Alejandro Castro: “Necesitamos una escuela emocionalmente inteligente”

viernes, 2 de junio de 2017

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2/06/2017 – “En vez de atender cada caso de violencia, hay que ver la posibilidad de tener un programa general de convivencia en las instituciones educativas”. Así lo expresó Alejandro Castro Santander, Psicopedagogo Institucional y especialista en Gestión de la Convivencia y Prevención de la Violencia en el ámbito escolar, en el marco del caso de una madre que agredió verbal y físicamente a la docente de su hijo, en una escuela de Tigre, provincia de Buenos Aires.

¿La violencia en las escuelas se puede prevenir? En diálogo con Radio María Argentina, Alejandro afirmó que hay mecanismos para prevenirla pero no se están haciendo bien las cosas: “la escuela permanece siempre un poco indefensa, no sabe cómo proceder, no hay protocolos o normativas claras para ver como se puede denunciar”. La violencia es una conducta aprendida, lo cual para el psicopedagogo es algo positivo ya que implica que se puede prevenir temprano, intervenir de manera eficaz y también desaprender. Este  último camino es el más difícil y largo pero la respuesta es educativa.

Según el psicopedagogo, el mayor problema consiste en que se enfrentan los acontecimientos cuando éstos ya pasaron; en lugar de enfocarse en la prevención. Asimismo, Santander expresó que la convivencia la tenemos totalmente desdibujada: “el informe PISA  dice que el factor que más influye en el  rendimiento de los chicos y la calidad educativa, es la convivencia”. Por otra parte, Alejandro considera que el docente ha perdido su autoridad, y esto empezó principalmente con la familia; los comentarios que los padres hacen en relación con los maestros. Alejandro afirmó que esto es muy difícil de corregir si no hay una actitud de respeto: “la actitud de respeto tiene que venir acompañada de un docente que se ocupa de su formación y de una gestión institucional que cuida al docente”.

¿Alguien les enseña a los docentes a asumir su liderazgo? El especialista relató que  en general, la formación les enseña que se van a encontrar con un alumno respetuoso, atento a la explicación del docente, pero en la realidad esto no sucede: “conozco muchos casos de profesionales jóvenes que terminan yéndose porque sienten que se equivocaron” y agregó : “deberían explicarles la realidad a los futuros profesionales y brindarles  herramientas para trabajar “.

“Hoy debemos pensar en otra escuela totalmente distinta, pero hay valores que no pueden cambiar que son los que anteceden a un proyecto educativo” manifestó Castro. Además, remarcó que necesitamos cada vez más una escuela emocionalmente inteligente, ya que se ha dado importancia mucho tiempo a la parte racional, descuidando las otras dimensiones del ser humano.