Ante la incomprensión y persecución debemos testimoniar siendo constantes

miércoles, 28 de noviembre de 2007
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Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida .Se levantará nación contra nación y reino contra reino, habrá grandes terremotos, peste y hambre en muchas partes. Se verán fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo pero antes de todo esto lo detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas, serán encarcelados, los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi nombre y esto les sucederán para que den testimonio de mi. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi nombre pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas

Lucas 21, 10 – 19

En el capítulo 21 de San Lucas es un discurso escatológico o sea del final de los tiempos. Discurso que ante el nos ponemos con dos formas de verlo o desde aquello que algunos presentan como catastrófico, doloroso, aquello que es el final, aquello que produce angustia, aquello que llama y tiene un sabor a fracaso porque todo termina o se destruye o con esperanza.

El Señor ha vencido todo aquello que tiene consecuencia y olor a pecado y también vencerá lo que parece ser el final de todo porque cuando venga en gloria todo será puesto bajo sus pies y el último enemigo, lo escuchamos en su Palabra, el último enemigo que va a ser puesto bajo sus pies es la muerte. Así se presenta en éste texto del Evangelio la situación de los cristianos que en aquella primera comunidad, en aquellos primeros siglos fue siempre precaria, fue siempre débil porque primero tuvieron que sufrir la persecución de los judíos fanáticos que los veían como un peligro para la religión oficial.

Tal vez aquí basta recordar a Saulo de Tarso como perseguía a los cristianos, a los seguidores del camino hasta que fue el alcanzado por el Resucitado por su amor. Luego fueron perseguidos por el estado romano que veían en ellos la misma encarnación del mal y peligro para el imperio. Los escritos del Nuevo Testamento reflejan la situación y la refieren a la primera comunidad de discípulos. Pero ésta situación no es un accidente sufrido por odios o por problemas individuales. Se produjo por la actitud que los cristianos ante el mundo tenían.

Los primeros cristianos se caracterizaron por poner en duda todo el sistema de valores que tenía vigencia en el mundo antiguo. Se caracterizaron por no divinizar al Estado, por no hacer un Dios al sistema económico. Valoraron al ser humano por encima de las diferencias étnicas, religiosas y sociales. Constituyeron la comunidad en el centro de interés dejando de lado el culto por el cuerpo y el placer y esto no es nada nuevo. Lo leemos en los primeros capítulos de los Hechos de los Apóstoles cuando se nos narra de que manera vivía la primera comunidad cristiana.

Todo lo ponían en común, nadie pasaba necesidad, se reunían asiduamente, compartían las enseñanza, compartían la oración, compartían la fracción del pan. Y con el paso del tiempo comenzaron a decir “miren como se aman” .Esto tan hermoso para la oración, la reflexión, para vivirlo en nuestras comunidades. Sin embargo para el momento era un peligro porque estaba ocasionando otros criterios, otras maneras de pensar, estaba creando otra manera de actuar ante la vida.

El texto que hoy nos toca reflexionar nos muestra las condiciones en que vivió ésta comunidad, especialmente la de Lucas, y por ahí nos cuesta situarnos históricamente en lo que fue después de la destrucción de Jerusalén por el año 70 después de Cristo. La mayoría de las comunidades estaban en las sinagogas y había desprestigio de los detractores, de aquellos que querían con la difamación y la calumnia apagar ese fuego del Espíritu.

Pero a pesar de la adversidad esos primeros cristianos vieron la persecución como una ocasión especial para dar testimonio de Jesús y anunciar la buena nueva en los lugares de más conflicto en la sociedad. Y de hecho vemos tantos testimonios de hermanos y hermanas nuestras que no tuvieron miedo ni siquiera a morir por el nombre de Jesús. Las señales de éste género de Apocalipsis estará estos terremotos, éstas pestes .Pero dice Jesús en el Evangelio antes viene la persecución y la traición. Jesús no deja de sorprender a su auditorio, a sus discípulos.

Estaba en el templo junto a sus discípulos. Estaban todos admirados de lo que en el templo pasaba y sin embargo había armonía en ese templo. Sin embargo Jesús comienza a sorprender a ese auditorio y también nos sorprende a ese auditorio hoy. Creo que a nadie se le ocurriría, a nadie que esté en carrera política de la actualidad se podría a animar proponer la persecución como el resultado de su triunfo electoral. Creo que ningún líder propondría la muerte y la separación familiar de sus seguidores. Sin embargo éste es el discurso de Jesús de ver la cárcel, la persecución. Y estos males no provendrán de desconocidos.

