Aprender a Descansar, Aprender a Vivir

lunes, 5 de enero de 2009
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Entrevista a Ángela Sanuti, Lic en Psicología y Miembro del Consejo de Redacción de la Revista CRITERIO.

COMO EN UN DÍA DOMINGO
Hoy te tengo que encontrar y sentarnos un momento,
como antes conversar en vez de andar a contratiempo,
Necesito respirar el aire que ahora te rodea
y en la piel quiero sentir el mismo sol que te broncea,
necesito recorrer tu cuerpo y verte sonreír
y volver a ser los mismos,
Ya no puedo más vivir un sentimiento sin sentido,
necesito descubrir esa emoción de estar contigo
ver el sol amanecer y ver la vida acontecer
como en un día de domingo.

Imagínate que todo es nuevo
y dejemos que nos lleve la emoción,
que se duerma el alma en el silencio
y que pueda hablar la voz del corazón.

Hoy te tengo que llamar para ver si ha pasado
y porque acabó tan mal, saber porque nos separamos,
necesito oír tu voz para bailar con su sonido
corazón a corazón sintonizando los latidos
necesito despertar entre tus brazos y sentir
que jamás ha sucedido,
ya no puedo continuar disimulando que te quiero
y no te puedo olvidar porque te extraño y te deseo
quiero verte junto a mí y ver el mundo sonreír
como en un día de domingo.

Imagínate que todo es nuevo
y dejemos que nos lleve la emoción,
que se duerma el alma en el silencio
y que pueda hablar la voz del corazón.

El hombre lleva la historia. Cuando la lleva dentro de sí ella se le revela como deseo y esperanza, como temor, a veces, mas siempre complicada con el futuro. Un pueblo es una muchedumbre de hombres que temen, desean y esperan aproximadamente las mismas cosas. El temor, el deseo, la esperanza , jamás han podido ser silenciados con cañones ni con fusiles ni con violencia. Porque el hombre lleva la historia dentro de sí, y ésta se revela una y otra vez como deseo, esperanza y temor. Desde este horizonte, ¡es tan necia e inútil la guerra!

    Entre otras cosas, la urgencia, la prontitud, la aceleración, el eficientismo, la exigencia, la  competitividad, el individualismo, todo es para ayer, todo es para ya. Obviamente, esta expresión es una metáfora: nada puede hacerse para ayer. Esta es una de las formas de darnos a entender las mil maneras de exigirnos la rapidez y el consumo del tiempo. ¿Cómo entonces podemos  pensar vacaciones desenchufándonos realmente de esta “corriente electrica”, de esta exigencia, de esta hiper-aceleración que tenemos casi constantemente?
    La depresión aqueja a casi el 40% de las personas que viven en las grandes ciudades del mundo. Tenemos también un 50% de obesidad . En cada familia existe un enfermo de cáncer, y uno de los medicamentos más vendidos en todo el planeta es el antidepresivo.
    Estos son algunos de los síntomas que revelan que vivimos en una sociedad enferma: enferma de urgencia, de rapidez, de eficientismo, de exitismo, de individualismo, y por supuesto, cuando se acerca éste período del año, también  nosotros estamos muy exigidos porque se suman el calor, los cierres del año, la Navidad, los cierres de ciclo (no es igual en el hemisferio norte) se acumula todo, y uno además tiene que ir proyectando y pensando las vacaciones y lo que ocurre es que resulta difícil no proyectar hacia las vacaciones el mismo acelere y la misma exigencia y expectativa con la que veníamos viviendo a lo largo del año.
    Para hablar con este tema, EL ARTE DE DESCANSAR. Estamos en comunicación con la licenciada Angela Zanuti Psicología y Miembro del Consejo de Redacción de la Revista CRITERIO.

GL: Hay cosas en la vida que no se improvisan. Hay cosas que no se pueden pedir de un día para el otro: haciendo una comparación con la Parábola de las vírgenes necias”, no se puede pedir el aceite al otro. No podemos pedir de un día para el otro “Dios, dame el don del descanso, porque mañana me voy de vacaciones” ¿Cómo se hace?

