Amores fugaces

lunes, 13 de septiembre de 2010
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A los jóvenes de hoy les cuesta el compromiso, no quieren perder su libertad. ¿El modelo de familia de sus padres entro en crisis? La promesa de juntos “para siempre” ¿les da temor?. Cuales son los nuevos paradigmas para que puedan formar una pareja?

 

            “Instrucciones para conseguir chicas” Ya hay dos instituciones en Córdoba que dictan seminarios para enseñar a conquistar mujeres. Hay clases teóricas y prácticas para personas entre 18 y 60 años que buscan consejos para relacionarse. Por ahora son solo varones. Seminario intensivo cuesta entre $200 y $400. si son clases regulares, $200 por mes. Servicios personalizados entre $1000 y $1300. También hay talleres individuales de $200 donde se llama ‘seducción secreta’. Los formadores suelen ser exalumnos que hicieron los cursos en Bs.As.” (art. Del diario ‘La voz del Interior’)

 

            ¿Estamos tan duras, tan resistentes, tan difíciles como para que tengan que tomar un curso para relacionarse con nosotras? Estoy haciendo una lectura crítica del texto y seguramente en más de un caso están tomando nota a ver dónde se dictan estos cursos.

            Acá van testimonios de oyentes:

“Me enteré que existía esto por la web. Arranqué hace dos meses porque me cansé de ser espectador. Quería ser protagonista. Me ayudó no solo con mujeres”

“Estoy de novio, pero quiero manejar mejor mis relaciones. No lo hago de mujeriego. Me sirvió para valorarme más, para tener un orden cada vez que encaro una relación”

            Algunas de las materias de esos cursos: “Cómo evitar tener que pagar por sexo”, que es realmente un problema: cuando los chicos no pueden hacer ‘levante’ ¿qué hacen? ¿abstinencia? No ¿sublimar? No. Pagan, y hoy eso está mal visto, porque cómo puede ser que no puedas procurarte un vínculo tal que te permita tener una relación “Touch and go”? (“toco y me voy”, es decir, sin compromiso alguno)

            Relaciones fugaces ¡qué tema! Vamos a abordarlo hoy ¿qué es lo que está pasando? Jóvenes: necesito especialmente su participación.

 

AMORES EXTRAÑOS Laura Pausini

Ya sabía que no llegaría, ya sabía que era una mentira,
cuanto tiempo que por él perdí, que promesa rota sin cumplir.
son amores problemáticos, como tú, como yo.
es la espera en un teléfono, la aventura de lo ilógico,
la locura de lo mágico, un veneno sin antídoto,
la amargura de lo efímero, porque él se marchó.
Amores, tan extraños que te hacen cínica, te hacen sonreír entre lágrimas.
cuántas páginas hipotéticas, para no escribir las auténticas.
son amores que sólo a nuestra edad se confunden en nuestros espíritus,
te interrogan y nunca te dejan ver si serán amor o placer.
Y cuantas noches lloraré por él, cuantas veces volveré a leer
aquellas cartas que yo recibía cuando mis penas eran alegrías.
son amores esporádicos, pero en ti quedarán.
Amores, tan extraños que vienen y se van, que en tu corazón sobrevivirán,
son historias que siempre contarás sin saber si son de verdad.
Son amores frágiles, prisioneros, cómplices,
son amores problemáticos, como tú, como yo.
son amores frágiles, prisioneros, cómplices,
tan extraños que viven negándose escondiéndose de los dos.
Son amores que sólo a nuestra edad se confunden en nuestro espíritu,
son amores problemáticos que se esconderán de los dos.
son amores que vienen y se van, son historias que siempre contarás.
Ya sabía que no llegaría, esta vez me lo prometeré,
tengo ganas de un amor sincero, ya sin él.

