jesucristo será glorificado en ustedes, y ustedes en él, según la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor.

2º Tesalonicenses 1; 1 – 5; 11 – 12

Por tres días la liturgia de la Iglesia católica va a leer la segunda carta que dirige Pablo a los cristianos de Tesalónica, escritas un poco después de la primera carta.

La segunda carta se caracteriza por ser mas breve, un poco menos cordial que la primera, aunque como hemos leído en el inicio es sumamente cordial, tiene que ver porque Pablo sale al cruce de algunas correcciones que hace a las desviaciones que se dan en esa comunidad de tesalónica.

Comienza Pablo primero como poniendo su corazón pastoral en sintonía desde su amor pastoral con su pueblo y este saludo que es protocolar si se quiere como toda carta tiene su protocolo y en este caso Pablo usa del mismo pero para darle un sentido distinto, alabar y dar gracia en este caso a Dios, porque está contento de aquella joven comunidad de Grecia, porque tiene una fe que crece vigorosamente dice Pablo, porque a pesar de las dificultades esa fe permanece constante en medio de persecuciones, de luchas que ellos vienen sosteniendo y además porque el amor sigue aumentando entre los miembros de la comunidad y esto hace que nos mostremos dice Pablo, orgullosos de ustedes en la iglesia de Dios.

En la primera carta Pablo les pedía que siguieran progresando en su vida cristiana, se ve que lo cumplieron y por eso les muestra satisfacción y de nuevo los urge a que sigan creciendo, que sean dignos de la vocación que han recibido, que se cumplan los buenos deseos y la tarea de fe, porque hay mucho que hacer todavía y en esto me quisiera detener particularmente en este trato nuestro de todos los días, donde yo haciéndome eco del sentir de Pablo y refiriéndome a esta hermosa comunidad que vamos construyendo todos los días a través de Radio María.

Podría decir cosa semejante, al escuchar los testimonios, al recibir de parte de hermanos sacerdotes a lo largo y a lo ancho del país como los oyentes de la radio manifiestan un proceso de madurez, de crecimiento, yo también podría decir junto a Pablo, que me siento orgulloso de este pueblo que va respondiendo a su Dios con generosidad, con vigor, con entereza, hasta con espíritu de lucha, sosteniéndose en medio de las dificultades, abriéndose caminos con esfuerzos.

Porque se nota y así lo testimonian muchos de los que están en distintos lugares acompañando su camino, se nota este amor crecido por parte de ustedes y por parte de cada uno de los que va formando parte de esta hermosa red, por verdaderamente ver tan formado el mundo. Uno puede decir como pastor que se siente orgulloso de todo esto y al mismo tiempo que nos queda mucho por hacer, esto es verdad, este es mas mi sentir si se quiere, que lo comparto mientras vamos avanzando el desarrollo de la red de Radio Maria va creciendo, constituyéndose hoy por hoy en la red radial mas grande de toda la República Argentina.

Uno no se conforma, no por ambición ni por deseo de grandeza, sino porque ve la necesidad que hay de un medio como este en cada rincón donde todavía no resuena la voz de María y su radio, por ejemplo aquí donde todavía no se sintoniza y nosotros con Cristian estamos como haciendo las veces de Juan el Bautista, clamando en un desierto para que se prepare el camino del Señor a esto que disfrutamos todas las mañanas y todas las tardes y todas las noches, esto que nos acompaña desde la oración y que es presencia del Señor que multiplica con gracias y dones que llegan a través del corazón de María, esta señal de la radio que nos comunica tanto don del amor de Dios.

Cuando uno ve donde no está se da cuenta del valor que tiene el tenerla. Hoy entrábamos en el colectivo, aquí a la ciudad y sintonizábamos otra radio y yo decía como no poder sintonizar la nuestra, la que hace tanto bien, la que bendice a su pueblo. Por eso digo, queda todavía mucho por hacer, es mucho lo que hemos caminado, pero con Pablo podemos decir también nosotros sin temor a equivocarnos de que todavía nos queda mucho por transitar.

 Nos viene bien el aliento que recibimos del Señor de decir que El se siente orgulloso de todo lo que hemos hecho, de que está contento el Señor de todo lo caminado, pero también nos viene bien para no dormirnos, el ver todo lo que todavía queda por recorrer.

Animo, esto que compartimos, este proyecto que llevamos juntos entre nuestras manos lo podemos decir de la vida de cada uno de nosotros. Es mucho lo vivido, es mucho lo que hemos construido hasta aquí, pensemos en nuestra familia, pensemos en nuestro propio proyecto de vida personal, en nuestra vuelta al camino de Dios, es mucho lo que hemos andado y es mucho todavía lo que nos queda por andar.

