Bullyng

martes, 27 de abril de 2010
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RESILIENCIA PARA LA VIDA BUENA
Lic. Adelia María Setto
BULLYNG  (matonaje – patoterismo entre pares)

Bullying es una palabra de origen holandés que significa "acoso". Fue acuñada por primera vez en por Dan Olwes en Suecia alrededor de los años 70 para referirse a la violencia escolar entre pares niños.
El acoso escolar, también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, algunos autores  refieren el origen de  por su término, a la palabra bully, que en inglés  es toro.
Lo cierto es que bullyng alude al patoterismo entre pares niños o adolescentes, bajo cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico, producido entre escolares.
En mi opinión, antes que nada habría que poder ver que el "matón", sobre todo si es un niño, es una persona débil, generalmente con una autoestima muy baja pero encubierta, bien por su fuerza física o bien por una condición de superioridad aparente que nada tiene que ver con su realidad interior, de sufrimiento.
Por eso, en Resiliencia se hace mucho hincapié en los SUFRIMIENTOS INTANGIBLES DE LA INFANCIA, esos que si los adultos no aprendemos a percibir, harán que la violencia siga en aumento. También, si de bullying se trata, tanto víctima como victimario, son víctimas; la diferencia está en que el daño cae sobre el más frágil, ya sea por edad, tamaño, condición económica o desventaja en su imagen.
Este fenómeno ha ido en aumento con respecto del pasado ya que hay múltiples factores sociales que lo legitiman, Ej.: la violencia televisiva, la lucha por un poder ilusorio de los adultos, basada en la búsqueda de resultados estéticos y económicos a cualquier costa, el maltrato cotidiano que se advierte desde instituciones y negocios -. Los niños viven permanentemente esta realidad y terminan por naturalizarla.
La burla es la manifestación primera del bullyn, y las causas de ésta son infinitas, y algunas muy sugestivas. La envidia infantil por no poder tener algo de un compañero, a veces lleva a subestimarlo al punto de convertir sus atributos en defecto, tal es el caso de un buen alumno. Desde ese hecho hasta las diferencias físicas, todo puede suceder.
Los adultos tenemos la responsabilidad de regular eso, permitiéndonos mirar en profundidad los hechos cotidianos de violencia, no subestimándolos por considerarlos inofensivos; también regular nuestras propias conductas que son las que guían a los más pequeños.
En los chicos frágiles de clase media-alta, el bullyng se manifiesta, por ejemplo, cuando sus compañeros suelen invadirle la casa, comiendo todo lo que encuentran en la heladeras, utilizando sus juegos y computadora, para lo cual, el dueño de casa suele quedar al margen de los juegos y hasta maltratado; también suelen pedirle dinero u objetos de valor a cambio de algún tipo de participación.
En niños pobres y frágiles, lo más frecuente es la burla, el robo de su comida, las zapatillas y hasta la violencia física.
En ambos extremos, hay chicos que hacen todo para ser queridos, hasta que un día algunos explotan de las más variadas maneras.
En los últimos años, la sociedad avanzó implementando dispositivos de ayuda para las personas más desaventajadas como discapacidades físicas importantes, multimpedidos, etc., pero se sigue descuidando muchísimo a la persona que tiene alguna fragilidad con inteligencia normal, ellos son los que asisten a la esuela en situación de vulnerabilidad y suelen estar incluidos “sin ser incluidos”.
¿Porque digo esto? porque tanto padres como docentes suelen no poder reparar en el dolor de esos chicos con alguna fragilidad que no dan trabajo; me refiero al chico que no puede correr fuerte, al adoptado, al que pasó por cirugías, al que tiene alguna diferencia ósea, alguna particularidad. ¿Porque no se repara en estos chicos? porque por lo general no molestan, muy por el contrario, suelen hacer mérito para que los quieran, pero atención: el chico levemente diferente sufre muchísimo y calla….calla….calla, hasta que estalla.
“Quien puede suponer que el flaco orejudo, el petiso gordito o el tímido van a desarrollar alguna dificultad social por tan poco”. El tema es que a veces lo poco es mucho y lo mucho suele no ser tanto; eso depende de la contención y  del trato que reciba cada niño.
La psicología humanista cuyos precursores fueron Abraham Maslow y Carl Rogers hace hincapié en detectar el potencial humano como factor de realización humana. Este enfoque se puede trasladar perfectamente a la pedagogía y al trato familiar con los niños, implicando que padres y educadores estén atentos a la singularidad de cada niño, para observar qué tendencias esenciales (gustos, vocaciones etc.) tienden a manifestarse en él.
Procurarle la manifestación de estas potencialidades, no obstaculizando esas tendencias, sino ayudarlo a que las desarrolle, es la base de un genuino bienestar que los aleja de la violencia.