AS: Esa es una excelente metáfora. El Evangelio y la Biblia toda, están llenas de verdades antropológicas que muchas veces leemos fragmentariamente. El descanso, las vacaciones, como se viven al menos en esta sociedad occidental, son una muestra de cómo se vive, como vive el ser humano.
    El descanso es un estado psicológico del ser. Como el amor: no que uno se dispone y dice “ahora quiero amar”. Es mucho más profundo, es un estado del ser. La ambición no tiene nada que ver con el amor, la codicia no es amor. A partir de allí uno llega a un estado.
    El descanso tiene que ver con un estado muy profundo.
    Las vacaciones se han convertido en un objeto de consumo más. ¿qué hay que hacer para ser?
    La eficiencia en sí misma es un valor, pero el eficientismo es una exigencia despiadada. Aspirar es un valor, pero la ambición es una aspiración despiadada. Y lo despiadado, lo im-piadoso de esta cultura consiste no incluir al otro.
    Y las vacaciones también . En realidad es una maqueta de cómo se vive. Hay personas que viven en una búsqueda profunda y el descanso es un estado, que va de la mano con la serenidad: afectiva, anímica –no hay descanso en medio del bullicio, del acelere, ni tampoco en medio de exigencias despiadadas-.
    ¿Por qué devenimos en este estado tan desesperante, alienante, de tanta desconexión? Creo que la educación –que es la matriz con la que salimos al mundo, y es el corazón de la sociedad: todavía no nos damos cuenta que de eso depende el devenir- está basada en la cultura de lo externo. Se nos proyecta a conseguir logros.  Todo está puesto en el afuera, y no se alienta el viaje hacia adentro, ha nuestra interioridad, que donde están los verdaderos tesoros. Por eso la vida en sí misma tal como está planteada en nuestra sociedad occidental, es un escape permanente de nuestra interioridad, y las vacaciones es lo mismo. Por más que te vayas  mar, a la montaña…-la naturaleza es bellísima en cualquiera de sus expresiones- no hay descanso. Porque el descanso es un estado interior.
    Etimológicamente, vacaciones –“vacatio” significa “vaciamiento”- – Un ser descansado es el que está vacío, que no es el vacío existencia, sino el “Vacío de lo que aturde”, y para estar en silencio hay que vaciarse. Por eso digo que esto no es algo que se logra en un mes de vacaciones. Es un estado. Por eso, las vacaciones son como el reflejo fiel de cómo uno vive.
    Por eso, podríamos diferenciar lo que la gente vive como “vacaciones”, y lo que el descanso. El descanso es un estado de serenidad interior, permanente. Nosotros, como seres humanos limitados que somos  siempre estamos en una búsqueda del equilibrio.
    Insisto: esta es mi mirada, justamente porque la educación nos desconecta de raíz y nos impulsa a seguir modelos del afuera. No prestamos atención a cómo estamos insatisfechos, descontentos, desamparados, solos, faltos de afecto, asustados, porque todo eso se maquilla en la vida cotidiano buscando cosas en lo externo: poniendo el acento en lo material –teniendo más cosas-, y no hay manera de llenar o aliviar ese descontento interno, ese vacío. Detrás de esta cosa tan maníaca de “hay que hacer” –nadie puede estar “sin hacer nada” cuando en realidad este no hacer nada es el preámbulo del silencio- es una forma de tapar el descontento. No vemos una sociedad feliz.

GL: Una expresión de Ghandi que tiene que ver con el descanso, incluso en medio de la actividad: “Cuando uno mete la mano en una palangana o enciende el fuego, cuando escribe interminables columnas de cifras en una oficina, cuando lo queman los rayos del sol medio hundido en el barro del rosal o hunde la pala en la tierra, si en ese momento no vive plenamente como si estuviera en un monasterio, entonces el mundo no tendría salvación.” Creo que esta es una expresión de lo que implica la plenitud del estar ahí, de la contemplación, de la vida plena aún en medio de las actividades.

    Me gustaría que describas cómo se vive ese miedo al vacío, a la soledad, al silencio, al encontrarme con el otro y no saber de qué hablar porque ya está todo dicho, qué vamos a hacer ahí en el campo los dos metidos durante dos semanas…pero mamá, dónde me estás llevando? ¿qué querés que haga ahí?. ¿qué es lo que nos da tanto pavor, malestar, angustia, cuando no podemos armar la maqueta de las vacaciones como nos gustaría y las armamos con mucho “relleno de afuera?

tu y yo por siempre unidos asi asi y asi olvidate del tiempo,
sabes bien que el mundo no lo mueve el afan del oro y de riqueza
deja fuera de tu puerta el desaliento y quizas asi olvidas tu tristeza
y veras tan solo la nobleza en mi amor sincero y tan profundo,
corta el hilo del telefono y deja fuera el mundo,

imaginate un sitio para nuestra fantasia
imaginate un sitio donde todo es armonia,
lo tengo aqui es para ti,
imaginate la dulce sensacion que da el vino,
perdido en el que ves mas claro tu destino, porque mi amor es tuyo,

tu y yo tan lejos del mundo y tiempo,

asi olvidas tu tristeza y veras…….
GL: Estando en casa, en el trabajo, o a donde estemos ¿a qué le confiamos nuestro descanso? ¿en manos de qué o de quién lo depositamos? Mucha gente no detecta esta sensación de miedo, sino que lo que detectan es esta exigencia de hacer cosas o consumir mucho, o ahogarse en la tele, para ahogar de alguna manera la voz de nuestro vacío. ¿cómo se manifiesta esta necesidad de huída de nuestro interior?

