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Entre Nosotros
Como cuidar la pareja cuando nacen los hijos
jueves, 10 de abril de 2008
En el noviazgo suele ponerse mucha energía en la pareja, todo está centrado en torno a el y a ella.
Después de eso, dura durante el primer tiempo de la vida matrimonial, pero cuando llegan los hijos algo ocurre, empieza una etapa muy especial.
El varón se siente ansioso en crecer en lo laboral y económico, porque experimenta, frecuentemente, la necesidad de garantizar la seguridad del nido; y la mujer pone su energía y su centro en el bebé recién nacido, trabaje o no trabaje, allí está su preocupación y su ansiedad.
En esas instancias, muchas veces los cónyuges piensan que la pareja va sola, que funciona bien. Existe una fantasía de que el amor es tan fuerte que surge y en esta etapa de la vida perdura y que no hace falta más que cada uno ponga su energía en lo que le toca.
La mujer dedicarse a hacer crecer la familia y el varón poner toda su energía en los altos profesionales y se olvidan que el primer motor de la familia es la pareja. Y así, muchas veces, ocurre en los primeros años de la vida de los hijos y se va descuidando la pareja, se van olvidando los detalles, antes se producían, salían, cerraban la puerta, tenían espacios propios y ahora ponen todo en los hijos y pierden el vínculo matrimonial.
Ya de por sí los hijos absorben mucho y la vida laboral absorbe mucho, hay que tener en claro que la familia surge de una pareja y si no hay pareja no hay familia, no surge de una madre que quiere tener hijos y de un padre que quiere cuidar de ellos, hay que plantearse tanto el tema laboral como plantearse la demanda que los hijos hacen de esta primera pareja.
Estamos con Gabriela Sassi, licenciada en Psicología, preparadora pre-natal, trabaja en Nacere, una institución que se dedica a estos temas.
Gabriela Lasanta: Gabriela, bienvenida y gracias por estar entre nosotros.
Gabriela Sassi: Gracias a vos por invitarme.
GL: Gabriela, ¿qué es lo que suele ocurrir cuando nace un bebé en la pareja?
GSS: Primero el nacimiento del bebé es un acontecimiento que hace una marca en la vida personal, en la historia de una pareja y en la historia familiar de la familia ampliada.
Lo que acá suele suceder, no es que cuando nacen los hijos uno se olvida de la pareja, en realidad se agregan otros roles y la mujer en este momento, se empieza a saturar de roles. Se le agrega el de la maternidad, no es algo que reemplaza, deja de ser mujer para ser mamá.
El tema acá es que en el momento de la transición, de acostumbrarse a este nuevo integrante de la familia, sea el primer hijo, el segundo o el tercero, es un integrante más que se tiene que acomodar al resto de la familia.
Con respecto a estos roles, suele pasar que la mujer empieza a dedicarse y abocarse al cuidado del bebé porque en un primer momento es necesario para el bebe, es como que necesita el bebé que la mamá esté totalmente dedicada, abocada, no solamente por la lactancia sino también por una cuestión de indefensa del bebé que necesita de estos cuidados reales de la mamá.
GL: Abocarse, ¿eso indica cuánto tiempo de una dedicación exclusiva?
GS: Ahí está la cuestión.
GL: ¿Cuánto tiempo en el día y cuanto tiempo en el transcurso del crecimiento?
GS: Acá el tema es ¿hasta cuando?
GL: Obviamente es muy difícil medir el tiempo con reloj. Cuando decís que tiene que abocarse exclusivamente al bebé, más o menos pintémonos un paisaje.
GS: Si, para no asustar a las mamás, que esto no es eterno.
Son las primeras semanas hasta el establecimiento de la lactancia. Acordate que al bebé lo llevamos nueve meses en la panza y de alguna forma nosotras lo vamos conociendo.
Ahora el tema es que el bebé nace y es una personita que ya no se comunica con patadas y movimientos sino que se comunica a través del llanto.
Este llanto no lo conocemos y la mamá tiene que aprender a decodificar estos mensajes que le da el bebé.