 

            Si uno por algún motivo tiene un lugar que le permite tener una ‘atalaya’ y tener una mirada un poquito general (por ejemplo los docentes que están en contacto con muchos jóvenes, o si sos dueño de un boliche, o si estás en un medio de comunicación), si estás en un lugar social donde tenés contacto con mucha gente, probablemente compartas la visión que tengo yo: de un lado están los varones, del otro las mujeres. Ambos se quejan de que ya no es posible encontrar del otro lado gente comprometida. Algo está pasando, porque si yo necesito compromiso de parte del sexo opuesto y el sexo opuesto necesita lo mismo. Algo pasa en los escenarios montados: se montan escenarios donde el Touch and go es lo que prima. Si venís a mostrar una banderita de compromiso, quedás afuera. Y todos andamos buscando lo mismo: No te digo amor eterno, casamiento, pero sí

Compromiso, y todos tenemos esa ‘banderita’ bajo el brazo, escondida, no vaya a ser que alguien se de cuenta y nos eche a patadas. No sé quién ni cómo impuso la moda del amor fugaz. Pero es impresionante ver esas estrategias de manipulación invisible: todos bailan la misma musiquita que todo el mundo se queja de estar bailando. Hasta hay lugares donde se va para bailar la musiquita esa, para bailar con contactos superficiales, adrenalina, todo lo que va contra el compromiso.

 

            Un poquito de historia.

Allá por ‘los 60’ se produjo una revolución muy grande de costumbres, tradiciones, cultura, sobre todo en torno al amor. Hasta ese entonces, el amor de pareja era no solo pasión –y a veces no importaba si hubiera o no pasión-: era proyecto. El objetivo, lo central, era por ejemplo preservar el patrimonio económico, fundar una familia, y la educación de los hijos. Los aspectos institucionales del matrimonio eran centrales, eran innegociables. Si había amor y si había pasión, mejor todavía. Hasta los 40 o 50, cuando Holliwood empieza a expandir por todo el mundo el tema del amor romántico, porque antes ni eso. Hasta la generación del 20 o 30 era casarse con un ‘buen partido’: alguien que te asegurara honestidad, idoneidad, trabajo, posición económica necesaria para el sostenimiento de la familia fundamentalmente. El pretendiente se entrevistaba con el padre, quién le hacía esas preguntas.

            Hoy esas preguntas ni se pueden hacer. Alguien las tiene que hacer. Pero están prohibidas.

            En la década del 60 todo esto entra en un ‘movimiento sísmico’. Estos tiempos de esfuerzo, sacrificio, de la construcción de una familia, de levantar la casita propia, de educar a los hijos todavía entra en los objetivos. Todavía la sobrevivencia no estaba garantizada, pero era un tema fundante: ¿cómo vamos a sobrevivir nosotros, nuestros hijos y en lo posible nuestros nietos? No mires con desdén a tus abuelos, porque el hambre se paseaba por la puerta de todas las casas y entraba muy rápidamente en algunas de ellas.

            Ya para entonces, el Estado Bienechor, que había asumido buena parte de este desafío protector de los individuos de una sociedad, le permite cuestionar a los seres humanos muchas estructuras de tipo cultural, justamente porque gran parte de las estructuras estaban garantizadas: muchos derechos estaban garantizados, había estabilidad laboral, había un Estado protector, benefactor, y entonces había que ir por más. Había un status importante en occidente de tranquilidad, de seguridad económica en muchos casos. Entonces vamos por más: la mujer se integra a la vida política, profesional, económica. Comienza a hacer malabarismos para conjugar su vida familiar con la profesional. Es bueno tener en cuenta estas cosas, porque venimos de una época muy convulsionada. ¿cómo hacer para planificar su vida?, porque ya no depende del esposo, ni del padre. Toma las riendas de su vida en sus manos. Comienza también la búsqueda intensa de métodos anticonceptivos, justamente porque quería planificar cuándo quería quedar embarazada –si es que quería eso-. Los métodos anticonceptivos aportaron un cambio enorme en las costumbres. Aparecen movimientos humanistas, políticos, religiosos en los que la solidaridad estaba muy de moda: todos querían participar, nadie quería quedarse afuera. Todos querían decir ‘presente’ en la política, en la amistad, en el amor. Todos querían hacer su aporte a la conquista de un mundo mejor. Estaban las condiciones dadas. El amor intenta comenzar a caminar con la pasión. Y para un matrimonio ya no alcanza, ni mucho menos, todas esas otras garantías que antes eran fundamentales. Una mujer podía tener relaciones sexuales sin ser una prostituta colgada en la plaza pública. Los movimientos feministas proclaman la libertad de derechos y también permite mostrar su actividad política marchando en contra de la guerra del Vietnam. Se proponen uniones libres sin papeles. El divorcio se legaliza en muchos lugares. Yu el matrimonio de ‘hasta que la muerte los separe’ ya era una cosa demasiado larga para una expectativa de vida aumentada. Emocionalmente hablando, las expectativas cambian, la sexualidad se libera de todas las ataduras.