AS: En general toda nuestra cultura es un escape. Por eso yo decía que la educación está basada en la cultura de lo externo. No nos enseñan a estar con nosotros mismos. Todo trabajo terapéutico consiste en aprender a estar con uno mismo, que significa aceptar las limitaciones, las carencias, ser conciente de las cualidades. Cuando uno aprende a estar con uno mismo, aprende también a estar con el otro. Falta interioridad en nuestra cultura, por eso si no estamos atentos, gran parte de lo que hacemos es un escape de uno mismo. De este vacío, -lo que muchos llaman un vacío existencial, un estado de aislamiento, de descontento-, no hay manera de escapar. Por más que el ser humano escape permanentemente, el hecho que cada vez se vendan más psicofármacos, que haya más obesidad, es la demostración de que de eso no se puede escapar: nos persigue siempre como nuestra sombra. Y nadie nos enseña que la única manera es aprender a quedarse con uno, con ese vacío que es una pantalla, pero que hay que atravesarla porque es cierto que después de la tormenta viene el cielo sereno, pero hay que quedarse con la tormenta.
    Es notable cómo en los grandes investigadores hay siempre una búsqueda de lo espiritual. Nadie puede acceder a la verdad por pedacitos cuando hay una verdadera comprensión.
    Una Premio Nobel de medicina, que se ha dedicado al estudio de lo neuronal, del crecimiento de las neuronas, es muy interesante porque lo biológico es psicológico, y lo psicológico es también espiritual. Si hablamos de cerebro, estamos hablando del crecimiento psicológico y espiritual. Ella tiene un libro titulado “Elogio de la imperfección”. La tesis que ella plantea, es siempre desde el ámbito de la neuro-ciencia, y dice que si no hubiera existido el “cormañón” no se hubiese llegado al “homo sapiens”. ¿qué está diciendo? Que si uno no reconoce las limitaciones, no puede crecer. Y limitaciones es simple: hay cosas que podemos y cosas que no. Pero ¿qué sucede? Que como vivimos en una cultura de lo externo y elitista, tanto te moldean en que el éxito es lograr cosas, que te desconectan y niegan nuestras limitaciones.
    Y con esta manganeta de la perfección, la religión tiene mucho que ver. Habría que revisar esto, porque al amor se llega reconociendo todo lo que no es amor en uno: la ambición no es amor, como tampoco lo es la codicia, el dominio del otro. La persona humilde no es la que dice “soy humilde”, sino la que es conciente de su soberbia. Pero como estamos disociados y hay toda una cultura que apunta al falso éxito nos desconecta de lo más preciado que tenemos, que es nuestro estado de imperfección, que es lo que nos permite evolucionar y crecer. Uno comienza a crecer cuando toma conciencia de sus limitaciones porque la limitación deja de ser un vacío, un peso, un descontento y es justamente el germen del crecimiento. Es al revés.  Las vacaciones terminan siendo una manera de tapar el descontento. El descontento en nuestros vínculos, se tapan en las fiestas –muchas veces, en general, no siempre- con fuegos artificiales, con comidas, con regalos. El equívoco está en que si uno se pudiera dar cuenta de que el descontento, la limitación, los conflictos, no son una distorsión de nuestra naturaleza sino que forman parte de ella. No es algo que tengo que eliminar, sino que tengo que aprender a convivir con eso, con lo que realmente somos.
    La vida misma puede ser profundamente terapéutica (no se hace terapia solo dentro de un consultorio) si uno trata de aceptarse profundamente como uno es. A mi entender, el meollo de la cuestión está en entender que por la cultura en que vivimos, desde chicos estamos condicionados por la comparación,  y eso nos provoca la muerte del verdadero ser

GL: El costo de la imperfección o de los límites  quizá uno no lo pueda apreciar tanto con la comparación con la sociedad o con la cultura  o con el éxito entendido socialmente. El precio que uno paga muchas veces es la soledad. Y esto comienza ya desde la infancia: “si soy mal chico, no me quieren” “si traigo malas notas no me atienden”, “si no soy abanderado no me ponen como ejemplo como lo hacen con mi hermano”…entonces hay  un costo de vacío y de soledad en una etapa en que la vida del hombre depende tanto de de la atención y del afecto de sus seres queridos que nos convertimos en algo así como pordioseros de la atención o del cariño ajeno. Cuando no lo tenemos somos capaces de ponernos “cualquier traje” con tal de fijar en los otros la mirada de los amados. Y eso es desesperante.

