08/07/2022 – Ayer se celebró el Día Internacional de la Conservación del Suelo, que también se celebra cada 7 de julio en Argentina, desde el año 1963. Se eligió este día en particular, en homenaje al científico estadounidense Hugh Hammond Bennett, quién dedicó su vida a demostrar que el cuidado del suelo influye directamente en la capacidad productiva de los mismos.
Este hombre decía que “La tierra productiva es nuestra base, porque cada cosa que nosotros hacemos, comienza y se mantiene con la sostenida productividad de nuestras tierras agrícolas”. El objetivo que persiguió Hammond durante su vida fue el de generar conciencia acerca de la importancia fundamental que tiene la tierra dentro del cada vez más frágil equilibrio o “desequilibrio” ambiental.
El suelo es un sistema que vive cambiando constantemente, por lo cual, su cuidado para la producción, es complejo. No solo sirve como soporte para todas las formas de vida, la vida humana, como la de las plantas y los animales, sino que, además, sirve de sustrato para el crecimiento de la vegetación, que garantiza los nutrientes necesarios para todas las especies.
Desde el punto de vista agrícola, los suelos funcionan como el canal de comunicación entre el productor y su cultivo, ya que a través de las acciones que este realice, la calidad y el tamaño de su plantación variarán drásticamente.
En nuestro país, el 75 por ciento del territorio está sujeto a procesos erosivos causados por las actividades agrícolas, ganaderas y forestales. La desertificación es el resultado de fenómenos que pueden agruparse en tres grandes categorías: la deforestación, el uso desequilibrado del suelo y el mal uso de la mecanización.
Como dice el Papa en varios puntos de la encíclica “Laudato si”, a medida que aumenta la degradación de las tierras, también se degrada la calidad de vida de quienes las habitamos. Por esta razón hablamos de todas estas cosas con un experto, con Federico Kopta, biólogo, presidente del Foro Ambiental Córdoba.
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Pastoral Socio Ambiental de Cosquín
Como vemos, no hace falta ser un productor agropecuario y tener grandes extensiones de tierra para saberse comprometido con el cuidado del suelo. Todos tenemos responsabilidad en esto, por nosotros, por nuestro presente, pero, sobre todo, por el futuro, por la tierra, el ambiente que le dejaremos en herencia a nuestros hijos y nietos.
Esto lo vienen trabajando desde hace bastante tiempo en la parroquia de Cosquín, donde la Pastoral Social está muy identificada y muy comprometida con el Cuidado de la Casa Común promovido por el Papa Francisco en Laudato Si’; tanto es así que ese es el nombre con el que se identifican. Así quisimos conocer el trabajo que vienen realizando por eso nos comunicamos con Laura Urriche integrante de la Pastoral Laudato Si’.