Arquetipos: El Amante

viernes, 19 de noviembre de 2010
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Decir te quiero decir amor no significa nada
las palabras sinceras las que tienen valor son las que salen del alma
y en mi alma nacen, solo palabras blancas
preguntas sin respuestas llenas de esperanzas..
un amor como el mío no se puede ahogar como una piedra en un río
un amor como el mío no se puede acabar ni estando lejos te olvido,
y no se puede quemar porque esta hecho de fuego,

ni perder ni ganar porque este amor no es un juego.
sueños que son amor…son sueños que son dolor.
yo necesito saber si quieres ser mi amante..
Es bonito reír amar y vivir todo por alguien
y si es preciso sufrir llorar o morir todo por alguien.
yo necesito saber si quieres ser mi amante
Vivir o morir vivir o morir…pero contigo..
vivir o morir vivir o morir si quieres ser mi amante…..

 

                Habitual y vulgarmente se habla de amante como “un tercero en discordia”. Hoy no vamos a hablar en esta línea, sino en la del Cantar de los Cantares: seres que hacen del amor a un ser humano o al amor de una causa un modo de transitar su camino por la vida.

            Jung habla del proceso de maduración de la vida como un viaje heroico. Una definición hermosa para estos tiempos que corren donde vivir se ha hecho complicado, complejo, fundamentalmente por la cantidad de evasivas con las que contamos para no desafiar los obstáculos de la vida, con la cantidad de tentaciones y de seducciones con que nos acosa esta cultura, para no encarar por el camino de la madurez, de la entrega, del desarrollo, de la verdad, de la libertad. ¡Tenemos tantos atajos que nos desvían del camino! ¡Tantas ‘sillas’ que nos invitan a sentarnos cada vez que la vida nos impulsa a una nueva aventura, a una nueva conquista, a un desafío, que la verdad que esta definición de la vida como ‘el camino del héroe’ es muy bonita para estos tiempos sin épicas, sin ideales, sin utopías, sin valores, en los que rápidamente perdemos el rumbo y el sentido de la vida, y sobre todo se nos borronea nuestra misión si es que tenemos la aventura de encontrarla.

            La Organización Mundial de la Salud ha dicho que dentro de 10 años, la depresión va a ser la segunda causa de incapacidad en el mundo. Y la depresión es un mal del alma. No solo tiene que ver con un problema psicológico, sino que tiene su origen también en la pérdida del sentido de la vida, del rumbo de la esperanza, de las ilusiones.

            Los seres humanos van pasando a través de roles, van encarnando distintos personajes, modos de ser ante la vida, van tomando distintas piezas en el juego del ajedrez en el que avanzar en esta batalla por vivir.

            Hay muchas tipologías que vienen sucediéndose en la historia del pensamiento humano, desde aquella famosa: flemático, colérico, sanguíneo, etc, hasta las tipologías del eneagrama. Distintas formas de describir los distintos modos que predominan en la personalidad de cada uno. Jung ha tomado el tema de los arquetipos. Hoy se ha redescubierto esta literatura de los arquetipos como modos de encarnar la vida.

               

            Jung dice que todos partimos de un estado de inocencia no solo correspondiente a nuestra infancia, sino un estado de ingenuidad, de inocencia, de niño eterno, que puede ser como Peter Pan un ser humano que se niega a crecer y permanece niño ya sea porque las circunstancias lo ayudan, lo favorecen, ya sea porque se niega a abrirse más allá de su estado paradisíaco. Ese estado de ingenuidad, de dicha, de gozo pero también de des-compromiso ya no cabe a veces para la madurez. Y la cultura actual propende un poco a eso: nos promete una y otra vez paraísos efímeros, y vamos todos corriendo a la búsqueda de esos paraísos, que generalmente están ligados a propuestas de consumo. Y cada vez más la industria cultural aporta elementos para que podamos construir esos paraísos, y cuando estos se agotan nos ofrecen otros, y así sucesivamente, y nos desvivimos por comprar esos paraísos. Y así nos apartan de la magnitud de los problemas y de la dureza con que a veces la vida nos trata y nosotros tenemos que tratarle a ella.