AS: Eso es lo que digo cuando menciono que la educación es un adiestramiento para cumplir mandatos externos, para cumplir con las expectativas de los otros, no para desarrollar tu verdadero ser. Ahí está la tragedia. Ahora bien, en la vida tenemos miles de oportunidades, porque uno sabe cuál es su verdad-  para volver a nosotros mismos. Como el descontento va de la mano de la desconexión –porque para estar bien hay que estar profundamente conectado con quien uno es, porque la fuente de la vida está en el propio espíritu y de ahí proviene la plenitud-. Por eso para estar bien, no necesitás irte a ningún lado ni hacer un viaje sofisticado. Al contrario, para encontrar un estado de serenidad y alegría, hay que meterse dentro de uno mismo. El tema es que si uno puede escuchar ese descontento, si no lo tapa, está en el comienzo de la redención íntegra del ser, que es una actitud plenamente sanadora, reparar todas nuestras heridas –las que uno puede-. Las heridas nos atrapan y tendemos a tapar. Si uno las asume, se van como diluyendo.
    Entonces lo necesario es esto tan sencillo: no tapar el descontento sino escucharlo. Cuanto uno más se escapa, más se agranda el descontento y la infelicidad que tiene adentro. Cuando uno aprende de a poquito a conectarse con su estado interior de descontento, de insatisfacción, puede comenzar un cambio

GL: No hemos sido formados para escuchar a nuestro corazón, y por eso le tenemos tanto miedo. Tenemos miedo a dialogar con él y ese miedo proviene de que para nosotros es algo desconocido. Quizá tenemos miedo de que nos atrape y no nos deje salir nunca más de una tristeza. Y es exactamente al revés.

AS: Exactamente: una depresión es una tristeza no vivida. No hay permiso para estar triste, no hay permiso para sentir lo que uno es porque hay que ser de determinada manera., Y la libertad va de la mano de la serenidad, y donde hay comparación no hay libertad.

GL: Imaginando simbólicamente una situación concreta: supongamos que estoy triste, no tengo ganas de nada y tengo por delante unas vacaciones. ¿Qué elijo? Hay quien dice “hacete un viaje, vas a ver que bien te vas a poner”. Y yo tengo ganas de llorar y dormir encerrada en mi pieza

Si la oficina del director no tiene el típico cartelito que dice “dirección”, sino uno que dice “Alto, o el centinela abrirá fuego, es muy violenta si no hay aulas y en su reemplazo hay bunkers. Es decir, eso no significa que tu escuela sea un tanto violenta.
Tu escuela es un tanto violenta si  el libro de Historia no está escrito por Ibáñez sino por Mario Puzo o P. Tarantino, porque esa es la versión de la historia.
El kiosco de la escuela violenta no vende alfajores y gaseosas, pero tiene un surtido de curitas, gasas , vendas
Es obligatorio llevar cartuchera, pero agarrada del cinturón en el colegio violento.
La hora de gimnasia no la hacen más en el gimnasio del club sino en la tribuna de la barra brava del club local.
En las aulas no hay mas retrato de los próceres sino de las últimas partusas con los profes
En el colegio violento, la clase de anatomía está a cargo de un forense
Por último, para darte cuenta si tu colegio es violento ¿cómo hacés?
Cuando ingresás, el profe no te pregunta “qué vas a ser cuando seas grande” sino “qué vas a hacer…si llegás vivo a terminar la escuela?

GL: No se puede contra las leyes del universo. Es ley de vida : no puede haber resurrección sin muerte.

Alberto Plaza Todo lo que soy
Todo lo que soy, lo que quiero ser y lo que fui
Toda la esperanza de una vez
Ha venido a congregarse aquí
Toda la ilusión, todas las historias que conté
Lo que pudo ser y lo que no se
desnuda en brazos de mi voz
Toma esta canción como un desafío al porvenir
Como una saeta hacia la luz de un nuevo destino, un nuevo sol
 ¿Qué será la arcilla entre nuestras manos mañana?