            Después viene el desencanto de todas estas utopías, de todos estos mundos que se querían conquistar, de todas las revoluciones que se iban a armar. Y llega la tecnología arrasando con todo. Una sucesión de cambios vertiginosos. Apenas terminábamos de entender una herramienta tecnológica que ya estaba llegando la siguiente. Y a ese mismo ritmo, las parejas comenzaron a cambiar de forma, de aspecto, de color. Y casi dirìamos al mismo ritmo, se comienzan los cambios en la vida de las personas.

            Pocos ya protestan para lograr la paz en Afganistán, Irak o medio oriente. Ya cada uno hace la suya: sálvese quien pueda. Hoy las guerras se siguen por televisión como si fueran un gran espectáculo de fuegos artificiales. La desilusión ganó las calles. La sociedad post moderna dejó de mirar hacia delante. Solo mira el presente. Debido a las crisis globales y a las financieras, la angustia se concentra en la posibilidad de perder el empleo o los ahorros de toda la vida. Un sentimiento de desesperanza y de vacíos sobre vuela en estos tiempos, y ante la ausencia de objetivos a largo plazo, todo se diluye en el presente.

 
NO ME IMPORTA Axel
No me importa cuándo ni cómo Ni dónde vaya a ser
No quisiera apurar el tiempo No me importa si estás sola Tampoco con quién
Si va a ser, será en su momento Y aunque muera por tu amor En este oscuro y profundo silencio
Que se extiende hasta sentir que estoy muriendo
Seguiré diciendo Que no me importa si estás cerca o estás lejos
Descubrí que nuestro amor no tiene tiempos Y no me importa tu pasado ni tu cuerpo
Por mil vidas yo te espero Y no me importa lo que digan los ajenos
Porque todo lo que siento pasa adentro Y no me importa nada y seguiré diciendo
Si va a ser, será en su momento
Pero importa que comprendas Todo tiene un por qué Y todo llegará y será eterno
Cuando el tiempo nos encuentre se va a detener todo el universo en el momento
Y hoy te espero con mi amor y ya no aguanto, pero espero en silencio
Aunque sienta que estoy muriendo porque no llegas, seguiré diciendo
Que no me importa si estás cerca o estás lejos
Descubrí que nuestro amor no tiene tiempo, y no me importa tu pasado ni tu cuerpo
Por mil vidas yo te espero. Y no me importa lo que digan los ajenos
Porque todo lo que siento pasa adentro, y no me importa nada y seguiré diciendo
Si va a ser, será en su momento
           

Yo estoy convencida de que en el fondo, los chicos realmente quieren estabilidad y seguridad en el amor, Quieren la previsibilidad: el saber que ‘el que está hoy va a estar mañana’. porque es una necesidad del alma humana, que no tiene nada que ver con las épocas.

Hay miedo al compromiso, no no deseo de compromiso. Se quiere, pero no se puede. Y lo que estamos tratando de ver ahora es ¿qué es lo que nos impide esto? Algunos dicen que hasta hay cuestiones neuroquímicas, porque hay hormonas para la pasión, y hormonas para la caída de la pasión. Cuando se cae la pasión, es un estado bastante patológico y enfermizo, no se soporta el vacío de la ausencia de la dopamina. Por eso la adicción también. Es tan grande la necesidad que no puede ser rechazada al mismo tiempo, que los chicos hoy les da mucho miedo enfrentar una chica.

¿Y cuál es el miedo? ¿qué pasa si ‘te rebotan’? Nada. Los jóvenes de mi época estaban acostumbrados a eso. Lo peor que te podía pasar es que te hicieran dos o tres bromas. Pero eso formaba parte de lo que podríamos llamar la ‘escuela de iniciación en la vida’. Ahora esto no se tolera, entonces, hay que estar ‘un poquito tomadito’ para encarar una chica, para poder amortiguar el sinsabor y la amargura que generaría un posible rechazo de parte de ella.