            Este estado de inocente permanente, por algún motivo, en algún momento decae: por una desilusión, por una carencia, etc, salimos de esos paraísos ficticios y somos expulsados a veces violentamente, otras mas suavemente, y entramos en lo que Jung define como el estadío del huérfano: el que padece continuamente una carencia, vivencia una profunda injusticia respecto de la vida, como si algo o alguien le hubieran privado de su derecho a la felicidad, algo o alguien le hubieran arrebatado la dicha y algo o alguien va a tener que venir a devolvérmela. Un estado de profunda pasividad frente a la vida, de sufrimiento, de carencia –que se puede manifestar como angustia, como ansiedad, como depresión, como tristeza- pero que se caracteriza fundamentalmente por el estado de pasividad, la sensación de impotencia y de injusticia. La sensación de que ‘alguien me rompió la fuente y me la van a tener que venir a reparar’. Pasa el tiempo, a veces la vida, y ese alguien no va a llegar. Porque se sale de ese estado asumiendo una tarea heroica, que tiene algunos perfiles: algunos ‘guerreros’, otros ‘bienhechores’ (se dedican a ayudar a los demás, a cauterizar las heridas de los demás, a entregarse a los demás), y otra forma es ‘el amante’: el que abraza un amor, lo sale a buscar, el que abraza una ilusión y la sale a buscar, el que abraza un vínculo y pasa todos los obstáculos no peleando sino amando.

 
HÉROE Il Divo
Como un libro que no sabes el final, y te asusta lo que lees así la vida es.
Cuando naces ya te expones al dolor y de a poco y con valor logras crecer.
Como a un libro el corazón nos enseña que hay temor
que hay fracasos y maldad, que hay batallas que ganar
y cada pagina el amor nos convierte en luchador
si descubres lo común no hay un héroe como tu .
 
Son muy pocos los que se arriesgan por amor, pero tu tienes la fe eso lo es todo .
No te caigas que vivir es aprender, que hoy no hay nada que temer si crees en ti .
 
Solo Dios sabe donde y cuando la vida nos dirá: lo has hecho bien
Solo, como un sueño, solo, sabrás como vencer...
 
            En este tipo de arquetipo, nuestro héroe, el amante: cualquier ser humano que encara la vida como un desafío, se arriesga a una entrega sin medida. Se deja seducir por la pasión. Ha buscado y ha encontrado una persona, una causa, una actividad, y no ha podido sustraerse al torbellino de pasión con que esa causa, esa persona, esa actividad, le ha succionado. De ese buscador que salía por momentos temeroso a buscar respuesta, a recorrer caminos inciertos y desconocidos, se transformó en alguien que encontró lo que siente que es para siempre. Y lo más probable es que no sea así. Pero el aprendizaje más profundo, conmocionante que le deja a su vida, ese aprendizaje de salirse de su yo como centro, de conectarse con algo que está más allá de sí, a una experiencia de plenitud y de vida, es un aprendizaje necesario para todos nosotros en algún momento del camino. No se puede crecer si en algún momento no nos hemos enamorado y hemos entregado todo, sin reservas, por alguna causa, por alguna persona, por alguna actividad.

            Este es, en sentido filosófico, el camino del ‘eros’, y aunque pueda ser una experiencia más fugaz o más duradera, lo que la caracteriza es que es una lección de vida. Es la entrega absoluta. Porque amar es conectarse con algo que es ‘otro’, y creer en él, y depositar fe en eso que es objeto de amor. Pero va a depender de la fortaleza de ese héroe, de ese yo, para que se transforme en una experiencia que enriquezca o en en una experiencia que nos devuelva a un estado de orfandad que se niega a rescatar la capacidad de amar para aferrarse a lo que nos ha hecho como experiencia el júbilo.

            Es importante recordar que el amor ensancha nuestro pecho y nuestro ego, nos contacta siempre profundamente con la vida. Y en ese sentido podríamos decir ‘¡pobre de aquel que nunca ha estado enamorado!

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ESTE AMOR QUE TU ME HAS DADO, AMOR QUE NO ESPERABA ES AQUEL QUE YO SOÑE,
VA CRECIENDO COMO EL FUEGO. LA VERDAD ES Q A TU LADO ES HERMOSO DAR AMOR,
Y ES QUE TU,  AMADA AMANTE, DAS LA VIDA EN UN INSTANTE, SIN PEDIR NINGUN FAVOR.
ESTE AMOR SIEMPRE SINCERO SIN SABER LO Q ES EL MIEDO NO PARECE SER REAL
QUE ME IMPORTA HABER SUFRIDO SI YA TENGO LO MAS BELLO Q ME DA FELICIDAD,
EN UN MUNDO TAN INGRATO, SOLO TÚ,  AMADA AMANTE, LO DAS TODO POR AMOR.
AMADA AMANTE, AMADA AMANTE, AMADA AMANTE………..

