Ambiente e Impactos en la Pobreza

viernes, 16 de diciembre de 2011
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La Mesa 10, Ambiente e Impactos en la Pobreza, sesionó con la participación de más de 50 congresistas pertenecientes a todas las regiones del país. Participaron de la misma Mons. V. Bressanelli, Obispo co-adjutor de Neuquén y asesor de la Mesa., Mons. A. Delgado, Obispo de San Juan, y Mons. A. Kühn, Obispo de la Prelatura de Dean Funes. La modalidad de trabajo de la Mesa fue mediante charlas acompañadas con material de apoyo visual a modo de presentación de situaciones e ideas, debates y trabajos en grupo.

 

Pregunta disparadora

¿Frente a la crisis de la pobreza y a la crisis del ambiente: soluciones independientes o soluciones integrales?

Cuestionario Guía

1.¿Qué vínculos/interrelaciones existen hoy en nuestro país entre pobreza y crisis ambiental?

2. ¿Cómo podemos promover el análisis y debate conjunto de ambas temáticas en el seno de la comunidad eclesial?

3. ¿Cuál debiera ser el compromiso, en particular de los laicos, para definir y sostener con fuerza y argumentos la voz cristiana en el debate público acerca de pobreza y ambiente y sus interrelaciones?

4. ¿Qué significa desarrollo integral y sostenible?

 

La apertura de las sesiones de la Mesa estuvo a cargo de Mons. Bressannelli. A continuación se presenta una síntesis de sus conceptos, desde la perspectiva que inspira a la Iglesia esta temática:

La DSI se inspira desde la escritura, que en Jesús alcanza su plenitud, para iluminar situaciones complejas. Jesús le dio gran importancia a la Creación.

La DSI no es de aparición actual sino que tienen una historia de reflexión y de Magisterio Eclesial de muchos años. Al hablar del “ ambiente” : vamos a fijar nuestra atención sobre la creación Vamos a mirar de forma especial la creación: es algo que sale de las manos y de la mente de Dios; fue pensada en el corazón de Dios como obra bellísima.

Después de haberla creado, Dios la contempló con gozo. Por eso la escritura dice: “Vio que lo que había hecho era bueno”; y al referirse a la persona humana, dice: “ vio que era muy bueno”.

A partir de la lectura del Primer Capítulo del Genesis planteó la siguiente reflexión:

“Sométanla” (a la tierra): esa palabra hay que leerla en el contexto de toda la escritura, la creación es el espacio y la casa de la familia humana. Dios nos la da como un jardín ordenado, ligando la creación al destino del hombre, una alianza que no es indiferente. A la persona humana le toca cuidar, conducir y proseguir la obra de la creación, por eso le da nombre a todas las cosas creadas, realidad que va a sufrir las mismas vicisitudes del hombre, … el pecado actual, altera toda la realidad creada. Realidad que Cristo utiliza para transmitir la palabra, es una realidad que espera, con la filiación divina del hombre, su propia liberación .”

Es por eso que en el Apocalipsis se habla de un cielo nuevo y una tierra nueva: la DSI se inspira en el cumplimiento de este designio.

La preocupación social de la Iglesia, manifiesta en Sollicitudo rei socialis (n 34), presenta el carácter moral del desarrollo, planteando una triple toma de conciencia:

1.      Tomar conciencia que no se pueden utilizar impunemente las diversas categorías de seres vivos o inanimados; hay que respetar su conexión en un sistema ordenado que es el cosmos

2.      Tomar conciencia de la limitación de los recursos/bienes naturales. No son inagotables. Un dominio absoluto sobre ellos pone en peligro su disponibilidad para las futuras generaciones.

3. Tomar conciencia de las consecuencias de un desarrollo inspirado en la calidad de vida de las poblaciones industrializadas, que responde a beneficios económicos personales, más que al bien común. 

Recuperemos la armonía de la creación, como plantea Aparecida 474, que habla de un “desarrollo alternativo, integral y solidario, basado en una ética que incluya la responsabilidad por una ecología natural y humana, que se fundamenta en el Evangelio de la Justicia, la solidaridad y el destino universal de los bienes, superando la lógica utilitarista e individualista, que no somete a criterios éticos los poderes económicos y tecnológicos”. Es necesario buscar una nueva relación con toda la creación”.