Soy un arlequín,  vivo en una bola de cristal
Vengo del futuro en marcha atrás
Voy hacia delante, que mas da
voy de polizón dentro de la nave de la paz
 Quiero ser semilla de virtud, pero no me alcanza la verdad
Puedo ser feliz, y me lo propuse alguna vez
No recuerdo cuando ni porque, pero me dijeron
Que la fe Mueve las montañas, mueve las montañas mi fe

Quiero sepultar toda la esperanza que hay en ti
Porque el desamparo, el abandono no me dan lo mismo
Aférrate aunque sea a una canción que alumbre los rincones
Donde no ha llegado todavía una luz, la claridad que buscas
Todo lo que soy, muere cada noche
Resucita cuando llega el día a mi ventana con una promesa
llenándome de fuerzas para continuar en la batalla
Para derrotar a la nostalgia, porque hay que mirar hacia delante




 

EL ARTE DE DESCANSAR: UN ARTE QUE TENEMOS QUE APRENDER

 

AS: En ese caso, no importa lo que uno haga, lo más importante es el reconocimiento y la aceptación de la tristeza en este caso, pero también de cualquier situación de molestia, de perturbación, de dolor. Esa aceptación es un estado de reconciliación, dejar de pelearse con ese estado. Tendemos a tapar: como no está permitido estar triste ni angustiado ni tener bronca,  Ese es el verdadero núcleo, el verdadero  descanso: aceptar lo que hay en uno. La manera de transformar esos sentimientos es reconocerlos y aceptarlos. Esto no significa que necesitemos para eso retirarnos a un monte. No. La vida continúa y ese proceso acompaña la vida. A todos nos pasan cosas: la vida es una continuidad de situaciones maravillosas y situaciones dolorosas ¿o vos no trabajas con situaciones de mucho dolor? ¿dejás de trabajar por eso? No. El tema es seguir la vida aceptando, sin tapar e integrando lo que hay dentro mío
    Cuando estamos tristes, ¿cuál es el movimiento vital? No estamos festivos, estamos retraídos. Las energías están absorbidas por ese conflicto, estamos con menos energías. Cada sentimiento tiene un estado, un lenguaje propio. Cuando uno está triste, está para adentro. Entonces, haga lo que haga, debe respetar ese estado de retraimiento y no querer avasallarlo o pasarlo por alto. Y eso lo tiene que hacer uno consigo mismo: si yo no aprendo a estar triste, esa cualidad no me la va a otorgar el otro.
    Otro ejemplo cotidiano: una mamá con chiquitos. Puede estar nerviosa e irritable por equis motivo. No tiene que tapar ese estado frente a sus hijos, porque igual le sale por todos los poros. Lo que tiene que aprender es a comunicarle a sus hijos simplemente que está así, tal vez no por ellos. De esta manera, esa mamá ya se siente liberada por un lado, y por otro le está enseñando a sus hijos que tiene derecho a estar así, que eso es normal y es parte de la vida.
    Así como aprendemos a convivir con cada realidad climática, también tenemos que aprender a convivir con los diversos estados anímicos. Hay días de sol, días nublados, hay noches oscuras, días tormentosos. La salud no es solamente el sol, la sonrisa perenne. Estamos llenos de sonrisas perennes ficticias que esconden mucha crueldad. La alegría verdadera no tiene motivos externos. El que uno esté contento porque recibió una cosa u otra, tiene que ver con satisfacciones.
    El que los ricos sean cada vez más ricos, no es una cuestión económica. El que vive para el dinero no tiene manera de tapar el agujero que tiene consigo mismo.
    De la misma manera la “riqueza” puede ser la “soberbia”. Uno pone la energía en el conocimiento. En el ámbito de la fe, eso puede traducirse en querer ser santo, y eso puede estar muy lleno de soberbia, y puede ser incluso la soberbia más peligrosa porque parece bendecida. Entonces uno lo que tiene que hacer no es “querer ser santo” sino aceptar con humildad la propia humanidad, hecha de vicisitudes.
Los verdaderos valores de la vida son estados. En realidad nosotros, como estamos tan impulsados y expulsados hacia fuera, vivimos en una búsqueda permanente de gratificaciones. Entonces aparece el descontento y buscamos más gratificación.

GL: A veces la impresión es que no podemos hacer tregua con la tristeza. Tenemos la impresión de que no nos va a dar la energía para el duelo. Cuando hay que sostener niños, trabajo, empresas, es lógico: mas vale me trago todo esto y busco de alguna manera compensarme con las cosas externas, porque si yo me derrumbo se caen otros conmigo ¿qué decís de esto?