Me llamaba la atención en una entrevista hace unos días a chicos y chicas que iban a un boliche, y se les preguntaba el por qué. Las respuesta: los varones, para divertirse con sus amigos, las chicas para divertirse con sus amigas. Y uno se imagina entonces dos paralelas, que no se tocan. Porque ya sabemos: hoy nadie espera ‘que lo/a saquen a bailar’. Bailan solos/as con sus amigos/as. Convengamos que si en el boliche has ‘solo chicas’ o ‘solo chicos’, el boliche es un fracaso. Entonces, hay como una mentira encubierta. Necesitamos aunque sea mirarnos, o que me miren.

Entonces, chicos: creemos una cultura más honesta, más sincera: nos necesitamos

Hay psicólogos que dicen que estamos en una sociedad “borderline” (la traducción es ‘trastorno límite’). Es una mente que está en la frontera de una inmadurez mental seria. Está en la frontera entre la normalidad y el déficit mental serio, irreversible. Antes esto se le aplicaba generalmente al ‘maníaco-depresivo’, y era muy frecuente en la post-guerra.

¿Cómo es un borderline? Impulsivo, no piensa, actúa sin medir las consecuencias, no tolera la frustración, se encapricha por obtener lo que quiere –aunque tenga que agarrar una pistola o lo que fuera-, no mide el riesgo, se involucra en conductas peligrosas, es inestable y reacciona en exceso frente a los acontecimientos. Pasa del amor al odio en un instante y tiene una sensación crónica de vacío. Estas personas construyen una falsa imagen de su yo, para ser aceptados y tener éxito, pero son como una cáscara, vacías de sí mismas, anestesiadas por sus propias emociones, a las que juzgan como peligrosas.

¿No hay a veces en las chicas y chicos una histeria galopante, permanente? ¡gritan! ¡por cualquier cosa! Hay desmesura en todos los comportamientos: en el gritar, en el bailar, corren desaforados de un lado a otro…

¿No vivimos en una sociedad así, con esas características? Cuando muchos jóvenes contactan con esto porque alguna de las quimeras fracasa, entran en una depresión a veces seria. Construyen una falsa imagen de su propio yo para ser aceptados y tener éxito, pero es como una cáscara vacía.

ENTRA EN MI VIDA

Buenas noches, Mucho gusto, Eras una chica más.

Después de cinco minutos ya eras alguien especial.

Sin hablarme, Sin tocarme, Algo dentro se encendió.

En tus ojos se hacia tarde y me olvidaba del reloj.

Estos días a tu lado me enseñaron que en verdad

No hay tiempo determinado para comenzar a amar.

Siento algo tan profundo que no tiene explicación,

No hay razón ni lógica en mi corazón.

Entra en mi vida, Te abro la puerta.

Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas.

Entra en mi vida, Yo te lo ruego.

Te comencé por extrañar, Pero empecé a necesitarte luego.

Buenas noches, Mucho gusto, Ya no existe nadie más.

Después de este tiempo juntos, No puedo volver atrás.

Tú me hablaste, Me tocaste y te volviste mi ilusión.

Quiero que seas dueña de mi corazón.

Entra en mis horas, Sálvame ahora,

Abre tus brazos fuerte y déjame entrar.

Sin Bandera

            Les decía que hay hasta razones neuro-biológicas para estas características de amores tan fugaces. “Decí por Dios que me has dao, que estoy tan cambiao, no sé más quien soy” (E.S.Discépolo: Malevaje). Esto es típico de toda la revolución hormonal que arma la pasión, el estado de enamoramiento obsesivo, que tiene una serie de características –algunos dicen hasta patológicas-. Porque la ‘pasión’ duele, lastima, tiene una intensidad que hace vibrar: es como sentirse vivo porque se activan todas las células del cuerpo, pero asi mismo genera mucha angustia y mucho temor a perder a la persona amada. Y ese temor carcome las entrañas. Es un estado posesivo, celoso, hasta violento. Cuando hay pasión el erotismo es muy intenso y a veces compulsivo pero la obsesión que caracteriza ese estado de pasión, impide que la pasión ‘evolucione’ hacia algo más elevado.