El llanto no es solamente “tengo hambre”, es “necesito ser alzado”, “necesito ser mimado”, “tengo frío”, “tengo calor”.
Entonces, las primeras semanas es donde la mamá aprende a darse cuenta si llora por hambre o llora por otra cosa, el bebé ya toma el pecho sin ningún problema.
Acá pensemos también que es lo que pasa en todo el acontecimiento del nacimiento, si la mamá pasó por un parto o una cesárea es diferente la recuperación física, por un lado en la cesárea es más difícil lo que es el después por los cuidados que tiene que tener la mamá, la familia que está muy contenta y todos muy felices por la llegada del bebé y empiezan a invadir la casa, todos con buena voluntad nos dan los consejos, tenemos que aprender la comunicación con el bebé.
También el tema hormonal que es el famoso puerperio. Lo hormonal influye mucho y si pasamos por un parto, el cansancio que produce también el parto.
Si nos ponemos en situación, agregándole que después del nacimiento el bebé llora cada tres horas por hambre, esa mamá puede llegar a pasar meses hasta que el bebé tenga establecido el sueño, la familia deje de invadirlos y darles consejo y la mamá pueda descansar.
En esa situación, la pareja puede acompañar a la mamá pero no podemos reestablecer inmediatamente la situación de pareja hombre-mujer, es necesario, por supuesto, porque es lo que funda la familia, no puede haber una familia sin esta pareja. Pero al principio tenemos que tener paciencia a la mamá hasta que pueda volver al equilibrio con este nuevo integrante.
Y ahí si, con la mamá con el alta del médico después del puerperio, cuando la familia ya está acostumbrada a no invadir en todos los horarios, cuando el bebé ya puede dormir un poco más, ahí ya es el momento que la mamá se acuerde que fue mujer y que gracias a esa condición de mujer es que fue mamá.
GL: ¿Eso de cuánto tiempo estás hablando? ¿un mes, dos meses?
GS: Más o menos. Viste que los bebés son todos diferentes, a lo mejor esto es antes, a lo mejor después.
También hay un puerperio emocional que hay que tener en cuenta, estas bajadas hormonales en el organismo de la mamá no solamente afectan el cuerpo mismo, sino que también afecta lo emocional.
GL: ¿Qué pasa con el papá en todo ese tiempo? Tenemos una mamá abocada al bebé, con todas las angustias que esto genera. Se angustia si el bebé llora mucho, la angustia el miedo a no ser una buena mamá, la angustia el miedo a que al bebé le pase algo porque los fantasmas de la muerte rondan tremendamente en ese momento, el rechazo al bebé porque el bebé la interrumpe, la despierta, la absorbe y ella que imaginaba un encuentro idealizado con su bebé se encuentra que está enojada y eso se traduce en angustia.
GS: Hay un choque entre lo que es el bebé fantaseado y el bebé real.
Esto nos pasa a todas las mamás.
En los nueve meses de embarazo una piensa en el bebé como el bebé bueno, que duerme, una sabe como detectar sus momentos de hambre.
De pronto el bebé nace y llora y por ahí hay mamás que hasta que se aprenden a comunicar, se angustian. Pero ese es el momento, el puerperio emocional es difícil, estas angustias, esta ambivalencia que siente la mamá.
GL: Hay un bebé idealizado y la fantasía no joroba, lo lleva una para donde quiera.
GS: Si, y es normal que una fantasee.
GL: Una puede estar fantaseando con el bebé mientras toma un café mirando por la ventana, pero cuando el bebé llora en serio y yo tengo que postergar bañarme y tantas cosas más.
GS: Acá hay una palabra que es “postergación”. Muchas mujeres sienten que la postergación es para siempre. En realidad es una palabra de un cambio de prioridades, de pronto me parece que bañarse no va a ser todos los días sino cuando el bebé me deje, pero está bien, es por un tiempo.
¿Cuál es ese tiempo?
En general el puerperio y toda esta situación suele durar 45 días, dos meses.
¿Dónde está el papá que es el más olvidado de todos? Porque frente a esta situación, el papá suele mirar de lejos porque poco siente que puede hacer, aunque es mucho lo que hace.