No estarán alejados de nosotros. Por eso Jesús no tiene miedo en advertirnos de los vecinos, incluso de los propios familiares. Aquellos que los entregarán en la primera comunidad aquellos que hoy no nos comprenden o entienden. Debemos descubrir que decididamente Jesús no sería hoy un buen político. No podría hacer una buena campaña en los medios de comunicación. Ni siquiera podría hasta dirigir una comunidad por el aparente fracaso de los que lo siguen. Creo que con dolor habrá que reconocer que cuando el anuncio del Evangelio no molesta a nadie del poder de turno es porque se ha hecho parte del poder y ha perdido su fuerza. Quienes siguen a Cristo decididamente tienen que optar por el no poder y eso molesta a quien tiene poder. No solamente con palabras para ponernos en contra. Creo que Jesús está lejos de esto. Simplemente las actitudes que van en contra del sistema cuando el sistema no es honesto, no es justo o excluye a algunos.

La presencia del cristiano en medio del mundo si es fiel, si es verdaderamente testigo. Por eso el mensaje del Evangelio paradójicamente genera muerte. Los testigos son traicionados, son encarcelados, difamados, son expulsados de su grupos religiosos.

Vale la pena éste futuro? Sin duda que muchos de los primeros cristianos se lo preguntaron y cuestionaron y por eso el Evangelio de Lucas, la Palabra de Dios viene a dar un aliento, una Palabra de esperanza. No es simplemente la advertencia de alguien que dice que va ir mal, sino de alguien que en medio de la persecución, hay una luz de esperanza. Pero éste Evangelio no fue proclamado hace casi dos mil años para aquel momento.

Todos nosotros que estamos cada día tratando de testimoniar nuestra vida cristiana según el Evangelio y vivir cada día el compromiso bautismal, el compromiso de la Confirmación. Lo habremos experimentado en tu casa, en tu trabajo ésta dificultad.

Cuanto hay de añoranza de aquellos que en su casa, en su trabajo, con sus amigos quisieran hablar de Dios y contar como Dios va obrando pero les cuesta. No son entendidos.

Con ésta mirada de esperanza pero también enfrentando la realidad de tantas veces no sentirnos comprendidos y la Palabra de Dios que nos ayuda a comprender que esto lo vivió en primer lugar Jesús, después lo vivió la primera comunidad y hoy nos toca vivirlo a nosotros muchas veces. Tiene esto un sentido porque esto no termina en los primeros versículos que acabamos de escuchar cuando Jesús dice que va a venir y estar la persecución.

Pero tal vez podamos contagiarnos de estos sentimientos que tenía la primera comunidad cristiana, el sentirnos extraños en medio del mundo, no para desanimarnos porque encontramos siempre respuesta en la Palabra de Dios

En éste Evangelio que hemos meditado en el capítulo 21 de Lucas. Podemos detenernos en las palabras que siguen en Jesús : tengan bien presente que no deberán preparar su defensa porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Voy a usar un término griego no por mucho saber sino porque es con el cual la Palabra de Dios habla de éste preparar la defensa. Una palabra medio rara bromeletau que quiere decir hacer gestos o ensayar una danza, el preparar defensa. Los cristianos cuando debemos testimoniar el nombre de Jesús en medio de la persecución no nos comportamos como actores en el escenario, hacer gestos o ensayar una danza.

De allí que Jesús dice no deberán preparar su defensa, no armar un show para defenderse. Tampoco aquí se hace referencia a la apología, a la defensa propia. Si hacemos así la defensa, solo defendiéndonos con eruditas palabras que a veces es necesario, no hay duda, pero si solamente detenemos ahí nuestra defensa pasará a ser una serie de palabras bien armadas pero que no cuentan con la acción del Espíritu Santo ni con el don de la profecía como sucedió a Pablo más de una vez lo testimonia.

Aquí será cuestión de servirnos de los medios más adecuados que nos proporciona el Espíritu Santo. Esta fuerza está en el interior del hombre. Está desde el momento del Bautismo cuando fuimos llenos de éste don del Espíritu Santo. Cuando fuimos confirmados. Pero nosotros debemos presentar la expresión, debemos también prestar nuestra vida para que éste Espíritu Santo hable por nuestra boca, para que éste Espíritu Santo ilumine nuestra inteligencia, eso si funciona.

La Palabra de Dios lo deja ver muchas veces. El mismo Lucas en los Hechos de los Apóstoles lo deja entrever en el caso de Esteban, éste modelo de discípulo. Sus adversarios aquellos que están escuchando y que quieren encontrar el detalle para acabar con el como en el caso de Jesús no podían hacer frente al Espíritu y a la sabiduría con la que hablaban. Así dice el capítulo 6 de los hechos de los Apóstoles: no podían hacer frente al Espíritu y a la sabiduría con la que hablaban.