Si la pasión ‘no pasa a otra cosa’ es muy difícil que no pueda terminar de otra manera que no sea dejando almas rotas, corazones defraudados y un vacío muy profundo en el alma, y mucho miedo a volver a amar.

            Muchas de las personas que hoy no quieren saber nada con el amor, son parejas fugaces, simplemente por un tiempo, transitorias. Nunca nada que piense en hacerse un proyecto. Solo alguien con quien salir, alguien con quien tener relaciones, o alguien con quien tomarse un cafecito, o alguien con quien irse de vacaciones, pero…nada más. Convivencia cero. O como máximo: ‘probemos a convivir por un tiempo a ver cómo nos va’.

            Después de un sentimiento de pasión que es obsesión, generalmente lo que acontece es un malestar e insatisfacción muy larga y profunda. Y muchos de de los que se sienten incapacitados para comprometerse en el amor, es porque han sentido su corazón roto por alguna pasión que los ha desengañado. De suyo, la pasión desengaña. Cuando hay este tipo de obsesión es casi imposible que devenga en un amor mas o menos maduro.

            Pasión es ‘padecer’ y está unido a la ‘pasividad’, al padecimiento y a la inacción, y generalmente está acompañado de obsesión, incertidumbre, angustia y miedo.

            Para los que estén viviendo una pasión, yo les diría: hay que comenzar rápidamente a racionalizar un poco esos sentimientos, a enfriar un poco las emociones, y a pensar un poco, a largo plazo, hacia dónde se dirige esta pasión. Porque la mayoría de las veces, la pasión tiene que ver con el peligro (o son amores sin futuro, o amores prohibidos, o amores no correspondidos y eso aumenta la adrenalina –o la dopamina- (no me acuerdo cuál de estas hormonas), entonces no hay códigos compartidos, hay mas bien pura diferencia, no hay certidumbre, hay mucha novedad, hay cero rutina. En fin: es todo lo contrario del amor.

            Y desde esa experiencia de pasión, con toda su carga hormonal, muchas veces se juzga el amor comprometido como algo rutinario, como algo que no es novedoso, como algo demasiado conocido, que no trae nada nuevo. En definitiva: es muy difícil recuperar en un amor romántico, estable, profundo, que apunta a tener una duración en el tiempo, aquel placer narcisista que la pasión de alguna manera había enardecido.

            Esos momentos iniciales de una conquista, son hipnóticos, no son reales. Y digo esto porque muchas veces el amor termina cuando se cae ese estado de hipnosis, y justamente aquella pareja o persona aparece con su realidad y con los rasgos amargos, o bien cuando la rutina comienza a traer cierto grado de normalidad, yo comienzo a producir menos de esa hormona vertiginosa y no puedo tolerar el vacío que asocio a depresión y salgo a la búsqueda de una nueva experiencia.

 

DEJAME ENTRAR EN TU CORAZÓN César Banana Pueyrredón

Si a veces la tristeza invade mis mejillas no dejaré que el llanto me robe la ilusión.
Encontraré un sendero, renacerá mi risa descubriré un amigo, un aliado del amor

Déjame entrar en tu corazón y toma mi mano. Quiero que me prestes alas que me ayudes a crecer.
Déjame entrar en tu corazón y ábreme tus brazos. Nunca tuve tantas ganas de vivir.

No necesitas los ojos para mirarte adentro , no necesitas las manos para tocar el cielo
no necesitas los pies si quieres caminar derecho para sentirte vivo es necesario soñar
Por eso, déjame entrar en tu corazón

Quiero que ser una estrella para espiar el mundo, quiero ser el perfume que vive en cada flor
y romper las barreras para que estemos juntos y compartir la magia de esta nueva canción.
Déjame entrar en tu corazón

SER UNO MISMO Cesar Banana Pueyrredón

No necesitas los ojos para mirarte adentro, no necesitas las manos para tocar el cielo,
no necesitas los pies para caminar derecho , para sentirte vivo tan sólo escucha a tu corazón.