GL: Es fundamental su presencia.
GS: Si la mujer no tuviera esa presencia, se desestructuraría mucho más de lo que se desestructura en lo emocional.
En una imagen, sería la mamá, el bebé en brazos y el papá con su mano en su hombro, como en un simbolismo de apoyo.
El papá no le da el pecho al bebé, hay papás que ayudan mucho, que ayudan a la mamá aunque no lo crea y se sienta el más inútil.
En realidad son el apoyo de la mamá y la pequeña ayuda que pueden dar, con el bebé, limitando visitas, atender el teléfono, con cosas de la casa, es una enorme ayuda a la mamá.
La mamá, después de dar vida se siente omnipotente y no es así, una se cansa igual, y el papá ahí puede ayudar a que se de cuenta y que se deje ayudar.
Es un tiempo y va a pasar, no hay que perder la perspectiva que es un momento de transición, que es normal, que la mamá lo tiene que pasar, que el papá no es el inútil que en general los hombres piensan, que son muy buenos apoyos, contenedores, es la persona que hemos elegido tener al lado, nos conoce mucho, entonces es el que mejor nos puede apoyar.
GL: También puede pasar que el papá sienta celos del bebé recién nacido ¿no es así?
GS: Si, y pasa muy seguido, porque es cierto que hay como un embelesamiento de la mamá con el bebé, hay un vínculo tan fuerte que se genera con esto de la necesidad del bebé con la mamá y la mamá por ser su útero externo, de alguna manera.
El papá queda excluido en algún momento, es transitorio que quede claro, y el papá empieza a reclamar, algunos reclaman y empiezan a ponerse celosos por un lado, no pueden entrar en esto de la mamá con su hijo, después entran pero en un primer momento es muy hermética la relación mamá-hijo.
GL: Además ella tiene como la última palabra en todo. Llora el bebé, “le duele la panza” dice el papá, “no, tiene hambre” dice ella y ahí tiene hambre si o sí, porque la mamá hace vales su derecho de interpretadora aunque se equivoque.
GS: Hay algo llamativo. Cuando durante el embarazo el papá se ha podido incluir en su paternidad junto con la mamá y conocer al bebé desde afuera, son los papás que más vinculación tienen después de que nace el bebé y por eso también tienen más entrada con la mamá, porque durante el embarazo la mamá le ha dado ese espacio, de estar los dos afuera para el bebé que tiene ella adentro suyo.
Cuando el bebé nace, el papá ya tiene ese lugar dado por la mamá.
Cuando el papá está más afuera en el embarazo, le es más difícil esta inclusión.
GL: Volvamos al punto de los celos, los varones sienten celos, ¿qué tienen que hacer con ese sentimiento los varones?
GS: Primero reconocerlo, que por ahí el reclamo tiene que ver con una cuestión de celos, esto de llamar la atención. En alguna forma, los celos suelen ser sanos, con esto el papá trata de decir “bueno, ya llevemos al bebé a la otra habitación”, trata de incluirse y separar y eso es sano, que papá entre de alguna manera, a hacer una separación de mamá-bebé porque esa es la entrada de la recuperación de mamá mujer.
¿El celo donde se pone como negativo?
Cuando el papá no se da cuenta, cuando lo niega, reclama atención, se enoja.
Es bueno reconocerlo y hacer algo al respecto, que se comprenda que no es algo malo.
Cuando la mamá desvía la mirada al bebé y empieza a mirar al papá, lo que hace el papá es aliviarse y dejar de reclamar.
GL: Que pesado para la mamá cuando el papá es un chico más, cuando tiene que sostener al bebé y a los caprichos, enojos o resistencias del papá ¿no?
GS: Es muy frecuente, la mamá está tironeada por sus hormonas, por un bebé que trata de comunicarse con ella, por el nuevo rol que es el de la maternidad, por un papá que quiere incluirse y no sabe cómo y encima si viene la competencia con todo esto de la transición, suele ser muy angustiante y son esas mujeres que uno las ve y lloran y lloran y no saben que les pasa.
El papá reclama y no la puede contener y esas fricciones hacen que se vayan separando cada vez un poco más como hombre y mujer y se dediquen a ver como hacer para ser mamá y papá.
