Comunicar esperanza

viernes, 2 de agosto de 2024

02/08/2024- “Comunicarte: Artesanos de Comunión” es un espacio donde abordamos distintas temáticas que nos ayudan a repensar y seguir creciendo en nuestra capacidad para comunicarnos con los demás y para escucharnos a nosotros mismos, detenernos a pensar y compartir cómo mejorar nuestra comunicación.

Nos acompaña el padre Francisco Palacios, párroco de la Parroquia Nuestra Señora Madre de Dios y Madre de la Iglesia de Bº Las Palmas, en Córdoba.

En esta ocasión, la reflexión giró en torno a cómo comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos, desde el mensaje del Papa Francisco para la 51ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales «No temas, que yo estoy contigo» (Is 43,5)

“El Papa Francisco insiste que hay que romper el círculo vicioso de la angustia y frenar la espiral del miedo, fruto de esa costumbre de centrarse en las «malas noticias» (guerras, terrorismo, escándalos y cualquier tipo de frustración en el acontecer humano). Ciertamente, no se trata de favorecer una desinformación en la que se ignore el drama del sufrimiento, ni de caer en un optimismo ingenuo que no se deja afectar por el escándalo del mal. Quisiera, por el contrario, que todos tratemos de superar ese sentimiento de disgusto y de resignación que con frecuencia se apodera de nosotros, arrojándonos en la apatía, generando miedos o dándonos la impresión de que no se puede frenar el mal”.

“En un sistema comunicativo donde reina la lógica según la cual para que una noticia sea buena ha de causar un impacto, y donde fácilmente se hace espectáculo del drama del dolor y del misterio del mal, se puede caer en la tentación de adormecer la propia conciencia o de caer en la desesperación”.

“La vida del hombre no es sólo una crónica aséptica de acontecimientos, sino que es historia, una historia que espera ser narrada mediante la elección de una clave interpretativa que sepa seleccionar y recoger los datos más importantes”.

“La realidad, en sí misma, no tiene un significado unívoco,  es decir un solo y único sentido. Todo depende de la mirada con la cual es percibida, del «cristal» con el que decidimos mirarla: cambiando las lentes, también la realidad se nos presenta distinta.  Entonces, ¿qué hacer para leer la realidad con «las lentes» adecuadas? “

Para los cristianos, las lentes que nos permiten descifrar la realidad no pueden ser otras que las de la buena noticia, partiendo de la «Buena Nueva» por excelencia: el «Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios» (Mc 1,1). Con estas palabras comienza el evangelista Marcos su narración, anunciando la «buena noticia» que se refiere a Jesús, pero más que una información sobre Jesús, se trata de la buena noticia que es Jesús mismo.