Es necesario aprender a reír , es necesario un color , es necesario empezar a soñar que puede haber un mundo mejor.
Es necesario aprender a reír, es necesario una flor, es necesario empezar a soñar y hacer la vida con amor.

No necesitas oídos para entender mi canto , no necesitas de tus labios para decir te quiero
no necesitas la piel para estar emocionado , para sentir que estás vivo , tan sólo escucha a tu corazón.

CONOCIENDOTE    César B.P.                                                                                        

 

Conociéndote…mi vida halló una razón y yo aprendí a ver el sol que nació cuando te vi

Conociéndote mi mano pudo llegar al cielo que hay más allá de tu voz, de tu piel…

 

Ahora estoy viviendo mi mejor momento y me quema el pecho cuando estoy con vos

Y te doy mi vida sólo a vos querida todo lo que pidas lo conseguiré                                 

Descubrí un mundo conociéndote a vos

 

Conociéndote el viento escribe a los dos, un gran poema de amor y que el mar recitará

Conociéndote entiendo qué es ser feliz: es dar todo de si sin pensar en recibir

 

Las representaciones sobre la vida podrán cambiar, podrán darse por extintos unos u otros aspectos: se podrá decir que la vida es solo pasión o libertad o novedad, o placer, etc. Pero la vida sigue siendo la vida. Las leyes no las hemos puesto nosotros. Las leyes están puestas. Con distinta vuelta, creo una y otra vez vamos a ir arribando a los mismos lugares. Creo que en la Revelación, Dios hasta por economía quiso decir ‘no busques tanto, la cosa está por acá’.

Entre los relatos que dicen que han caído y las historias que dicen que han llegado a su fin, ha caído un arquetipo, un modelo que vuelve a emerger ahora en las películas épicas (el caballero, Harry Potters, elpríncipe, el que busca, el guerrero, el que lucha, el que pelea, el que enfrenta obstáculos a veces desde su entrenamiento o desde su fuerza de voluntad, o a veces desde la inocencia, desde la pequeñez, desde su fidelidad a un vínculo amoroso entrañable con sus padres, que lo nutre de fuerza –como en el caso de Harry Potters: es un chiquitín que enfrenta al mago que se le dice innombrable porque tiene una fuerza a la que nadie puede oponerle resistencia) Es un paradigma, un itinerario, un recorrido harto recurrente en la historia de la cultura y de la humanidad y nos está queriendo decir cosas: aún el vulnerable puede ser un guerrero. Aún el David puede vencer a Goliad. Aún el pesebre puede atraer a los reyes de la tierra.

            Pero en definitiva: en la vida cotidiana (no en las películas) el guerrero está absolutamente coptado por el marketing, por la rivalidad comercial. Allí sí tiene un despliegue casi patético. Es patético cómo a los grandes gerentes de grandes empresas, se los estimula, entrena y se les agrega cualquier clase de arquetipo para que sean peleadores, luchadores, porque en realidad el rival, el enemigo es la empresa competidora, o el consumidor al que hay que necesariamente meterle en la boca el bocado que yo le quiero vender. En ese sentido es patético: porque evoca causas muy elevadas en sus ideales y en sus valores aplicadas a una estrategia comercial donde, visto desde afuera, uno no tiene mas que ganas de reírse a carcajadas. He visto y me han contado de que los llevan a campos y surge un juego en el que se tiran con pintura con pistolas. Son entretenimientos que en realidad son entrenamientos guerrilleriles, hechos para despertar la competencia, despertar el arquetipo del guerrero que todos tenemos adentro.

¿Qué pasa en el amor? El sueño de la bella durmiente. El guerrero y la guerrera que es la que sale justamente a vencer los obstáculos que se interponen entre su genuino y real deseo, que –déjenme creer- todavía está latente. El deseo de un gran amor, un amor que brinde estabilidad, paz, garantías y seguridades. Creo que eso está y no se puede borrar nunca más.

            ¿Y cuáles son los ‘monstruos’ para esta generación?

La rutina. De solo imaginarme conviviendo todos los días con la misma persona, y en vez de estar balanceando mis caderas para seducirle y producir toda la adrenalina me va a tener que ver sacando la basura todos los días, de solo pensar que va a tener que verme sangrando porque me afeité y se me cortó el granito…evidentemente, ese contraste entre las quimeras con las que nos engañamos todo el tiempo y la realidad, la diferencia no se tolera.

