Beato Pier Giorgio Frassati: un santo joven y para los jóvenes
En una nueva emisión del ciclo “Historias de Santidad”, conocimos la vida del Siervo de beato Pier Giorgio Frassati (1901-1925), un joven laico italiano que, en sus cortos 24 años, vivió las bienaventuranzas del Evangelio, gastó su vida totalmente para Dios y los más pobres, enamorado de la Virgen y de la Eucaristía.
03/12/2024 – Con la presencia de la doctora Silvia Correale (postuladora de su causa en el Vaticano); Agustín Merlo (vicepresidente 2º de Acción Católica Argentina) y el testimonio de Emanuela Gitto (vicepresidente nacional del sector juventud de la Acción Católica Italiana), conocimos los detalles de la vida del beato que será canonizado durante el Jubileo de la Juventud, en 2025, en Roma.
En el comienzo, Silvia Correale realizó una semblanza para presentar, a modo de resumen, la biografía del joven Pier Giorgio, quien nació en abril de 1901 en Turín, Italia, en el seno de una rica familia burguesa.
Estudió en el Instituto Social de los Padres Jesuitas y luego se inscribió en Ingeniería Mecánica con especialidad minera para estar cerca de los mineros, considerados entonces los más explotados. En ese período, siendo estudiante en la facultad, entra en un grupo de la Federación Universitaria de Católicos Italianos, perteneciente a la Acción Católica.
Su fe se fundaba en la recepción de los sacramentos, la confesión, la Eucaristía, la participación a la misa, la lectura de la Palabra de Dios y de todo el camino formativo de la Acción Católica, con una marcada nota en la caridad con los pobres. Se conoce que, en la semana, asistía a los barrios más carenciados de la ciudad de Turín para ayudar a los pobres. Se destacaba, además, por su gran carisma, alegría, el valor de la amistad y el interés por la literatura y el deporte, especialmente el alpinismo.
Cuando le faltaban dos exámenes para terminar la carrera de ingeniería, un 4 de julio de 1925, fallece a sus 24 años de edad de una poliomielitis fulminante, posiblemente contraída en las visitas a los barrios carenciados de la periferia de la ciudad. La sorpresa para sus padres fue que miles de personas asistieron a su funeral: la mayoría de ellas eran las personas pobres de Turín a las que había ayudado materialmente con su actividad social y a las que había evangelizado con el ejemplo de su vida.
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