Se está refiriendo a Esteban .Aquel que fueron las piedras quienes lograron callarlo porque las palabras no hacían mella en su corazón. Damos un paso más y disfrutamos del descubrir que es éste uno de los textos más hermoso del discurso de Jesús porque se refiere aquí al testimonio: los discípulos serán perseguidos y entregados para que a los poderes judíos y romanos para que den testimonio. Es el momento o la ocasión para éste testimonio. Esta palabra que en griego es martirio.

Los testigos son los mártires y aquí viene una recomendaciónla que escuchábamos hace un momento que es muy significativa. Y también cuando por ahí se nos permite la posibilidad de buscar una traducción de la Palabra de Dios que se acerque mucho a la palabra griega propónganse en sus corazones no ensayar ante su defensa pues yo daré a ustedes boca y sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos sus adversarios.

Esto llama la atención porque es el mismo Espíritu que hablará en ustedes y por ustedes Estos textos tan importantes para los cristianos del primer periodo de la iglesia, el periodo de los apóstoles sigue siendo también tan importante para nosotros hoy. Es que éstas promesas de Jesús no fueron dichas allá en el tiempo y pasaron y simplemente las recordamos y decimos hubo alguien que aprovechó de éstas palabras y que lo testimonió.

Esteban, Pablo, los Apóstoles, aquellos que fueron entregando su vida en el martirio, en el testimonio. Porque aquellos primeros cristianos por el propio hecho de llamarse así o por el hecho de negarse a vivir en medio de los ídolos o fasos dioses terminaron derramando la sangre, terminados devorados por los dientes de los leones aunque suene un poco trágico. Pero ésta Palabra sigue siendo actual. Hoy Jesús sigue diciéndonos yo te daré boca y sabiduría.

Lucas es claro describe como la división y la persecución que llegará a los círculos de los amigos y de la propia familia. La muerte y el odio caerá sobre los discípulos. Pero otra vez llega la Palabra de ánimo, de aliento, de esperanza de Jesús: no perderán ni un pelo de la cabeza con la constancia salvarán la vida. Vivir con caridad y verdad y todo lo demás nos será regalado.

Para nosotros es muy importante y lo hacemos cada día en el compartir la catequesis. En el aporte que la radio hace a nuestra vida cristiana. Este aprender a estar a los pies del maestro para cuando vayamos a proclamar su nombre podamos decir como los auténticos profetas, esto dice el Señor, en lugar de decir esto dice fulano o mengano por muy eruditas que sean sus palabras.

Y creo que en esto y gracias a Dios uno como sacerdote lo puede experimentar tantas veces que lo hemos compartido y se lo hemos agradecido a los que hacen la radio todos los días. El ver como María se hace presente en los hombres y mujeres de éste tiempo. Como va preparando el corazón para ésta defensa no como ensayo desde el ir alimentando la vida desde ir gustando la Palabra del maestro.

Desde las miradas que un día nos regala  Y cuando Dios hable nadie podrá resistir su Palabra que El va a pronunciar por medio nuestro porque sigue valiéndose de nosotros . Cuantas veces hablan de Jesús con burla y se mofan. Uno a veces está hablando de temas intrascendentes pero como saben que uno es cristiano y está comprometido en la vida de la parroquia nu7nca va a faltar una palabra de burla, un mofarse. Cuanto duele esto ¿no? Cuando cuestionan simplemente para herir. Cuando cuestionarse realidades de la vida cristiana no son para superarlas. Simplemente para reírse. Esto nos pone mal porque a veces pasamos horas discutiendo.

Dios es el que siempre obra, es el que habla por nosotros pero también se las arregla para ir tocando el corazón del otro aún cuando parece a simple vista que no pasa nada. Y en esto tenemos que descubrir dos actitudes de las que permanentemente estamos expuestos. O huimos de la situación o nos plegamos a la broma, al reírnos del otro, o escapamos de la situación o nos ponemos en manos del Espíritu para que El inspire la Palabra oportuna que cuando nos toca hablar de Dios, nos toca testimoniar a veces también se hace silencio.

Como dice la Palabra de Dios: no ensayen defensa yo te daré boca y sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos sus adversarios. A veces el silencio oportuno también habla de Dios. La garantía que deja Jesús si somos fieles a la Palabra de Dios seguros tendremos persecución pero también la otra Palabra que expresa garantía. En la persecución dejen hablar al Espíritu Santo. Hay que hacer una mirada de la vida si alguna vez nos pasó algo de no saber de donde sacamos las palabras pero nos salieron, las dijimos. Nos llenaron de gozo por más que todo no salió bien pero eran palabras que nos puso el Espíritu Santo. Dejar que el Espíritu Santo ponga boca y sabiduría. A veces podemos decir como me va a salir no voy a poder hablar. Es que a veces no nos animamos a prestar la lengua, el oído, el entendimiento al Espíritu Santo.