            El aburrimiento: cuando ya conozca todo de ella y ella conozca todo de mi ¿qué vamos a hablar?

La pérdida del deseo: ¿cúanto tiempo se puede sostener ese deseo vertiginoso y urgente que tenía o que tengo ahora que la acabo de conocer o que me gusta tanto?

Los crecimientos desparejos: uno madura más, otro menos. Uno tiene una vertiginosa carrera profesional y el otro no. ‘…y seguro que si esto ocurre, me va a dejar…’

El egoísmo

¿quién puede vivir con estos miedos todo el tiempo? Parece gracioso, pero hay parejas que se quieren bastante, y ¿por qué no se crece hacia un proyecto? Porque aparecen cosas como estas: ‘Y, yo no sé cómo voy a hacer para convivir con él, porque, por ejemplo : a mi me gustan las remeras dobladas, al otro le gustan colgadas en perchas’. Y uno se queda atónito, diciendo: no puede ser que esto tumbe un amor o un proyecto de vida. Pero ocurre.

Las luchas de poder: se mantienen muy ‘mansitas’ cuando no hay convivencia, pero en cuanto se activan y se encuentran la competencia arrasa con todo

Y como la separación ya es un estigma, nadie permanece con quien no tiene ganas de permanecer. Y no tiene ganas de permanecer cuando aparecen estas cosas: rutina, aburrimiento, pérdida de deseo –o mejor dicho cambio de deseo-, falta de comunicación, luchas de poder, crecimientos desparejos, egoísmo… y entonces la fantasía sigue estando centrada en “encontrar a mi príncipe azul”: a una persona con quien todo va a funcionar mejor, en lugar de trabajar en la pareja para recrear un modelo de relación en el que ambos estemos mas o menos bien. Y como la soledad ya no es un ‘cuco amenazante’ porque el ‘gran proyecto’ es irme a vivir solo, las tendencias demográficas están demostrando el aumento de hogares unipersonales, donde además los encuestados dicen sentirse bastante bien en soledad.

Entonces es muy común, cada vez mas, encontrar mujeres que viven solas toda su vida, con una gran vida social, que lucen espléndidas, que triunfan en sus carreras, que tienen parejas, pero ocasionales, donde el eje de su vida no pasa por una relación de pareja ni mucho menos. Yo descreo absolutamente de esta supuesta felicidad. Creo que todos estamos ‘actuando un libreto’ que no se quién nos lo ha dado. Y no quiero decir con esto que no haya posibilidad de plenitud estando solo/a. Lo que creo es que nadie ‘elige’ la soledad sencillamente porque es hasta antinatural.

           

Participan los oyentes:

          Tengo dos chicos muy chiquitos, y extraño los tiempos en que salíamos solos

GL: Primer error: ya estamos en otra circunstancia. No se puede volver el tiempo atrás. Se sienten otras cosas, igualmente lindas, pero ‘no aquellas’ -…ahora está siempre cansada y de mal humor, me reclama cosas todo el tiempo, todo lo que hago está mal, siempre estoy en falta, y de la sexualidad, ni hablar: cuando tenemos sexo, siento que lo hace sin ganas, como por obligación. Los pibes son increíbles: es lo mejor que te puede pasar. Pero la pareja se termina.

GL: este es el mensaje que están dando los adultos. Ojo que esto lo construimos no solamente desde afuera, sino también desde adentro.

 

Otro testimonio: -hace tanto tiempo que no siento emoción que ya me olvidé cómo es. Mi marido es un buen hombre, pero es muy frío, muy poco demostrativo. Yo siempre digo: muchos hombres pierden el habla apenas se casan, y la recuperan con la secretaria. Nu8nca se le ocurre comprarme flores, dejarme una notita. Nuestras charlas son aburridas, tienen que ver con lo cotidiano, con lo funcional, ya no hablamos de cosas interesantes como al principio, y eso que él es un hombre inteligente.