AS:  Creo que la muerte, así como el nacimiento son los acontecimientos más absolutos de la existencia humana. Pero ambos, además de un hecho concreto, son metáforas de lo humano. Vivimos las vacaciones de la misma manera que vivimos cotidianamente. De la misma manera, la vida es lo que uno es, y está llena de pequeñas muertes y pequeñas resurrecciones. Entonces ¿qué es morir? Es saber perder.

    Hay una lógica implacable en la vida. Para acceder a lo nuevo hay que desprenderse de lo viejo. La vida es eso: para nacer de nuevo hay que saber morir. Y morir es saber perder. Insisto: tal como está instituida la educación en nuestra cultura, nadie quiere perder. Por eso no crecemos. Como dice el evangelio, el que pierde, gana. Por eso decía yo que estas son verdades antropológicas. Una cosa es crecer, evolucionar, desarrollarse, y otra distinta es acumular conocimientos. Es un devenir constante de perder para ganar. El dolor se perpetúa cuando nos aferramos a lo viejo: no queremos perder nada. Todos buscamos una vida nueva, pero nadie está dispuesto a cambiar, y para cambiar hay que morir, hay que desprenderse de lo viejo. Por eso digo que la muerte es una metáfora existencial perenne-
    Morir es perder, morir a uno,  morir a la imagen que uno se arma de los otros. El dolor es estancamiento. Cuando uno se perpetúa en un estado de dolor y melancolía, se aferra a lo viejo, por supuesto por miedo. Porque lo desconocido da miedo. Lo nuevo no es planificar “voy a hacer tal cosa”. Es dejarse sorprender por la vida

GL:  ¿De dónde nutrirse para soportar el embate de toda una sociedad que quiere mantener sus estandartes y sus banderas, su “statu quo”?  Acá hace falta discernimiento, plasticidad, flexibilidad y hasta cierta astucia. Los rótulos: “la perdedora”, “la triste”!, “la que va a contramano” son también difíciles de soportar.

AS: Esto es más de lo mismo, de cómo hemos sido educados. Es seguir pendientes de que la validación y la valoración vengan de afuera. Creo que aquí el gran tema es la falta de identidad: a mayor identidad, mayor comunión con el otro. Justamente esta educación socava las raíces de nuestra propia identidad, por eso estamos tan pendientes de los otros. La libertad no es una entelequia, no es una declaración de principios. La libertad implica ser libre de los condicionamientos, de uno mismo y del otro, y eso es un trabajo permanente de la vida. Cuanto más uno está atento y conectado con uno mismo, se convierte en un estado de vida y ese  trabajo se hace cada vez más liviano, más llevadero. Por eso yo voy a que la educación no es “o yo, o el otro”, porque así se convierte en una guerra. “ La guerra es la imposibilidad que convivan dos deseos diferentes” (Gutmann). El amor es inclusivo, no excluyente

Consulta de una oyente
– ¿Qué pasa con las personas que llevan mucho tiempo sumidas en la tristeza, y están como siempre retraídas dentro de sí?
AS: En general, eso tiene que ver con “tristezas no vividas”, y es una manera de no reconocer el dolor. Parece paradójico. Y no es cuestión de irse de vacaciones, sino de hacer un trabajo interior. Lo que sucede es que siempre es un juego de interacción, porque en general la sociedad es muy despiadada con la gente triste y depresiva. A veces se pagan costos muy altos no solo a nivel personal sino también a nivel social.  La sociedad rechaza a lo que no tiene integrado como persona. Si vivimos en una sociedad elitista, en la que siempre hay que estar para arriba, la tristeza es lo rechazado. El que expresa su tristeza es rechazado. Pero la integración es “dentro de uno mismo”. En la medida en que cada uno se integra con su propia verdad, más se integra a las verdades de los otros. No de todos, sino de aquellos que están en la misma búsqueda. Si yo integro mi tristeza, mi odio, mi codicia, todos esos sentimientos que a nadie le gusta reconocer pero que están y es parte de lo humano, solo así yo me uno a los demás. Entonces, el odio que veo en el otro no lo rechazo ni lo condeno: lo comprendo.     También es cierto, hay que aprender a estar con uno para elegir vínculos y lugares afines. A veces uno está en el lugar equivocado, porque ha hecho una falsa opción. Finalmente el amor es hacer elecciones afines.
Mensajes de los oyentes.
–    En la vida hay pérdidas, pero nada se pierde si antes no se lo tuvo. Hay que disfrutarlo cuando se lo tiene y no llorarlo cuando se lo pierde