Es hermosa esta perspectiva de siempre, de Pablo es la misma que tiene que ver con lo que expresa a la Carta a los Filipenses, cuando dice: “he sido alcanzado por Cristo, pero dejo atrás lo que ya fue, me lanzo hacia delante para alcanzar lo que me queda todavía por alcanzar hasta llegar a la meta, habiéndose yo mismo siendo alcanzado por Cristo Jesús.

En El esta siempre esta conciencia de que la obra de Dios ya se está realizando, pero queda todavía mucho por realizar.

Te invito a que te ubiques en este lugar, del ya si Dios esta allí, pero todavía no en la plenitud que Dios se quiere manifestar, desde este lugar compartamos nuestro comienza de jornada en la catequesis, sabiendo que el Señor ha hecho en nosotros, como en María grandes cosas, pero que su obra todavía no ha llegado a su fin y que por eso debe poner en su mano, para que haga su querer y su voluntad en medio nuestro.

Toda comunidad cristiana tiene que ir creciendo, progresando en su calidad de vida, de fe. Como quiera que esté inserta en medio de una sociedad que como la de Tesalónica tiene una mentalidad distinta a la del evangelio, si no se afianza en los criterios de Jesús difícilmente podrá evitar que el ambiente que la rodee la contamine.

El crecimiento debe ser un crecimiento maduro, integral, donde cada una de las partes de la persona, de la vida de persona este como en una síntesis incorporada al conjunto del ser personal. Cuando hablamos de esto, hablamos de las dimensiones diversas de la vida de la persona, la dimensión física, la dimensión síquica, la dimensión espiritual, la dimensión comunitaria, la relacional, la de su compromiso con la sociedad, para que verdaderamente en su ciudadanía la persona sea capaz de poner en el compartir con otros, el ser de Cristo que transforma el mundo, el que vivimos.

En este sentido Pablo sale al cruce de los de Tesalónica, para alentarlos a caminar en este sentido, nosotros también desde aquí, desde nuestro lugar de acompañamiento a tu proceso de crecimiento, de madurez en lo cotidiano, también queremos ayudarte y nos ayudamos a nosotros mismos y sentimos tu colaboración para con nosotros a vivir siempre en esta fe.

Una fe que puede madurar y crecer en el tiempo, que es como un músculo, suelo decir yo, cuando uno no lo usa se atrofia, la fe cuando no la usamos también, cuando no hacemos práctica de fe, actos de fe, la fe se va como atrofiando y esto es un ejercicio cotidiano, no puede pasar uno un día sin vivir en la fe. Vivir en la fe particularmente desde el camino de la oración, desde el estar atento a la escucha del querer de Dios, en esa escucha en discernimiento del querer de Dios, responder generosamente a su llamada.

Podría Pablo dirigirnos unas palabras de alabanza tan hermosas como lo ha hecho a los Tesalonicenses, decíamos recién si, podrá decir que está orgulloso de nosotros por el ejemplo que damos a las demás comunidades, esta la nuestra que va creciendo y se va propagando por todo el país con esta señal bonita, hermosa de María que va llenando con su fragancia el aire de toda la República Argentina, si con el realmente estamos felices y orgullosos de poder ser testigos del amor de su hijo.

Podríamos decir como Pablo, que Jesús nuestro Señor es nuestra gloria y nosotros la gloria de Jesús, claro que lo podemos decir y es importante que en esta nuestra comunidad cristiana, nosotros nos sintamos verdaderamente orgullosos de la presencia de un Dios que nos bendice y nos permite hacer presente su rostro en medio del mundo.

Como lo hicieran de hecho un montón de hombre y mujeres que pisaron nuestra tierra y dejaron su hermoso testimonio, entre ellos a quién hoy celebramos en la República Argentina como la primera beata de nuestra hermosa tierra nacional y particularmente cordobesa María del Tránsito de Jesús Sacramentado.

Una mujer incansable en su búsqueda, que no dejó un momento de preguntarse por donde Dios quería llevarla y después de varios intentos de acertar en algún lugar donde pudiera expresar su vocación a consagrarse terminó por fundar las Hermanas Misioneras Franciscanas que tienen su sede allí en la Ciudad de Córdoba, en Barrio San Vicente, donde gracias a Dios me toca a mi vivir, justamente al lado del convento donde están los restos de Madre Tránsito, desde hace mas de 12 años, tengo la dicha de acompañar el proceso de esa comunidad, un saludo grande a todos los hijos de Madre Tránsito y a todas las hermanas y comunidades distintas que en los distintos lugares del país están presentes.