            La vivencia del amante es vivir el amor como un don, es decir, al amante lo sorprende el objeto que ama, la causa que ama. Lo arrebata y lo puede y se deja llevar. No importa si es un don sagrado o no. Lo que realmente acepta el amante es renunciar al control de sí mismo para abrirse y recibir ese don. Y también aceptar cuando se va.

            Como todos los arquetipos, el del amante tiene un aspecto brillante y un aspecto sombrío. Tiene sus posibilidades y también sus riesgos. Tiene su don pero también tiene el desafío de estar a la altura de ese don. A veces ese don adquiere formas, ritmos que caracterizan la posesividad como sombra de ese don.

            El que adquiere ese don (el que es ‘herido por la flecha de Cupido’), adquiere no obstante en su debilidad –que es esa vulnerabilidad de perder el control, de sentir que voy mas allá de la conveniencia, más allá de mis intereses, de mis cálculos, de mis especulaciones- la expansión. El amante vive esa expansión cuando se deja alcanzar por el don del amor. ¿Cuál es el riesgo? Que ese poder que experimenta, si su yo –su identidad- es muy débil, lo convierta en posesividad, que se aferre a su objeto amoroso como fuente de poder. En cambio, si reconoce que ese don, que ese poder que emana desde adentro, al cual él se entrega, tiene una presencia que va más allá de él mismo, que es un amor ‘regalado’ de alguna manera, va a aceptar cuando éste esté o cuando no esté, y no pretenderá avasallar ni poseer. Puede soltar.

Amar implica conectarse con ese don y comprometerse, y depositar fe en eso que se ama. Pero siempre en las experiencias del amante hay experiencias de orfandad, de privación, en las que experimentamos que ese don se nos va de las manos, que ese júbilo se nos escurre, que ese tesoro se nos va. Y ahí es donde el amante vuelve a ensanchar esa llama del amor y vuelve a conectarse una y otra vez con su posibilidad de amar. Y así como acepta cuando viene, acepta cuando se va

            Cuando un proyecto nos apasiona, y ponemos el máximo esfuerzo y creatividad al servicio de esa elección amorosa, y con el tiempo tal vez la vida nos pone nuevamente en una situación de perdida, de falta de energía, la llama y la memoria del amor dejó un fruto maduro, y esa fuerza y esa energía buscará otro puerto en forma a lo mejor de un proyecto más realista. Se hará un aprendizaje, una experiencia y se abrirá nuevamente hacia nuevas perspectivas, nuevos horizonte, nuevos caminos.

Pero si no se ha madurado en la experiencia el aspecto sombrío del amante, la terquedad y la posesividad, no permitirá que la vida siga su curso y que vaya enseñándonos nuevos desafíos.

La experiencia amorosa puede adquirir incluso aspecto de éxtasis: “estado anormal de excitación sensorial durante el cual la mente está dirigida por una idea, por un objeto, por una emoción y una sensación de elevación y de goce pleno que aumenta el bienestar y la alegría es excesiva” según el diccionario de la Real Academia Española. Nosotros conocemos muchos santos enamorados de Dios que han tenido esta experiencia de éxtasis. Y sabemos que muchos de ellos, después de esta experiencia, han ingresado en lo que San Juan de la Cruz llama muy bien ‘la noche oscura de la fe’. Es decir: ese objeto amoroso, esa experiencia amorosa, se desvanece, se va. Esa luminosidad se apaga, y se entra en un desierto, en una aridez, en una oscuridad muy grande, y esa energía nos abandona. Esa es la hora en que el amante madura. Es la hora en que queda en su corazón la memoria y la llama del recuerdo, pero sabe soltar lo que hasta ayer le parecía propio.