GL: Como decía Ángela, no hemos sido formados para perder, solo somos formados para ganar. Yo escucho por ejemplo a las madres cuando buscan escuela para sus hijos: se las escucha decir que “hay que preparar a los hijos para ser ‘alguien’ en la vida, incluso se lo dicen a los hijos: “te estoy dando la posibilidad de que estudies para que seas alguien en la vida” . Esta es una expresión muy tramposa, porque…hasta que el chico se reciba ¿qué es? ¿no es nadie?. EL ES YA ALGUIEN. En todo caso, el estudio o la formación, desarrollan, potencian, enriquecen –cuando no todo lo contrario-. El ser alguien es un don de Dios concedido desde la misma concepción. Así como no nos forman para perder, no nos forman para la noche, nos forman solo para la luz, nos forman  para el brillo y no para la opacidad. Es una cuestión de intolerancia. Porque ¿qué es la muerte? ¿qué son las muertes?: Es y son algo que se va, para que aparezca otra cosa, es algo que se suelta para que en su lugar emerja alguien. Y a veces los períodos de dolor se prolongan justamente porque nos resistimos a soltar, porque hemos tenido muy malas experiencias de las carencias: carencias en soledad, sin amor, sin consuelo…nos han dejado experiencias muy trágicas de lo que falta, de lo que se muere, de lo que se va, de lo que se pierde. Al reproducir en la vida esta misma experiencia de pérdidas o de muerte, o  de muertes, revivimos esa tragedia como una pérdida. Pero la fe viene en nuestro auxilio, y nos dice: si algo se va, es como el invierno cuando a los árboles “se le van” las hojas, cuando aparentemente todo está seco y muerto…el paisaje es aterrador. Sin embargo, la sabia se concentra en la raíz y potencia la energía para la próxima primavera. Es ley de vida. La noche es más oscura justo antes del amanecer. Es ley de vida.
El 24 de diciembre era en Europa la fiesta del “sol invicto”, el que vence la noche más larga del año.
Hay todo un ciclo que nos dice que las pérdidas, las muertes, son necesarias para que nazcan cosas nuevas: “…hay que sacarlo todo afuera como la primavera, para que adentro nazcan cosas nuevas…”. Las pérdidas, los problemas, muchas veces son como partos para sacar afuera una vida nueva que pugna por salir.
Creo que todo esto tiene mucho que ver con el descanso. Lo que sí, me da la impresión de que nos ha faltado desarrollar el aporte que nos hace lo exterior, porque lo exterior, cuando no está visto como una fuga, como un escapismo, como un decorado que se arma para tapar las voces interiores, realmente es un don: que un hombre coma y beba y goce de su bienestar con su esfuerzo, es un don de Dios .
    El Eclesiastés, como todos los libros sapienciales, nos invitan a disfrutar de los placeres de la vida, porque cuando uno no se ama o no se acepta a sí mismo, difícilmente podrá aceptar con generosidad a los demás. Eclesiástico 14, 5-7 “¿quién amará al que no se ama?”. Cuando somos capaces de gozar de los pequeños placeres legítimos de la vida, podemos decir que realmente estamos cumpliendo con la voluntad de Dios, porque para Dios LA VIDA ES UN GOZO.  Entonces, no hay que escaparse del dolor, pero tampoco hay que escaparse del gozo. Y los gozos, y los placeres, están siempre rodeándonos. Cuando decimos “hay ángeles volando a nuestro alrededor,”, son espíritus que nos invitan al gozo y al placer de la vida. Cuando gozamos damos gloria a Dios, porque Él mismo es el autor del placer. Por eso es bueno planificar vacaciones en entornos que nos inviten a ponernos en armonía con ese destino universal de la creación que es el placer, el gozo. Buscar estar en armonía es buscar un lugar donde realmente podamos disfrutar de la vida sencillamente: de nuestro cuerpo que a veces arrastra las inquietudes de nuestros aceleres, de nuestras tensiones,  el cuerpo que suele ser olvidado y expuesto a intensas presiones, y nos privamos de todos los placeres que brotan de nuestro propio cuerpo. Y estos placeres no siempre son costosos, no se pagan en dólares, pero cuando no los tenemos… cómo los extrañamos. Lo que daríamos por ver cuando ya no vemos, lo que daríamos por caminar cuando ya no lo podemos hacer, lo que daríamos por disfrutar de la brisa, el viento, el aire, el sol,  cuando ya no nos es posible. Y tantas cosas más, pequeñas , sutiles… “Yo amo los mundos sutiles” dice Machado: un poeta que supo descubrir los placeres de la vida.

