“Amigos por las calles”: acortar las distancias con las periferias existenciales

viernes, 14 de julio de 2017

CALLE

14/07/2017- La Comunidad Sant’ Egidio es una red de personas que sueñan con una sociedad mejor, más equitativa y humana, a través de la construcción de vínculos fraternos con los ancianos y con las personas que viven en la calle, y fomentando modos concretos de hacer realidad sueños comunitarios, movidos por una profunda opción preferencial por los más pobres. En un nuevo programa del ciclo “Una porción de sol”, Radio María estuvo en comunicación con María Eugenia Lopolito, referente de la comunidad en Argentina, quien compartió testimonios y reflexiones a cerca de esta participación solidaria que se lleva a cabo en las calles de Buenos Aires y en distintos países de todo el mundo, a través del programa “Amigos por las calles”.

El corazón de la Comunidad Sant’ Egidio es ser familia en el mundo. No nos unen los lazos de sangre, las nacionalidades, ni siquiera nuestros idiomas. Pero encontramos una manera muy concreta de vivir lo que nos inspira el Espiritu Santo, unidos por un mismo carisma de comunidad”, dijo María Eugenia. A partir de este sentido de fraternidad y de tomar consciencia de que, ante los ojos de Dios, todos somos iguales, es que surge el proyecto “Amigos por las calles”, que busca crear lazos de amistad con las personas sin techo, rompiendo las barreras de los prejuicios y las diferencias, saliendo al encuentro desde el factor común que nos une: tenemos las mismas ansias profundas de vivir bien, de ser felices y de trascender en nuestras vidas.

En nuestro país nos encontramos en un momento en que lo económico es tema de preocupación para la mayoría de las personas. Cuesta ganarse el pan de cada día y la falta de seguridades nos hace pensar constantemente en cómo garantizarlo para nuestras familias. Por lo cual, también cuesta darlo y parece que el pan para el otro no fuera una gran preocupación. La Comunidad Sant’ Egidio, en palabras de su presidente Marco Impagliazzo, busca caminar el sendero del maestro, que no se queda indiferente en el dolor, haciendo al margen la vida individual para priorizar la vida de trabajo comunitario para alimentar al hermano. “Si bien, cada uno que distribuye está cargado de angustias, penas, preocupaciones y afanes propios, dar ese pan cambia una frágil vida. Y cambiar una vida, cambia el mundo”, aseguró María Eugenia.

Abrazar el don de dar

Durante el programa, la representante argentina de la Comunidad compartió testimonios de personas que, tomando el ejemplo bondadoso y misericordioso de Jesús, eligen esta vivencia de mirar al otro como a sí mismas, de crear amistades con las personas pobres y descubrir que lo más importante al final no es la comida sino compartir la vida, conversar y ganar un amigo que enseña sobre la humildad y sobre lo que realmente se necesita en la vida. “Me pregunté qué había hecho yo para tener padres que me dieran de comer y que me enseñaran lo que estaba bien o mal. Y llegué a la conclusión de que tener buenos padres no es una virtud: si no había hecho nada para ganarlo tenía que dar gracias a Dios, y encontré en la caridad la manera de agradecerle”, dijo una de las tantas voluntarias que cada semana salen a recorrer las calles de Buenos Aires.

Además, María Eugenia compartió el testimonio de Samuel, un hombre brasilero que vive en la calle y habló acerca de lo difícil y triste que es la indiferencia que recibe, de lo sanador que resulta tener amigos que se preocupen por él, y de sus deseos de encontrar un trabajo estable que lo ayude a salir de la calle y construir un hogar.

Para más información a cerca del trabajo de la Comunidad Sant’ Egidio, puntos de colaboración y donaciones:
Página Web Sant’ Egidio
Teléfono de contacto: 011 155 1614712
E mail: [email protected]