GL: lo que está sospechando esta señora es: ‘está poniendo afuera, pero acá no invierte’

 

Otro testimonio: – Tengo miedo de casarme y aburguesarme. No quiero ser una señora gorda que va al supermercado o que se sienta en un café con su marido los dos a leer el diario. Me da escalofrío pensar en mi futuro toda la vida al lado del mismo hombre ¿cómo hacer para que te siga gustando, para que no se termine la pasión?

GL: Fíjense en los miedos que hay. Voy a intentar contestar brevemente: ¿qué es lo que hay en parejas estables que proveen, propician felicidad? Está comprobado por estudios científicos que los hombres casados, felices (no según la pasión, la adrenalina) sino en los términos que voy a decir, son mucho más inmunes a las enfermedades de cáncer, enfermedades cardíacas, etc. Objetivamente son más felices, están más tranquilos y tienen un nivel de salud psicofísica, espiritual, muy por encima de otro tipo de personas. Estas parejas que lograron sostener un amor romántico –no apasionado-, con compromiso a lo largo del tiempo, no necesitan ‘salir a tomar aire’ porque justamente el aire está en la relación. Porque en esas relaciones el amor no oprime, no sojuzga, no destroza la identidad ni la autoestima de sus miembros. En esas relaciones hay confianza y aceptación, de modo que el otro puede ser y hacer con tranquilidad. Se sienten libres. Ambos saben cuál es el límite del otro, su punto vulnerable, porque el límite del ser y hacer de uno es el dolor del otro, y esto es suficiente para sostener la fidelidad y el respeto. Entonces no es necesario firmar acuerdos ni estar explicitando a cada rato lo que se puede hacer y lo que no, porque con un poquito de tiempo ya sabe cada uno de memoria lo que implica transgredir reglas que están implícitas en el amor. El sentimiento en estas parejas es el de acariciar las heridas ajenas para que no duelan, en lugar de ponerle el cuchillo en la herida. El sentimiento es una alegría apacible y de una felicidad en hacer feliz al otro. El verdadero amor es el que se sostiene en el tiempo. Nadie ama sin amar con la intención de amar ‘toda la vida’. Es el que comprende los silencios y tolera los momentos de aburrimiento y de rutina. No le pide al otro malabarismos para existir. Cuando el amor entra en escena, no hace falta contorsionarse para responder al deseo del otro, no hace falta ‘ser otro’: solo hace falta ser honesto. Cuando hay honestidad, nadie se ve obligado a ‘decorar’-se, ni tampoco a descifrar dobles mensajes o maliciosas ironías gestuales. Las personas no tienen necesidad de esforzarse para traducir un sinnúmero de signos para comprender al otro, para averiguar lo que sienten. Solo lo preguntan. Y el otro, solo le responde. Y si no puede o no quiere hacerlo, también lo dice. No dejan que la inquietud y la zozobra se apoderen del momento. No se van a la cama crónicamente espalda con espalda con la amargura y el sinsabor de la distancia. Nada es tan importante como para no desearle las buenas noches al otro, un buen día o una buena vida. Cuando las pasiones se aquietaron, las discusiones de pareja entran en un marco de respeto dentro de lo que se puede hacer para escuchar al otro. No hay que ganar. Hay que ponerse de acuerdo. Y hay lugar para la frustración. Para que algo pase mas adelante, o para que no pase nunca. Las personas que pueden amar, tienen la sabiduría que se necesita, no solo para vivir, sino para discernir cuál es el verdadero límite que no van a dejar traspasar. Saben que pueden negociar muchas cosas y pueden tolerar otras. Pero también saben, cada uno del otro, que hay cosas que son insobornables, que hay cosas que son incondicionales y hay cosas que tienen condición. Habrá condiciones, y eso les hace bien a los dos. Seguramente tienen que ver contemos esenciales: fidelidad, confianza, respeto, no violencia. En ellas el sentido del compromiso es fuerte y hace que las discusiones se auto limiten, porque la intención no es llegar a una escalada más violenta. Entonces negocian, acuerdan, y encuentran una salida para recuperar la calma que les hace tanto bien.

                Están , en cambio, los que tuvieron todo: dinero, fama prestigio, aventuras, viajes, y sin embargo reconocen que no lograron en su vida encontrar una armonía que alcance a llenar ese vacío que nunca pudieron llenar, esa soledad, esa ausencia