Inés Ramacioti.: …ojo con los amores de verano. No es que no haya que tenerlos, pero hay que ser muy cuidadoso. Es muy grande la soledad después, y es puerta a las depresiones

AS: Como cierre del tema yo resumiría lo que compartimos diciendo que EL DESCANSO ES UN ESTADO DEL SER Y VA DE LA MANO DE LA PROFUNDA ACEPTACIÓN DE LO QUE UNO ES, NO DE LO QUE QUISIERA SER .  VA DE LA MANO DE LA VERDADERA LIBERTAD, PORQUE  TAMPOCO ES CORRER DETRÁS DE LO QUE LOS DEMÁS ESPERAN DE UNO. LAS VACACIONES PUEDEN SER UN GOZO, UN MOMENTO CREATIVO: ES UNA EXPLORACIÓN DE LO NUEVO PERO SIN IRSE DEL ESTADO DE DESCANSO
 
GL: Hablaste mucho de “conexión con uno mismo”. Pregunto: ¿qué hay en uno mismo que nos daría la capacidad de descansar, de tener serenidad, de ser felices, de estar en estado de plenitud? ¿qué tenemos dentro,  con qué de lo que tenemos dentro de nosotros nos tenemos que conectarnos para lograr la paz?

AS: La conexión  es no escapar de lo que uno es, sino reconocerse tal como uno es. Todos tenemos cosas profundamente perturbadoras y también tenemos cosas maravillosas. Conectarse no es mirarse el ombligo sino estar en una agudísima y atenta percepción de lo que uno es. Cuanto más uno se ve, más puede ver a los otros.

GL: me despido de vos con una cita de Harrison: “Una leve sonrisa, expresaba todo. Era bueno estar vivo y sentir latir el propio corazón, probar esa alegría serena y profunda. Si, los hombres hemos aprendido muchas cosas, pero muchos no conocemos el sabor de la vida misma. No se detienen para prestar atención a la sangre que corre por sus venas. Gustan de una comida, pero no disfrutan la vida misma dentro de sí.”

Del libro “Elogio de la lentitud” de Mujica
    La vida, como toda obra de arte, necesita que uno se detenga frente a ella. Necesita ser  contemplada, escuchada. También ella quiere decirse, contarse, pero a su ritmo: al ritmo de la lentitud con la que crece todo lo que creciendo también madura. En la medida en que nos detenemos, la vida, las cosas, entregan sus matices, los detalles de lo que todo –grade o pequeño- está hecho, los detalles que hacen diferente un rostro del otro, una vida de otra vida, lo que hace que nada sea igual, lo que hace que todo sea diferente, que nada sea indiferente.
    De-morarse en la vida, para morar cada paso, estar allí, viviéndolo. Esto no implica inmovilidad. Implica vivir en lo que uno está, CAMINAR SOBRE LA VIDA Y NO SOLO CORRER TRAS LA HISTORIA




 

“Vengan a mi los que están cansados y agobiados, porque en m i encontrarán alivio…

 

VIVO EN MEDIO DE LA PRISA, Y TU ME DICES: VENID A MI

LOS QUE ESTAIS CANSADOS Y AGOBIADOS

PORQUE EN MI ENCONTRAREIS ALIVIO

 

DIOS TU ERES MI DESCANSO, MI UNICO Y AUTENTICO DESCANSO

QUIERO APRENDER A DESCANSAR EN TI

DIOS TU ERES MI DESCANSO, MI UNICO REFUGIO, MI UNICA SALVACION

AUNQUE QUIERAN DERRIBARME

AUNQUE POR FUERA ME HALAGUEN Y POR DENTRO ME CRITIQUEN

TU ERES MI FORTALEZA. CONTIGO NO VACILARE NO CAERE

PORQUE TU ERES MI REFUGIO, SOLO TU MI SEGURIDAD

 

DESCANSA ALMA MIA, DESCANSA

SOLO EN DIOS DESCANSAS DE TU PRISA

 

YO CONFIO, SIEMPRE EN TI. CONTIGO DESAHOGO MI CORAZON

SOLO EN TI DESCANSA MI MENTE. SOLO DE TI VIENE MI SALVACION

 

AUNQUE CREZCAN MUCHO MIS RIQUEZAS, NO LES DARE MI CORAZON

PORQUE SOLO TU ERES MI DIOS, SOLO TU MI SEGURIDAD

 

DIOS TU ERES MI DESCANSO

MI UNICO DESCANSO

 

Hermana Glenda