 

PASION Sarah Brightman

Sueñas con un amor Puro, sin condición
Fuerte, eterno como el sol con el que se dibuja una pasión…
Sueñas con un amor limpio, con devoción
Libre, sacar las alas del corazón volar a dónde anida la pasión…

La pasión, es como un viento inquieto que se convertida en libertad
Es saber que hay alguien más que vive deseando poderte encontrar
Es viajar sin miedo entre las estrellas y la inmensidad
Es atravesar el fuego, caminar sobre las aguas, convertir un sueño en realidad…

La pasión es ésa fuerza inmensa que mueve a toda la creación
Es saber que alguien te está esperando más allá donde se oculta el sol
Es borrar por siempre de ti la palabra soledad son dos almas que se unen llegando así a la eternidad…
Nunca te faltará alguien en quien confiar
Un ángel que de la mano te llevará a descubrir un mundo de pasión…

Es borrar por siempre de ti la palabra soledad , de tus labios escuchar el verbo amar…
Vives con un amor fuerte y sin condición , libre y ponerle alas al corazón
Libre y ponerle alas al corazón volar adonde anida la pasión…

 

Teniendo en cuenta todas las características de este amante, inmediatamente pensamos en Juan Ramón Nuñez. El, al poco tiempo de nacer, cuando tenía pocos meses de vida, su papá había fallecido, su mamá no podía criarlo por falta de medios económicos, y lo dejó en manos de una familia. El y sus cuatro hermanastros comenzaron a trabajar la tierra y no abandonaron la escuela. En sus ratos libres, trepado en la higuera del patio de su casa, oía la impotente e inconfundible voz de José María Muñoz que relataba los goles de la selección, y quería ser como ese hombre: contar desde una cabina los avatares del deporte más lindo del mundo. Apenas terminó el secundario, se anotó en la carrera de periodismo deportivo y empezó a trabajar en una radio de Misiones. Al poco tiempo comentaba los partidos de la Liga Mesopotámica. En ese proyecto que él amó tanto tuvo que vivir una cantidad de golpes. El amor le llegó a los 20 años. Ella, Nidia López, con la que tuvo dos hijos, murió de un infarto a los tres años de casados. Le costó mucho recuperarse de ese golpe. Poco a poco volvió a su oficio y lo ejerció durante 11 años. Le parecía que era para siempre. Además, conoció a Carmen. Ella tenía tres hijos. Se unieron y llegaron dos hijos más. Y Juan conducía el programa, y Carmen vendía la publicidad. Tenían un equipito mínimo, perfecto, así que en algún momento comenzaron a soñar con comprar una vieja emisora. Ahorraron cada centavo durante años con tal de lograrlo. Sin embargo sufrieron otro duro golpe: apenas dos días antes de concretar la compra entraron ladrones en su casa y les robaron el dinero que habían ahorrado. Quizá a consecuencia de esto, tuvo un fallo al corazón. Cuando lo dieron de alta, con sus 29 años pesaba 32 kilos. Era un cadáver. Estaba terminado. Pero Juan, el invencible, el amante, con poco dinero en el bolsillo y una valija para toda la familia, se largó con su mujer e hijos a la gran ciudad de Buenos aires. A la jungla. Cayeron a la casa de un amigo donde casi no cabían. Contra viento y marea, Juan consiguió trabajo: agente de seguridad, por un sueldo miserable. Algo después, logró tener una pieza chiquita en ‘ciudad oculta’ (Mataderos). Pero no duró mucho: hirieron a su compañero, y cambió de oficio. Y abrazó el más duro: el de cartonero. Pidió prestado un carro a su vecino, y se unió a la fantasmal legión que hurga en la basura día y noche. El periodismo y la radio, esa radio propia, se desvanecían en el smoh de la ciudad. Sin embargo Juan, el amante, al tiempo compró una casa alguito más grande que la pieza y armó un ‘merendero’ para los chicos de la villa, y confió en la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa: una estatuilla rota que encontró en un contenedor, y que sintió que era una promesa de la Virgen para él. “Acá, en el lugar que los chicos toman la leche, vamos a fundar nuestra radio” le dijo a Carmen. Para eso hacía cuatro viajes por día como cartonero. Caminaba 640 cuadras por día. Pero dice que toda su familia le ayudó. A la mañana los chicos iban a la escuela, y a la tarde, con su mujer, clasificaban todos el cartón. Fueron tres años de ahorrar peso sobre peso hasta que pudo comprar los primeros equipos. El primer día de setiembre, en Piedrabuena y Eva Perón salió al aire en el 100.9 del dial: la FM Milagrosa en honor a la Virgen que encontró en un contenedor y restauró él con sus manos.

Hace mas o menos un año, viajó a Londres donde recibió un premio, y donó el dinero a dos comedores.

Juan, Este amante, ha entregado toda su vida a una causa y ha demostrado que el amor es más fuerte

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