 

El diagnóstico resultante del debate indica que el ambiente de la República Argentina se encuentra en franco y profundo proceso de deterioro y en muchas regiones esta situación puede empeorar aún más en el corto plazo, empujando a amplios sectores de la sociedad a la enfermedad, a la pérdida de recursos fundamentales como el agua y la tierra, el destierro, pérdida de identidad y a la pauperización. El desperdicio de recursos naturales bióticos y abióticos es creciente, y pone en grave riesgo el futuro de las generaciones presentes y futuras. Algunos de los problemas que nos afectan son globales, otros regionales y otros locales. Todas las regiones del país consideran que la crisis ambiental es un tema de alta prioridad por sus graves consecuencias para las personas, las comunidades y la naturaleza y la sustentabilidad económica de las economías regionales.

Todas estas situaciones tienen impactos sobre la población, que se potencia gravemente entre lo pobres y carenciados. En varias regiones del país los pueblos originarios están siendo expulsados sin miramientos de sus tierras ancestrales. La crisis ambiental argentina responde a la falta de gestión, a la falta de políticas de desarrollo integral ya que se confunde crecimiento con desarrollo en un marco de maximización de la ganancia a cualquier costo, de inversiones sin ningún tipo de control ni del cumplimiento de las leyes ambientales vigentes. La definición de la legislación para aspectos ambientales sin regulación se torna cada vez más difícil. Como consecuencia se observan las grandes inequidades sociales emergentes de tales procesos. No existe, en relación a la crisis ambiental, un debate serio y público en el marco político, empresarial y social. Se observa en los ciudadanos una falta de participación y de compromiso en la búsqueda del Bien Común, que incluye la protección y el uso moderado y racional de los dones de la Creación. La información provista por los medios de comunicación masiva suele ser parcial, sensacionalista en el mejor de los casos, cuando no se encubre lo que realmente está ocurriendo. Se observa una falta de compromiso con el diálogo, basado en el conocimiento y la correcta información. Es imposible disociar la crisis ambiental de la crisis de la pobreza.

En el ámbito eclesial, tanto de los consagrados como de los laicos se observa en muy amplios sectores una falta de comprensión de la centralidad de la crisis ambiental tanto en el marco del desarrollo de la persona como en la gestión de los dones de la Creación. La Iglesia, en el sentido amplio, ha dejado muchos espacios vacantes, de manera tal que se observa sorpresa entre los ciudadanos cuando un católico se ocupa de estos temas, movido e iluminado por la fe, la Palabra de Dios, el conocimiento y el compromiso social.

Se trata de una crisis transversal que afecta a todos los ámbitos del quehacer humano y por lo tanto requiere un trabajo interdisciplinar, intersectorial e interreligioso. La solución de la crisis requiere de un compromiso de todos los sectores, un Estado responsable y el ejercicio del control de gestión por parte de los ciudadanos. Las soluciones para la crisis ambiental y la crisis de la pobreza sólo pueden ser conjuntas y coordinadas. Las necesarias soluciones desde lo social, lo económico y lo ambiental deben estar atravesadas por la ética solidaria.

En el debate de la crisis ambiental y los impactos en la pobreza surgen preguntas fundamentales que necesitan respuestas claras ante toda actividad, ante toda acción que se vincule con la sociedad y la economía, con miras a poder reducir la pobreza y para la reducción/eliminación del daño al ambiente, independientemente de la escala o magnitud de tales procesos sociales y productivos:

 

¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para quién? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿A qué costo?

 

Del debate y trabajo en grupos surgen las siguientes ideas y propuestas

a)   Acción

     Asumir el desafío de construir el Desarrollo integral – sostenible atravesado por la ética solidaria en la perspectiva de la justicia ambiental.

b)   Ideas fuerza

1.    Necesidad de la toma de conciencia de la crisis ambiental, sus alcances y su incidencia en la profundización presente y futura de la pauperización de los sectores vulnerables de la sociedad.

2.    Urgencia de una adecuada formación ambiental de las comunidades que integre los aspectos científicos técnicos, sociales, los saberes populares, teológicos y espirituales.

3.    El compromiso de la Iglesia toda y especialmente de los laicos, para contribuir en el cambio moral y estructural de la sociedad, del sector productivo y de la gestión pública desde la visión integradora cristiana con el fin de reformular el paradigma cultural materialista-consumista.

c)    Presupuestos esenciales de la acción

1.    La profundización de la situación de pobreza, de deterioro del ambiente y de la inequidad social responden al modelo productivo-consumista imperante.

