02/05/2025 – En la misa celebrada el 1 de mayo en la Basílica de San Pedro, en el marco de las novendiales por el eterno descanso del Papa Francisco, el Cardenal Víctor Manuel Fernández se refirió al Papa Francisco, destacando su incansable dedicación como líder espiritual y como trabajador.
El Cardenal recordó cómo el Papa Francisco vivió su vocación con pasión. «Nunca solía tomarse un día de descanso», señaló Fernández, quien destacó que, a pesar de sus múltiples responsabilidades y enfermedades, el Papa jamás dejó de trabajar por el bienestar de los demás. «Su vida es un estímulo para vivir nuestro trabajo con generosidad», afirmó. Francisco transformó su trabajo diario en una expresión de su amor por Dios y la humanidad, siendo un ejemplo de sacrificio constante por la misión de la Iglesia, incluso en situaciones de gran agotamiento.
Una de las reflexiones más fuertes del Cardenal fue sobre la defensa del Papa Francisco por la dignidad del trabajo. Recordó cómo Francisco subrayó que «no hay peor pobreza que la que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo.» Para el Papa, el trabajo es un «camino de maduración humana y cristiana», que permite a las personas sentirse útiles a la sociedad. También destacó que Francisco fue crítico de la falsa meritocracia, resaltando que la verdadera dignidad no depende del éxito económico o social, sino del esfuerzo y la contribución a la comunidad.
El Cardenal Fernández resaltó que el Papa Francisco entendió su trabajo como una «expresión de su preocupación por el bien de los demás.» Para él, su trabajo no solo fue un deber, sino una vocación profundamente cristiana. «Ninguno de nosotros vive para sí mismo», reflexionó Fernández, señalando que la dedicación del Papa fue la fuente de su alegría y descanso.
“Su trabajo cotidiano era su respuesta al amor de Dios, era la expresión de su preocupación por el bien de los demás”, comentó el cardenal Fernández.
Para concluir, el Cardenal evocó la figura de San José, así recordó que el Papa Francisco, en momentos difíciles, colocaba una súplica bajo la imagen del santo. «Pidámosle a San José que le dé a nuestro querido Papa Francisco un fuerte abrazo en el cielo», finalizó, destacando la devoción del Papa Francisco.