Como hacer cuando por ahí estamos desanimados porque no es mucho lo que nuestro testimonio hace para acercarlo a Dios al corazón de hermanos nuestros. Cuando la persecución se hace cercana creo que es más dolorosa. Sobretodo en el ámbito de la familia de los amigos. ¿Que hacer? En la constancia salvarán sus vidas va a terminar diciendo Jesús. La perseverancia, la paciencia, el no bajar los brazos, el testimoniar con palabras o con actitudes del corazón. El testimonio es lo que va tocando el corazón.

El obispo vietnamita Van Tuan cuando escribe su historia de estar prisionero por el régimen comunista y estuvo prisionero muy cerca de su iglesia Catedral y todos los días escuchaba las campanas y su gente ya creía que estaba muerto. Desde la cárcel no podía hacer mucho pero como podía se las arreglaba para celebrar la Eucaristía todos los días y el Espíritu Santo le fue dando no solo palabras sino también gestos y logró convertir a sus carceleros.

Ese testimonio de martirio en vida de alguien como nosotros pero que vivió esta entrega total al Señor. Uno se puede imaginar cuando va leyendo éstas historias, éstos relatos de Van Tuan como el desde el silencio de la cárcel, desde la tortura seguía esperando y confiando en Dios. El secreto pasa por ahí y el secreto no es mi palabra, el secreto es el Espíritu Santo que va ir dando fortaleza para no bajar los brazos y aliento para no desanimarnos y con nuestra alegría de ser cristianos en lo que sin duda tarde o temprano toca el corazón del otro por eso esa constancia para no desanimarnos, para seguir siempre firmes, esta constancia para no dejarnos estar y estar allí al pie del cañón..

Serán entregados, dice Jesús, hasta por sus propios padres y hermanos sus parientes y amigos y a muchos de ustedes lo matarán.

Serán odiados por todos a causa de mi nombre pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. No hay mucho para decir .Primero fortalecernos ante la incomprensión de mis amigos. A veces me quieren sacar del medio porque mi presencia incomoda no porque mi carácter no es bueno sino porque vivo los valores del Evangelio. Y en el el extremo alguna vez pasó y hasta perder el espacio, ese lugar y poco a poco ir dejando su trabajo porque no le cae bien porque el martirio cada vez se hace más pesado, por eso aquí y más que nunca a la luz de ésta Palabra tenemos que ponernos con confianza en las manos providenciales de Dios que no nos abandona, que jamás va a dejar un hijo solo o abandonado menos en caso de persecución A veces no entendemos que lo que ahora no comprendemos, como dice San Pablo a los Romanos ocurre para nuestro bien porque ocurre para el bien del que ama a Dios.

Porque también no meternos en éste ámbito es también nosotros ponernos en oposición exigirá ese momento de estar alerta y atento, de abandonarnos, de decir aun cuando no entiendo, aún cuando no se como va a terminar todo esto, confío en vos, me pongo en tus manos.

Esas breves palabras con la que Jesús termina el Evangelio que hoy se nos propone:gracias a su constancia salvarán sus vidas. La palabra constancia la podemos encontrar con diversas maneras de traducirla. A muchos les gusta quedarse con esto, con constancia a otros con perseverancia a otros con tenacidad. La misión está dada. No podemos haber entrado en comunión de vida con el Señor para después convertirnos en un vaso de mandato de corrupción.

Cristo nos quiere como signos claros de su amor en medio del mundo y en el paso de la historia de cada día. Debemos meditar si hemos colaborado en nuestra vida, en nuestras actitudes para que desaparezcan las injusticias, las guerras, las persecuciones o si llamándonos cristianos hemos colaborado para que el mal avance en el mundo y cuando decimos que hemos colaborado es porque nos dimos permiso de no hacer bien las cosas.

Cristo quiere que demos testimonio de El no solo con una vida intachable sino haciendo nuestras las miserias y sufrimientos de todos los hombres para ayudarles a dar una solución no desde nuestra imaginación que es miope o no ve bien sino de la inspiración del Espíritu que nos lleva y nos lleva no por donde nosotros queremos sino por donde El quiere. Entonces a pesar que tengamos que pasar por la muerte el mismo Espíritu nos conducirá a la gloria del Padre y todo lo que tengamos que padecer por el nombre de Dios será comprendido por los caminos incomprensibles de Dios para nosotros pero dentro de la voluntad salvífica de Dios para nosotros. Jesús nos anuncia que en el mundo tendrán grandes tribulaciones pero a pesar de eso con la constancia el Señor nos promete la salvación.