2.    Son la otra cara del afán de lucro, la falta de austeridad y el desprecio a la vida humana y a la hermana creación.

3.    Se requiere una mirada de la creación como el presupuesto dado por Dios en vistas a la alianza y a la encarnación (cf. la homilía de Benedicto en el Sábado Santo de 2011)

4.    Para actuar en y con la sociedad se necesita una conversión profunda, una conversión ecológica en el seno de toda la comunidad eclesial, en el marco de una verdadera ecología humana

d)   Implementación de la propuesta

En lo eclesial

1.    Conversión hacia una espiritualidad centrada en el amor a Cristo pobre y en la gratuidad del don de la creación como Bien Común.

2.    Creación de áreas de pastoral ambiental en las diócesis.

3.    Creación de una área de pastoral ambiental de la Comisión pastoral social de la CEA

4.    Formación de animadores comunitarios laicos que promuevan el desarrollo integral-sostenible y la justicia ambiental.

En lo social

1.    Promoción y fortalecimiento de la participación ciudadana en el debate público de las cuestiones socio-ambientales y en el control de la gestión pública y privada del Bien Común.

2.    Promoción de emprendimiento comunitarios participativos de desarrollo integral sostenible (laboral, productivo, educativo)

3.    Promoción del diálogo entre los sectores de la gestión pública, la producción y la sociedad para la búsqueda e implementación del desarrollo integral-sostenible.

4.    Promoción del desarrollo del conocimiento puro y aplicado para comprender el funcionamiento y el estado de los sistemas naturales, sociales y productivos con el fin de aportar pautas y propuestas concretas para la implementación del desarrollo integral-sostenible

5.    Colaboración en la identificación de las prioridades y necesidades locales, regionales, nacionales para el desarrollo desde la perspectiva del Bien Común, promoviendo la participación de ciudadanos y emprendedores locales, antes que desde la perspectiva del lucro inmediato para inversiones no locales/regionales.

 

Reflexión Final

El cierre de la mesa estuvo a cargo de Mons. Bressanelli que reflexionó sobre el trabajo realizado:

La iglesia se está enfrentando con muchos temas. Los temas de Ambiente son muy fuertes: depredación del mar, megaminería, agua derecho básico de toda persona humana, la contaminación, etc ….

Los obispos somos pastores y no técnicos. Ese es el trabajo del laico, desde la perspectiva cristiana, con la DSI. Debemos saber valorar lo que tenemos. Ser pastores nos lleva a recoger opiniones y tomar posturas, pero que no sean sólo sentimientos. No a las catarsis. Hay que ir con cosas sólidas. Dar datos que sean irrefutables, lo más cercano posible a la realidad.

Los valores del Reino no están sólo en la Iglesia. Hay valores que surgen afuera y luego vienen a la Iglesia. Viajé a India. Descubrí ambientes sacros con valores maravillosos que no cultivamos nosotros. Se respeta la vida, el valor de la familia, la dignidad de las personas, la Naturaleza. En la Patagonia, el viento de 130Km/h te abraza con todo. Los aborígenes saben entender la tierra, las plantas sagradas. La sequía hace parte del cuidado de la Naturaleza, es el descanso de la tierra. Las comunidades hacen las rogativas, agradecen a Dios, piden perdón cuando tienen que talar un árbol o lastimar la tierra. No afirmo el ecocentrismo sino la ecología humana.

Ojo con la palabra “dominar: no es obrar con impunidad. Expresa la misión de cuidar de la creación, darle el sentido que tiene y proseguir la obra de vida iniciada por el Creador. La Creación es la casa del hombre y el espacio de la Alianza.

 

Se propone realizar una jornada pública post-congreso el día 31 de agosto de 2011, con referentes de los distintos sectores de la política, la gestión pública, la gestión privada, sociales y ONGs, eclesiales, para avanzar en las líneas aquí propuestas.

 

Coordinación de la Mesa:

Dr. Pablo O. Canziani

 

Integrantes:

Ing. Rosana Ferrati

Ing. Agr. María Elena Aradas

Dra. Graciela Canziani

Lic. Fray Luis Scozzina

Pbro Dr. Lucio Florio