Podríamos decir nosotros que justamente en la vida de los santos, se ve coronado el reflejo del rostro de Cristo, como en María de Tránsito o como en esta imagen que tengo adelante mío que me dio la bienvenida en San Juan y que los jóvenes van a entender, cuanto tiene preparado Dios aquí para todo el proyecto de Radio María, la imagen de Teresita del Niño Jesús, una imagen que nos acompaña en todos los lugares que estamos, la Tere Tere, como le dicen los jóvenes de nuestra comunidad tiene verdaderamente un designio de protección sobre los jóvenes, particularmente que adhieren al proyecto de esta hermosa obra que el Señor nos ha confiado.

Se ve que verdaderamente el señor tiene preparado un camino grande, también para los jóvenes de San Juan aquí, la habitación que me dieron, las imagen que me recibió, es la de Teresita, estaba puesta, aquí en el la biblioteca, ahora la tengo adelante mío y comparto desde el teléfono esta catequesis con vos. Esta obra de Dios que crece, esta obra de Dios que creciendo se va instalando en el corazón nuestro hasta llevarnos al camino de la santidad como lo ha hecho ya de echo con algunos hermanos nuestros, que son testimonios, María de Tránsito, Santa Teresita de la que hacíamos mención recién, tiende a crecer cada vez más, más y más.

Lejos de desalentarnos nosotros frente a las situaciones de un mundo que, no reconoce, rechaza, se burla muchas veces o hasta ignora o resiste a la obra de Dios, nosotros nos sentimos verdaderamente orgullosos y cantamos con María la grandeza del Señor, porque en medio de nuestras dificultades y también en medio de nuestras pobrezas, el Señor ha mirado con mucha generosidad nuestra condición junto a la de su madre y quiere hacer obras grandes en medio nuestro, créelo, créelo sino desde tu confianza, desde el sí de María, desde su confianza, desde su entrega y que ese sí, esa confianza suya, de esa entrega de María vaya ganando tu corazón y te abra a las cosas grandes que Dios quiere seguir haciendo en medio tuyo, como parte de su pueblo, como de echo lo hizo en la comunidad de tesalónica, de la que Pablo como la de nosotros siente orgullo.

Es hermoso escuchar el aliento que recibimos de Pablo y es lindo que el pastor pueda también alentar a la comunidad y se siente orgulloso de la comunidad que se le ha confiado, pero es mucho mas hermoso recibir de Jesús este saludo, este aliento, este orgullo suyo por nosotros. Entonces si que una comunidad puede ser misionera y hacer eficazmente su tarea evangelizadora como pide el Salmo, cuenten a su pueblo sus glorias, sus maravillas a todas las naciones porque Dios es de los gentiles, son apariencias porque el Señor ha hecho el cielo, es el testimonio que una comunidad, que cada cristiano personalmente esta llamado a dar en el mundo, ser signos vivientes de la buena nueva, de la salvación que Dios nos ofrece en Cristo Jesús.

Esto es lo que nos permite a nosotros ayudar a otros a encontrar el camino. En Aparecida los obispos nos han regalado todo un programa para el tiempo nuevo que viene del compromiso de la iglesia en nuestro continente, ser discípulos y misioneros de Cristo. No se puede misionar sino es desde el carácter discipular, solo en la medida en que nosotros nos reconocemos como discípulos y vivimos en clave discipular, podemos verdaderamente ser testigos y comunicadores de la buena nueva que se ha instalado en nuestro corazón.

Nosotros, dice, los apóstoles al comienzo mismo del ministerio apostólico después de la muerte y resurrección de Jesús, cuando El ha ascendido al cielo y enviado el espíritu santo que ha colmado el corazón de los discípulos, nosotros, dicen ellos, hablamos de una experiencia viva, de un Dios vivo que hemos visto y oído, pero que tocamos con nuestras manos.

La tarea de la evangelización, la tarea de la presencia de Jesús en medio del mundo a través nuestro, nace de una experiencia de Jesús y no de un Jesús cualquiera, sino de un Jesús en medio de la comunidad, un Jesús que es comunidad. En este sentido no se puede testimoniar la presencia del Señor, sino hay una experiencia comunitaria que sea sustento, base, es el cuerpo de Cristo todo, la cabeza y los miembros, la que se comunica a un mundo que tiene hambre y sed de este Dios que nosotros llevamos escondido en nuestro corazón.

Como alguna vez en el silencio de su peregrinar, María y José lo llevaban ellos también en el silencio, en secreto, por las tierras que los conducían a Belén, para que allí en el silencio de la noche de Belén y en el secreto de una cueva estuviera apareciendo la luz que traía la claridad a los hombres, la que esperaban las naciones como reza Simeón, la que el pueblo de Israel esperaba también ansioso, luz para alumbrar a las naciones y la gloria de Israel.