GL: Avancemos un poquito más. Ya pasó el puerperio, esa etapa tan difícil y tan descalabrante. ¿Qué pasa con la vida sexual de la pareja? No nos remitamos solamente a la cuarentena, que no se donde tiene el origen, no se si no es bíblico tal vez.
La cuarentena propiamente dicha es mientras hay sangrado en la mujer, y no conviene que haya relaciones sexuales, en realidad, esto que muchas veces se hizo como un tabú, estaba puesto para proteger a la mujer, justamente, de las demandas masculinas.
Pensemos en otras épocas donde el machismo campeaba y había mucha menos información psicológica de lo que ocurría con este binomio mamá-bebé, la demanda masculina, a veces, se hacía torpe e imprudente y hasta amenazante para el equilibrio afectivo de la mamá.
Pasemos esta etapa, donde la pareja está esperando la cicatrización de las heridas que se producen entorno a la vagina de la mamá y pasemos ya a los 2 ó 3 primeros meses del bebé en adelante.
¿Qué pasa con la vida sexual de las parejas?
GS: En general hay que acordarse de que además del puerperio físico, los médicos esperan para dar el alta la involución del útero, que el útero vuelva a su tamaño y a su lugar original y más o menos tarda esa cantidad de días, 40 – 45 días sin mencionar la cicatrización de la episiotomía que es más rápido o de una cesárea.
No hay que perder de vista que la mamá sigue siendo mujer, y que el hombre no se convierte en papá por el nacimiento del hijo sino que sigue siendo hombre, y por el bien de la pareja, las relaciones sexuales deben retomarse lo más pronto posible, pero esto ya no tiene una fecha, eso tiene que ver más con la emoción, cuando uno está listo.
La mamá, por una cuestión de bajada de hormonas, lo que le pasa, es que a través de la lactancia y demás, se le baja el deseo sexual, pero no significa que no se puede ser sensual.
Acá el papá lo que tiene que hacer es antes de retomar la actividad sexual poder poner el aporte de la ternura, de la sensualidad o de a poquito ir volviendo a erotizar este vínculo que tiene con la mamá, antes de lo que es la relación sexual.
¿Cuándo? Cuando la mamá esté lista.
¿Cuándo está lista? No hay un tiempo, si se le recomienda a las mamás que piensen que no son solamente mamás, sino mujeres y que necesitan tomar este momento.
GL: Necesitan volver a erotizar su cuerpo.
Es muy frecuente que se sientan feas, ¿a qué se debe eso?
GS: Esto viene desde el embarazo. Nosotros tenemos una imagen nuestra de nuestro cuerpo que se tiene que adaptar a los cambios físicos. En general, los cambios físicos es más rápido que la adaptación de este esquema corporal de la imagen de mi misma.
De pronto tenemos 9 meses para acostumbrarnos a la panza y de un día para el otro, de un momento a otro la panza no está. Toda nuestra mente se tiene que volver a acomodar a la nueva imagen, ya no es el cuerpo de antes de estar embarazada, no es el cuerpo de embarazada.
GS: Ni chica ni limonada. Estoy panzona pero no estoy embarazada, y cosas por el estilo.
GS: Si, y es ahí donde la imagen en las relaciones sexuales, una de las cosas más importantes es esto de poder mostrarme, poder seducir.
Y cuando una está con esta imagen del cuerpo que no nos gusta, tiende a ocultarse y por ahí, la maternidad puede ser un buen telón para ocultarse.
GL: Que bien esto que decía el oyente, de que le dice a su esposa, de corazón, que está linda.
GS: Eso es bárbaro, las mamás irradian otra luz, tienen otra expresión, lo que pasa que es más tierna y por ahí la recuperación de la sexualidad y de la pareja tiene que ver con primero recuperar la ternura.
Que yo le esté dando el pecho al bebé, no significa que los mimos no me gusten, acercase desde otro lugar y a partir de ahí que la mamá vaya abriendo los ojos de que la recuperación del rol de esposa tiene que ser lo más pronto posible.
