EN VIVO
DONAR
EMISORAS
domingo, 2 febrero 2025
Inicio
Institucional
Quienes Somos
Donación
Donde Escucharnos
Dónde ver Radio Maria TV
Novedades
Voluntariado
Difusión
Contacto
Balance Social
Res. 173/10
Podcast
Grilla de Programación
Escuchar en Vivo
Catequesis
Un punto de vista
Sólo por hoy
Estamos en red
Acortando distancias
Bienaventurados
Senderos de mi tierra
Papa Francisco
Papa Francisco
Angelus
Noticias
Homilías
Audiencia General
RM Mundial
Mariathon
Familia de Radio María
Europa
África
América
Asia y Oceanía
RM Joven
Radio María Joven en vivo
JMJ 2019
Evangelio del día
Testimonios
Institucional
Quienes Somos
Donación
Donde Escucharnos
Dónde ver Radio Maria TV
Novedades
Voluntariado
Difusión
Contacto
Balance Social
Res. 173/10
Podcast
Grilla de Programación
Escuchar en Vivo
Catequesis
Un punto de vista
Sólo por hoy
Estamos en red
Acortando distancias
Bienaventurados
Senderos de mi tierra
Papa Francisco
Papa Francisco
Angelus
Noticias
Homilías
Audiencia General
RM Mundial
Mariathon
Familia de Radio María
Europa
África
América
Asia y Oceanía
RM Joven
Radio María Joven en vivo
JMJ 2019
Evangelio del día
Testimonios
Entre Nosotros
Carta a la Madre
jueves, 18 de octubre de 2007
Éramos tres, Señor, en la mañana del domingo. Ya estamos Tú y yo solos.
Lloro contigo, sí; Señor, no digas que no compartes mi dolor.
Amo, llorando contigo que lloraste ante la tumba de Lázaro, tu amigo, y lo resucitaste.
Lloro contigo que dijiste: “Honra a tus padres”. Y hoy su honor y el mío
Señor, es esta lágrima que es tuya porque Tú la provocas y la asumes.
Si Tú lo quieres, dame la mano. Soy un niño ahora.
No sé lo que es la muerte. …
Mira a mi madre. Una pared horrible has levantado entre los dos. Derríbala,
porque Tú nos amabas, nos amábamos en este paraíso de dolores. “Se estaba bien aquí”.
Desde aquí lloro en nombre del amor, el que Tú creas, en el que te recreas sucediéndonos…
Bébeme en esta lágrima, Dios mío, Dios suyo, Dios de ella, a quien escribo
esta carta de amor, que ya no puede leer, que no podrá leer, porque está ciega y no me oye…
Dile que estoy aquí Y dile que no tema por mi muerte, aquella de aquel niño, en aquel
pueblo, en aquella ciudad, aquel invierno, aquella noche incierta, inacabable,
Y dile con palabras que Tú sabes: “He aquí a tu hijo”.
Porque yo he sido amado como nadie, en la pérdida de ese amor, también se puede descansar y morir.
Participa
Radio María