Esta luz que está en el niño que nace y que sin hacer mucha bulla y mucho ruido, va penetrando y va ganando cada rincón de la humanidad con su presencia. Su presencia, la del niño ha nacido, la del niño Dios Jesús que ha nacido en el silencio, en la noche, en la oscuridad y en el secreto ha tomado la humanidad toda y el universo todo y ahora se espera de nosotros, de cada uno de nosotros que siendo transformados en este hijo que ha nacido, en este niño que nos ha sido dado, podamos hacer presente también la gloria de Dios manifestada en nuestra propia persona, es de lo que tiene expectación el mundo, estar gimiendo, dice Pablo, con dolores de parte, hasta que nosotros nos manifestemos como aquellos que estaban siendo esperados para poner claridad donde hay sombra, oscuridad, tristeza, angustia, muerte, desesperación sin sentido.

Es mucho lo que tenemos para dar, es mucho lo que tenemos para ofrecer, es mucho lo que tenemos para compartir, tal vez nosotros nos demos cuenta lo que significa habernos encontrado con la persona de Jesús y con el secreto que Jesús trae de sentido de la vida por el encuentro con El. Tal vez nos estemos acostumbrando a tener fe o a vivir de la fe y eso mismo nos inspira a descubrir lo que significa para los que no la tienen, para los que viven alejados de Dios, con un Dios ausente, que no es el pan de cada día, el que está puesto en un rincón, el que es una formalidad, el que forma parte de una convencionalidad de costumbre social a través de alguna práctica religiosa que no se distingue muy bien si es casi como una cosa fetichera o una verdad de fe. Para los que vivimos una fe que la podemos ir profundizando, madurando, que descubrimos que es una fe viva en la persona de Jesús. La costumbre nos puede haber hecho perder el sentido que tiene esto ofrecido otro que no lo tiene o que si lo tiene lo tiene adormecido.

Es mucho lo que nos queda por recorrer, el señor está contento con todo lo que hemos caminado, pero, como les dice Pablo a los Tesalonicenses, arremangarse porque hay mucho para trabajar.

Te digo sinceramente, fue mi experiencia cuando entrábamos a la ciudad y descubrí que aquí la radio no esta y tuve conciencia, como hacía mucho no la tenía, porque hacía mucho que no iba a un lugar donde no estaba la radio, de lo que significa que aquí no esté Radio Maria y de lo mucho que queda por trabajar.

Tal vez para nosotros que estamos acostumbrados a sintonizarla o a compartir su presencia, su mensaje, la tengamos como incorporada a nuestras cosas, como nos pasa con las cosas que tenemos demasiado incorporadas a nosotros y no las terminamos de valorar, cuando falta es cuando nos damos cuenta, como nos pasa a veces con la radio cuando se corta.

Aquí no está nunca estuvo y está llamada a estar y en cuantos lugares mas, pienso en el sur del país, todo lo que nos queda todavía por trabajar, por ahí escuchaba de alguno de ustedes, Padre no se cansa y la verdad que no y en estos días me queda mucho viaje por hacer. Pensaba esta mañana no se cuantas veces dormiré en mi casa en esta semana, porque tengo que viajar seguramente a Buenos Aires por la ley de radiodifusión, seguramente tengo que viajar para ver allí como es que crecemos en la propuesta que la iglesia hace al estado para que verdaderamente se lleve adelante este proyecto.

Cristian por gracia de Dios tiene la posibilidad de contar con Cecilia que lo entiende, su esposa, y ya forman parte no solamente uno sino la familia del proyecto y tiene que ir por un lugar y por otro recorriendo el país y el puede decir como un gran testimonio todo lo que significa, los lugares donde estamos y los muchos lugares donde todavía no estamos.

El sur nos queda por cubrirlo y en muchos lugares donde estamos, al lado de donde estamos, no está Radio Maria y también se siente allí la necesidad de que este presente.

Es mucho lo que hemos hecho, muchísimo, de hecho somos la red de radio mas grande de la Argentina, pero a nosotros eso no nos significa nada, significa algo importante porque al comparar con otros medios radiales decimos es mucho lo recorrido, pero a la luz del reino de Dios, su extensión y su presencia en toda la Argentina, estamos como a un cuarto del camino.

Verdaderamente no es para desalentarnos, sino para animarnos y decirnos es mucho lo recorrido, como dice Pablo hoy a los tesalonicenses: “no se detengan en el camino, todavía queda mucho por trabajar” y esto que lo decíamos como compartíamos hace un rato de la radio, lo compartimos en la vida de cada uno de nosotros. Es mucho lo vivido en Jesús y es mucho más lo que nos queda por madurar, ánimo y a seguir trabajando.

Padre Javier Soteras