No son dos años, lo más pronto posible. El bebé puede dormir solo desde los 45 días de nacido, es aproximadamente el puerperio físico.
El elemento fundamental tiene que ver con la fortaleza de la pareja antes de quedar embarazada, como la mujer le permite al hombre incluirse en el embarazo y también como el hombre puede incluirse sin celos, sin sentirse desplazado en el cuidado de los hijos.
Esta repartición de tareas hace que estén iguales, que vuelvan a ser parejos.
GL: Cuando no tenemos con quien dejar al bebé, ¿cuánto tiempo o cuántas veces lo podemos dejar al cuidado de alguien que a lo mejor se puede contratar para ese fin?
GS: Acá lo fundamental es la confianza de con quien lo dejamos, lo podés dejar todo el tiempo que quieras con una persona de confianza.
Creo que una de las cosas más importantes para recuperar la pareja, es recuperar la intimidad y esta intimidad tiene que estar en algún momento, aunque sea una vez cada tanto y si no tenemos con quien dejarlo y hay que contratar a alguien, que esa persona sea de suma confianza.
Es la única forma que nosotros vamos a poder salir y pensar en la pareja sin estar pendientes de si está bien el bebé.
GL: ¿El bebé suelta a la mamá para compartirla con el papá? Mamá y papá salen juntos, bebé se queda con la abuela, el tío, lo que sea, ¿es necesario esperar que se duerma o una se va y el bebé llora?
GS: Los hijos no sueltan a las mamás. La mamá tiene que entender y construir el espacio para soltar al bebé.
El bebé es obvio que no la suelte, siempre la va a demandar. Lo que si puede hacer la mamá es construir un espacio sin bebé, que es lo que a la mujer nos es difícil de hacer, construir un espacio donde esté el papá en la intimidad, esté yo como mujer y ahí recuperar los roles desde la profesión y el trabajo.
Hay muchas mamás que trabajan y hay que redistribuir los tiempos y que haya un tiempo en que el bebé llora porque se queda con los abuelos y hay que decirle “nos vamos con papá a cenar y ya volvemos”·
Eso es lo que hay que hacer, decirle siempre la verdad al bebé aunque sean muy chiquitos y lloren y creamos que no entienden, asegurarle que una se va pero que vuelve y no irse con culpa porque ahí se va la intimidad.
GL: ¡Qué tema el del sueño del bebé! Porque la pareja tiene un ritmo adulto, y el niño tiene su propio ritmo. A la hora de la intimidad la mamá está cansada.
GS: Si, pero hay algo importante, hay que saber construir estos espacios y defenderlos, si no está como prioridad, el espacio no se defiende.
Y algo importantísimo es que a los hijos hay que soltarlos que es lo que nos es muy difícil a las mamás.
Una de las cuestiones de que los hijos sean reclamadores es que las mamás necesitan que sus hijos las reclamen.
GL: Te preguntaba esto porque es común ver que el bebé termina durmiendo en la cama de la mamá porque llora.
GS: En el fondo, muchas de esas consultas tienen que ver por algo que va más allá y la mamá no se da cuenta, que es el miedo de volver a la intimidad. Es una buena excusa, pero no deja de ser una excusa.
El bebé no tiene que estar en la cama grande.
GL: llore o no llore.
GS: Llore o no llore. El bebé tiene que saber cual es su lugar. La cama matrimonial es para la pareja, la cuna es para el bebé y el bebé lo puede comprender si se lo explica.
El tema es cuando uno de los padres necesita que el bebé esté en el medio.
GL: Eso no está bien.
GS: Eso no está bien y a veces no nos damos cuenta.
GL: “Dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne” lo que no dijo Jesús es que de esa carne nacerá otra carne que también va a dejar a su padre y a su madre y va a unirse a una mujer y de esa manera el dinamismo se repite.
Siempre, tarde o temprano tendremos que decirle adiós a los hijos, y es preferible hacerlo apenas nacen, porque los hijos no nos pertenecen, son hijos de la vida.
Muchas gracias Gabriela por estar entre nosotros y ayudarnos con este tema.
GS: No, muchas gracias por invitarme.
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